La COP 28, como nos referimos a la cumbre de las Naciones Unidas para acciones de mitigación y adaptación al cambio climático, llega en un momento crítico para América Latina y el Caribe. En los últimos meses hemos visto un ciclón en el sur de Brasil, una sequía histórica en Argentina, México vivió unos de los huracanes más intensos de su historia y el Caribe sufrió inundaciones catastróficas.
No hay duda; el cambio climático está afectando e impactando a la población de América y el Caribe. Con todo, nuestra región tiene ante sí una oportunidad única no solamente para estar a la altura de estos retos, sino también para ofrecer soluciones al mundo. De hecho, hoy más que nunca, América Latina y el Caribe tiene el potencial de posicionarse como líder global en acción climática.
En energía renovable y transporte, América Latina y el Caribe pueden ofrecer una alternativa para la posición central que hoy ocupa Oriente Medio con los combustibles fósiles. Un 60% de la generación eléctrica en nuestra región proviene de fuentes renovables. América Latina aporta el 40% de la producción de cobre mundial y tiene un 52% de las reservas mundiales de litio. La transición a una economía “neto cero” en carbón puede generar 15 millones de nuevos empleos en el sector de energía para el 2030, incluyendo un millón de nuevos empleos en el sector de energías limpias.
La región se está convirtiendo en un líder en el hidrógeno verde. Desde el BID estimamos que de los 12 millones de toneladas de hidrógeno verde que Europa necesitará anualmente para el 2030, al menos un tercio podría ser exportado de nuestra región. Esto representa un mercado de US$9.100 millones al año y requerirá US$83.000 millones en inversiones.
América Latina y el Caribe tienen un papel clave en la absorción de carbono generada por sus biomas, como la Amazonía. La preservación y restauración de estos ecosistemas podría suponer el 37% de la mitigación de CO2 necesaria para el 2030 para mantener el calentamiento global dentro de la meta de los 2°C y crear también así resiliencia contra los impactos del cambio climático.
Desde el BID, estamos acompañando a los gobiernos de la región en sus esfuerzos. Para enfrentar el problema a la escala necesaria, serán claves innovaciones financieras y la participación del sector privado. Con nuestro apoyo, Ecuador emitió la mayor conversión de deuda por naturaleza en la historia por valor de US$1.200 millones. Con Barbados hemos hecho la primera conversión de deuda donde el 100% de los ahorros se destinó a la conservación marina, y otra más reciente para reforzar la infraestructura hídrica del país.
A través de BID clima, estamos proporcionando un descuento a préstamos a países cuando se cumplan los objetivos de naturaleza y clima. Estamos en el proceso de escoger los países pilotos y expandir este programa y tendremos más novedades en la COP.
Con Amazonía Siempre, tenemos un programa paragua pionero que busca aunar recursos y esfuerzos para un desarrollo sostenible para esa región vital para la humanidad. Hemos desarrollado iniciativas con ministerios, comunidades, ciudades, bancos públicos, y bancos privados. Conjuntamente con la coalición verde de bancos nacionales de desarrollo, estaremos anunciando en la COP nuestro plan de trabajo y de financiación para la región amazónica.
Actuamos también en las ciudades, donde vive un 80% de la población de América Latina y el Caribe, y cuya concentración de personas y activos las vuelve especialmente vulnerables al cambio climático. Por ejemplo, con Promorar-Recife ofrecimos una respuesta ágil y a escala –la protección más eficiente para una ciudad– a las disruptivas consecuencias de las lluvias torrenciales que azotaron Recife, la novena ciudad más poblada de Brasil.
Como líder del grupo de bancos regionales y multilaterales de desarrollo el año que viene, y simultáneamente contribuyendo a la presidencia del G20 de Brasil, el BID va a jugar un rol importante en apoyar las reformas de los multilaterales para que seamos más agiles, para ayudar a nuestros ciudadanos a hacer frente a estos embates climáticos.
América Latina y el Caribe llegan en la COP28 en un momento ambiental crítico, pero histórico de oportunidad. Y el BID con nuestros programas BID Clima, Amazonía Siempre, las innovaciones financieras clave, está listo para acompañarlos en este momento.
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