De la descomposición económica y social de Venezuela dan cuenta los millones de ciudadanos que han dejado el país en los últimos años abrumados por la crisis.
De la putrefacción política y moral de su gobierno también hay muestras. Una de ellas, quizá entre las más escabrosas, es la que aborda el periodista venezolano David Placer (41) en su nuevo libro “El dictador y sus demonios, la secta de Nicolás Maduro que secuestró a Venezuela”, que acaba de presentar en Estados Unidos.
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—Hace cuatro años usted publicó “Los brujos de Chávez”, donde hablaba de la influencia de la santería cubana en el Palacio de Miraflores. ¿Cómo entronca esto con la devoción por la ‘filosofía’ del gurú indio Sai Baba que toca ahora?
Es parte de este arroz con mango, esta mezcla indigesta del régimen de Maduro en todo: en la economía, en las políticas sociales y en sus creencias. Por un lado, la santería, que es una creencia religiosa que mezcla prácticas cristianas y animistas africanas; y por el otro, el ‘saibabismo’, que para unos es una corriente espiritual y para otros una mera secta.
—¿Es solo cosa de Maduro y su esposa o está expandida entre su entorno?
Pensaba que era solo una corriente seguida por Maduro y Cilia Flores, pero he descubierto que el canciller Jorge Arreaza no solo es devoto sino que vivió en el ‘ashram’ (lugar de meditación) de Sai Baba en Puttaparti (India), donde yo estuve tres semanas para esta investigación. También viajaron allá Aristóbulo Istúriz, actual ministro de Educación, e Iris Varela, ministra para el Servicio Penitenciario. Todos los devotos occidentales del ‘saibabismo’ son de clase media y alta pues dejan allí grandes cantidades de dinero.
—¿Cuántas veces ha estado allá Nicolás Maduro?La organización del gurú me dijo que varias veces, pero solo hay pruebas de una ocasión, en el 2005, cuando era presidente de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento). En el 2015, cuando la oposición gana las elecciones y toma el control de la AN, fueron encontrados y destruidos allí rituales de santería y del culto ‘saibabista’: fotografías, cuadros, velones y ofrendas al gurú indio.
—¿El ‘saibabismo’ ha sido un trampolín para ascender en el gobierno?Absolutamente. No solo se trata de ministros sino de personajes que tuvieron un ascenso espectacular. Capaya Rodríguez, que era líder del movimiento ‘saibabista’ en Caracas, fue nombrada embajadora en Filipinas por Maduro. Y sus dos hijos, Faraón y Monarca, son secretarios del presidente. La traductora de los libros de Sai Baba al español, Arlette Meyer, también ocupó un alto cargo. Como esos, hay otros casos de beneficios indebidos.
—¿Todo el entorno de Maduro está impregnado por el ‘saibabismo’?Hay un ala del chavismo que lo ve con horror. En un audio de Mario Silva (político y presentador de televisión adepto al régimen) que se filtró, él despotrica de “las cosas que le mete la mujer de Maduro en la cabeza, la conexión con la India y toda esta mierda”.
— ¿Dónde se ubica Diosdado Cabello, el temido número dos del régimen?Es un misterio. Cuando hablé con él a fines del 2013, me dijo que no creía en nada de esto, que los supersticiosos eran otros, pero he recibido testimonios sólidos de que ha participado en rituales de santería y brujería en varios ministerios. Diría que no es de los convencidos, solo sigue la corriente.
—Hace poco un ex general chavista denunció que Maduro ha gastado hasta US$ 500 mil en santería. ¿Usted maneja esos montos?Justo durante la promoción de mi libro, el ex director de inteligencia Hugo Carvajal salió a decir que Maduro ordenó enviar medio millón de dólares en un avión de PDVSA a La Habana para rituales de santería. No doy fe de montos similares, pero tengo el testimonio de una ex trabajadora de Miraflores que me explicó todo un sistema de auditoría presidencial para camuflar como material de papelería los gastos en velones, útiles de santería y animales para sacrificar como chivos y gallinas.
—Habla usted de que Maduro tiene un brujo en Miami...Se llama Enrique Rodulfo. Es un militar que estuvo asignado a un puesto militar fronterizo. Hace muchos años radica en Miami, donde ahora vive a todo lujo. Ha acompañado a Maduro a Rusia y su hijo llegó a vicecónsul en el consulado de Miami. Era llamado con frecuencia a Caracas.
—¿Ya no?Un conocido de Rodulfo me dijo que algo había pasado entre ambos que se han distanciado. Pero eso es normal en el círculo del poder, un chisme o un ‘chivatazo’ y te echan del entorno.
—Convengamos en que la brujería y el poder tienen una larga relación en Venezuela...Así es. Desde los años 50, todos menos uno (Rafael Caldera) han tenido cerca algún brujo o bruja. Pero con el chavismo y, sobre todo, con Maduro se ha llevado la brujería a extremos insospechados. Es una práctica habitual entre presidentes que ha sido llevada prácticamente a política de Estado, nunca antes había ocurrido.
►La secta ‘saibabista’Regados por el mundoHay unos 1.200 centros Sai Baba en 114 países y sus seguidores se cuentan por millones, según la organización Sathya Sai Baba.
Presencia en venezuelaEl ‘saibabismo’ existe en Venezuela desde la década del 70 y se estima que tiene unos 200 mil seguidores.
Luto por su muerteSai Baba (1926-2011) vivió rodeado de acusaciones de abusos sexuales y delitos financieros. Cuando murió, el Parlamento venezolano decretó un día de luto.
►Ritos y conjuros en otros países de la región
Los conjuros y ceremonias brujeriles o chamánicas no han sido privativos de los gobernantes venezolanos. Latinoamérica es rica en historias de esoterismo y poder.
Hace poco nomás, a fines del 2015 en Argentina, lo primero que hizo Mauricio Macri al llegar a la Casa Rosada fue ordenar una limpia energética. Dijo que sentía un inmenso dolor de cabeza cada vez que ingresaba a su despacho, lo cual atribuía a algún tipo de maldición dejado por su antecesora Cristina Fernández.
Una maestra budista que consultaba el flamante presidente desde hacía varios años recibió, entonces, el en cargo de dirigir una ceremonia de purificación de energía. Santo remedio, el dolor de cabeza desapareció en un suspiro.
Años atrás también se hizo muy conocida la bruja de cabecera que aconsejaba a Carlos Saúl Menem, el supersticioso mandatario que gobernó Argentina entre 1989 y 1999.
Hasta el reconocido diario “The New York Times” escribió sobre ella –Azucena Agüero– a partir de una entrevista que se le hizo en 1999. No era la única vidente a su servicio. Menem tenía otros astrólogos y tarotistas a los que consultaba.
–Brujos importados–En su libro “Los brujos y el poder”, el periodista mexicano José Gil Olmos cuenta cómo el ex presidente Carlos Salinas de Gortari recurrió al poder sobrenatural de unos hechiceros de Haití, a los que contrató para hacerle brujería a su antecesor, Miguel de la Madrid, con el propósito de que lo eligiera su sucesor. ¡Como así sucedió!
–La vidente del ‘Chino’–Del ex mandatario Alberto Fujimori fueron conocidos sus viajes a Piura para darse un ‘baño de energía’ en las heladas aguas de Las Huaringas.
Igualmente, en torno a Fujimori se hizo famosa Salomé Ibargüen, sindicada como su vidente, quien estuvo siempre en primera fila durante las sesiones judiciales a las que acudía el ex jefe de Estado para “hacer brujería” contra los jueces. Ese conjuro sí falló.