Muchos de ustedes recordarán a Waldo Ríos Salcedo: candidato a presidente regional de Áncash que ganó las elecciones con sangre, sudor, lágrimas y una oferta de regalar mensualmente S/.500 por familia. La lucha, sin embargo, no ha terminado. Para ocupar su puesto, debe pagar una reparación de S/.1 millón al Estado (que remonta a una sentencia por recibir un dinerillo de Montesinos para cambiarse a una bancada congresal).
No nos desviemos: lo importante, más allá de lo que nos quiera hacer creer la prensa, es que los errores del pasado no tienen por qué significar duros golpes en el presente; y también que Waldo ya encontró la solución. Nos referimos a la campaña Cruzada de Amor pro Waldo (que, felizmente, no es lo mismo que Cruzada de Amor por Waldo, que hubiera sido demasiado). Esperamos que logren su objetivo antes del 1 de enero, fecha del cambio de autoridades regionales. Adelantamos que, con gusto, contribuiremos con los S/.30 para el almuerzo de confraternidad. Y le decimos, a los incrédulos, que, aunque es cierto quizá no se vendan los 33.333 almuerzos, tienen que ver la imagen completa: no se olviden de que también hubo una tómbola en la que se vendió comida y cerveza, y que el Club de Damas Waldistas muestra particular energía.
Descreídos, cuando lleguemos a la meta, olviden las palabras del secretario técnico de Transparencia, quien sugiere que estas actividades podrían ser solo una pantalla del origen del dinero y recuerden: todo proviene del amor pro Waldo.