Hace algunas semanas, el expresidente de Chile Eduardo Frei se refirió al desarrollo del puerto de Chancay, mencionando que su país se encuentra en desventaja frente al nuestro. “Quedamos como no de cabotaje… menos de cabotaje”, sentenció durante un acto público, dando a entender que el posicionamiento y las condiciones naturales de Chancay, Callao y Matarani, transformarán a nuestro país en un ‘hub’ portuario y suplantarán el posicionamiento de Chile en la región.
En mi opinión, las declaraciones del expresidente Frei –a quien conozco bien al haber cumplido funciones como embajador en ese país– son expresión de su preocupación por una aparente falta de interés de los gobiernos posteriores al suyo (1994-2000) que no habrían tomado medidas para una mejora sustancial de la infraestructura portuaria de cara a un posicionamiento comercial con Asia-Pacífico.
Para quienes hemos tenido la oportunidad de trabajar en el extranjero, es común verificar que desde fuera se tiene una visión más positiva de lo que acontece en el Perú de la que tenemos internamente.
El Terminal Portuario Multipropósito de Chancay, al que se han referido en varias ocasiones nuestros vecinos del sur, implica una inversión de US$1.300 millones en su primera etapa (equivalente a 18 estadios nacionales o a la inversión efectiva del metro de Lima), lo que lo convierte en uno de los proyectos de inversión portuaria más importantes del continente, al estar enfocado en la recepción de mega buques y posicionándolo para el comercio bioceánico entre el Pacífico y Brasil. En términos de la calidad del inversionista, Cosco Shipping Ports LTD (CSPL) es una de las empresas más importantes del mundo, con presencia en 38 puertos, incluyendo los más modernos de Europa, Asia y África tales como los de Antwerp, Seattle, Valencia, Bilbao, Hamburgo (Tollerort), Abu Dhabi, entre otros, por los que moviliza 140 millones de toneladas al año, incluyendo participación de socios.
CSPL cotiza en la bolsa de Hong Kong y entre sus accionistas cuenta con fondos importantes de Europa y Estados Unidos tales como Vanguard (EE.UU.) y Norges Bank (Noruega), por lo que se rige bajo estrictas normas de sostenibilidad, buen gobierno corporativo y transparencia.
Es de destacar que el 40% de la inversión corresponde a Volcan Compañía Minera, empresa de capitales peruanos, manteniendo un balance en el control de capitales extranjeros.
En términos de las características portuarias, Chancay será un puerto multipropósito que, por la profundidad de calado, permitirá el atraque de barcos Triple E que pueden cargar 18.000 contenedores. En términos de ubicación geográfica, se trata de una zona estratégica que permitirá reducir el viaje de las naves hacia y desde Asia en unos 10 días, con el consiguiente ahorro en tiempo y costo. Es decir, hará más competitivas a nuestras exportaciones y más baratas a nuestras importaciones. Por ende, se constituirá en un ‘hub’ de entrada de mercaderías provenientes de Asia, que seguidamente serán distribuidas a lo largo de la región.
El desarrollo de esta inversión generará un impacto económico que con el tiempo será medido en puntos porcentuales del PBI, tal y como en otros proyectos de gran alcance como Antamina, Quellaveco o Cerro Verde. Se estima que el 50% de todo el comercio entre China y América del Sur pase por Chancay.
Cabe destacar que todo este impacto se conseguirá sin comprometer en absoluto la seguridad nacional ni la soberanía del país, puesto que se trata de un puerto exclusivamente comercial. Su uso con fines militares sería tan inviable como ilegal, pues cualquier ingreso de personal militar requiere autorización del Ejecutivo o el Congreso, lo que no cambia con la existencia del puerto. Ello iría además abiertamente en contra de las obligaciones de buen gobierno y transparencia a las que CSPL está sometida por cotizar en bolsa.
Me parece relevante mirar este proyecto en términos de política de estado. Encontré una cita del expresidente Alan García en el contexto de la negociación del TLC con EE.UU. en el año 2007, que considero pertinente para entender la importancia de este proyecto y comenzar a reperfilar la confianza de la economía peruana en los mercados externos: “Nuestro país debe ser nuevamente un país piloto en Sudamérica para devolvernos la autoestima, el orgullo y la felicidad. Pero para eso necesita vincularse a los grandes mercados continentales del mundo”.
* El autor es asesor externo de Cosco Shipping Ports.