Alfredo Celis López

Lamentablemente, la situación relacionada con el Examen Nacional de Medicina (Enam) y el examen para hacer el Serums propuesto por el Ministro de Salud se ha convertido en un conflicto de poderes, generado por el señor ministro a partir de su planteamiento, dejando de lado el objetivo principal; cual es, la evaluación de la calidad en la formación del médico en nuestro país.

Pero, el objetivo final no es precisamente la formación del médico por las universidades sino la calidad de atención que van a brindar los médicos recién egresados, la que está ligada directamente con la calidad en su formación. Así, la formación académica se convierte más en un medio que en un fin para dar una adecuada atención de salud a la población.

El Enam fue creado en el 2003 por la Asociación Peruana de Facultades de Medicina (Aspefam) con el objetivo, no de evaluar a los alumnos que egresaban de las facultades de medicina sino a las universidades; de manera tal, que a través de sus resultados se pudiera ver cuáles eran las áreas donde la formación de los alumnos era más deficitaria y de esta manera, las universidades corrigieran sus falencias en esas áreas.

Con el tiempo, para darle un mayor peso o valor a este examen se le relacionó primero con el residentado médico. De esta manera, mediante RS Nº 002-2006-SA el Enam pasó a ser un requisito para postular al residentado y la nota daba un puntaje para escoger las plazas; luego en el año 2008 mediante DS Nº 007-2008-SA rendir el Enam se convirtió en un requisito para hacer el Serums, constituyendo la nota del ENAM el 70% de la calificación para la adjudicación de plazas. Al inicio, el requisito era solamente rendir el examen, tiempo después el requisito fue aprobar el Enam, pero en el año 2018 se dió la RM Nº 263-2018-MINSA la que suspendió el requisito de aprobar el examen, debido a que aproximadamente el 50% de plazas de Serums quedaron sin ser ocupadas por que los médicos no aprobaron el examen.

El Enam tiene dos debilidades: la primera es que no ha cumplido con su objetivo primigenio, el cual era evaluar a las universidades en su calidad de formación de los estudiantes de medicina, ya que a lo largo de estos 20 años sus resultados no han servido para mejorar la formación de sus estudiantes y así vemos que el porcentaje de jalados no ha disminuido. Sobre todo, en aquellas universidades donde ha habido un mayor número de desaprobados. La segunda debilidad es que aprobar el Enam no es obligatorio para otorgar el título de médico cirujano. Esto quiere decir, que apruebes o no apruebes el examen, igual la universidad te da el título de médico. Entonces la pregunta es, ¿para qué sirve el Enam?, este examen sirve porque es un requisito para hacer el residentado y el SERUMS, otorgando además puntaje en ambos casos.

Si en realidad se quisiera dar un mayor valor al Enam, se deberían hacer dos cosas: la primera es que su aprobación debiera ser obligatoria para que la universidad otorgue el título de médico- cirujano. De esta forma, el estudiante se vería obligado a esforzarse para aprobar el examen, y seguramente el porcentaje de desaprobados va a ser mucho menor y quienes no lo aprueben tienen que rendir un examen de subsanación para poder graduarse. La segunda es que los resultados sean transparentes e inobjetables y luego, las universidades presenten un plan de acción ante Aspefam donde se señalen las acciones que se tomarán para corregir las deficiencias encontradas en la enseñanza médica de cada universidad, en las áreas que hubieran motivado la desaprobación de los alumnos.

Los argumentos en los que el ministro de salud basa su planteamiento para tomar un examen para hacer el Serums, son el costo del examen tomado por Aspefan y que el examen que el Minsa tomaría sería un examen que evalúe los conocimientos de los médicos para atender en el primer nivel de atención. El fijarse en el costo del examen no es un argumento válido, ya que esto significaría que el problema no es, si el Enam es una herramienta adecuada para evaluar o no el nivel de conocimientos, sino que se reduciría a si se cobra o no se cobra. Llevar esto al tema económico es totalmente erróneo. Esto quiere decir que si el examen es gratuito entonces si es válido, pero si se cobra ya no lo es.

Por otro lado, decir que se va a tomar un examen que evalúe los conocimientos de los médicos para atender en el primer nivel de atención, es desconocer el trabajo que realiza el médico serumista. Quienes hemos hecho Serums en el Perú profundo sabemos que la atención en las postas y los centros de salud no solo está dirigida a la atención primaria de salud, sino que el medico tiene que atender cualquier patología, porque detrás de él no hay nadie. El médico serumista tiene que ver desde enfermedades infecciosas hasta diabetes, crisis hipertensivas, atención de partos, etc., etc. Por lo tanto, la evaluación de los conocimientos tiene que ser integral y acorde con la formación que se brinda en nuestro país a los estudiantes de medicina, y esto se cumple a cabalidad con el Enam que evalúa todas las áreas que debe dominar el médico recién graduado y Aspefan cuenta con la experiencia acumulada a través de estos años para hacerlo. Lo que está bien, hay que mejorarlo, actualizarlo pero no debilitarlo y mucho menos, destruirlo.

Si el objetivo es evaluar la calidad en la formación del médico, a quien corresponde hacerlo es al ente formador, o sea la universidad, como lo han señalado las facultades de medicina, el Colegio Médico, la Academia Nacional de Medicina, la Academia Peruana de Cirugía y otras instituciones más. El Ministerio de Salud es el ente prestador y su función no es evaluar los conocimientos de los médicos recién egresados que van a hacer el SERUMS, sino brindar las condiciones mínimas y recursos necesarios para que los médicos serumistas puedan prestar una adecuada atención a la población.

Como señalé al inicio, el objetivo final es brindar una adecuada atención de salud por parte de los médicos, y para esto es necesaria una adecuada formación por parte del ente formador. Pero, una vez que el médico ya está graduado o ha culminado su especialización, a la entidad que le corresponde velar para que los médicos presten una adecuada atención tanto en conocimientos como en la parte humanística es al Colegio Médico como lo establece su ley de creación, teniendo presente el cumplimiento de los principios inmanentes a la profesión médica señalados en su Código de Ética y Deontología. Para ello, el colegio cuenta, además, con una importante herramienta que es la recertificación que se hace cada 5 años, pero, para que ésta cumpla realmente con su objetivo que es constatar la actualización permanente del médico, esta recertificación no solo debiera ser una evaluación por portafolio sino por competencias a través de un examen de conocimientos y habilidades como se hace en otros países.

Finalmente, debo señalar que cuando un problema o situación relacionada con la salud sale del ámbito netamente técnico o académico, como es el caso del Enam para pasar a un contexto meramente político y/o personal, los que más pierden no son los actores en conflicto sino aquellas personas sobre las que recaen las consecuencias de sus acciones, o sea los pacientes. Sobre todo, los de menores recursos económicos.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Alfredo Celis López es exvicedecano del Colegio Médico del Perú