A lo largo de mis más de 30 años en la industria de bebidas, pocas veces he visto un arraigo tan profundo como el de Inca Kola en el Perú. Su presencia ha trascendido lo comercial para convertirse en un emblema de la peruanidad, dentro y fuera del país. Desde su creación en 1935, ha sido mucho más que una bebida: es parte del ADN del país, un hilo dorado que une y acompaña generaciones de peruanos en sus mesas, en sus momentos de celebración y en su vida cotidiana.

El fenómeno Inca Kola no solo responde a su inconfundible sabor, sino también a su compromiso con la identidad y el desarrollo cultural del país. La marca juega un rol clave en la promoción del arte, la gastronomía y el emprendimiento, consolidándose como una plataforma que amplifica el talento y la creatividad de los peruanos. Fue pionera en su rubro al apostar por los emprendedores culinarios, impulsando sus negocios mediante foodtrucks y destacando la riqueza gastronómica del país en festivales como la ‘Noche de la Comida Peruana’. Su impacto se extiende al arte urbano, con murales en colaboración con artistas nacionales y con entidades como el Ministerio de Cultura y la UNESCO.

No obstante, celebrar los 90 años de Inca Kola es más que un motivo de orgullo cultural; es una oportunidad para reconocer su impacto en la economía local. La preferencia de los peruanos por Inca Kola la ha consolidado como una de las marcas líderes del mercado de bebidas no alcohólicas, además de ser un motor de empleo, inversión y crecimiento económico. Según el Reporte de Huella Socioeconómica del Sistema Coca-Cola en el Perú, realizado por la consultora Steward Redqueen en 2023, la Compañía Coca-Cola, con Inca Kola y Coca-Cola como sus principales marcas, aporta el 0.7% del Producto Bruto Interno (PBI) del país, generando 131,100 empleos directos e indirectos y aportando más de S/ 7,460 millones de soles a la economía nacional. ¡Esto es como si llenáramos la capacidad máxima del Estadio Nacional del Perú más de tres veces!

Además, nuestra cadena de valor fortalece la industria local, con adquisiciones de bienes y servicios a proveedores peruanos que superan los S/ 2,166 millones de soles anuales, impulsando desde la producción hasta la comercialización en bodegas y pequeños comercios.

Los 90 años de Inca Kola reflejan este impacto: no es solo una bebida, es un motor de desarrollo que sigue impulsando el crecimiento del Perú. Es un producto hecho por peruanos, para peruanos, que ha sabido conectar con su gente y evolucionar con ellos. Además, su impacto ha cruzado fronteras, siendo exportada a más de 10 países y llevando un pedazo del Perú a las comunidades de peruanos en el extranjero, así como a nuevos consumidores. Su éxito demuestra que cuando una marca local se construye sobre una identidad auténtica y se potencia con el respaldo adecuado, puede trascender fronteras.

Este 2025 celebramos su aniversario, su legado y su futuro, que apuesta por la innovación, la expansión y el fortalecimiento de su impacto económico. Inca Kola, no solo da gusto con todo, sino que es el vivo testimonio de cómo el Perú, con su riqueza cultural y su espíritu emprendedor, se proyecta al mundo con orgullo y determinación.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Louis Balat es presidente Operaciones Zona Centro de Coca-Cola Latinoamerica

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