Desde que el año pasado estalló una nueva ronda de protestas a favor de la democracia en Hong Kong, los periodistas del mundo han expuesto cómo las libertades se están reduciendo, los derechos humanos se están deteriorando y la brutalidad policial está empeorando en la ciudad.
Ahora, con la ley de seguridad nacional que China promulgó para Hong Kong el 30 de junio, los propios medios de comunicación están en la mira del régimen.
El editor Jimmy Lai, cuya compañía publica el “Apple Daily”, ha sido uno de los críticos más fuertes de Beijing. Lai fue arrestado bajo la ley reciente (luego fue puesto en libertad bajo fianza), por presunta confabulación con fuerzas extranjeras. La oficina del periódico fue allanada por decenas de policías.
La policía de Hong Kong ahora otorga acceso a las operaciones terrestres solo a “medios de comunicación confiables”. La libertad de expresión y de prensa, ambas vitales para el Estado de derecho, están siendo atacadas.
Hoy son los medios de comunicación. Ayer fueron legisladores, aspirantes a cargos políticos y activistas: recientemente, justo después de descalificar a los candidatos prodemocracia de las elecciones legislativas de septiembre, las autoridades retrasaron los comicios un año, allanando el camino, creo, para cancelarlas.
Pero sé que muchos hongkoneses responderán de manera creativa.
En una muestra de apoyo a Lai, la gente ha estado comprando acciones de su compañía: el precio de estas subió 1.200% en menos de dos días.
Hace poco supe que Agnes Chow, excolega y exmiembro de nuestro grupo político Demosisto, fue arrestada, también por presuntamente “coludirse con fuerzas extranjeras”. (También se le liberó bajo fianza). Antes de su arresto, agentes desconocidos la habían seguido durante días, dijo. Temo que otras voces disidentes en Hong Kong se enfrenten a este tipo de vigilancia, acoso y persecución.
El martes, el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional en Beijing anunció que a la luz de la elección retrasada, el mandato de la legislatura actual de Hong Kong se prorrogaría por “no menos de un año”. No se ha puesto límite al mandato de este órgano legislativo interino, lo que significa que podría extenderse sin cesar, sin más elecciones. Y, sin embargo, frente a esta nueva era más oscura de censura y represión, el espíritu de resistencia de Hong Kong es incansable.
Muchos hongkoneses hicieron fila el martes pasado para comprar la edición de “Apple Daily”. Algunos grupos compraron el periódico para distribuirlo gratis. En total se tuvieron que imprimir más de 500.000 copias, cinco veces más de lo habitual.
Los hongkoneses seguirán encontrando formas de resistir.
© The New York Times
–Glosado y editado–