El gobierno de Pedro Castillo y su polémica y confrontacional primera ministra Betssy Chávez están por tomar una decisión no menos trascendental ahora que, a todas luces, han optado por una posición aún más a la ofensiva para mantenerse en el poder cueste lo que cueste: nombrar al reemplazo de José Luis Fernández Latorre en la cabeza de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), quien está cumpliendo una detención preliminar por el caso Petro-Perú de diez días en las instalaciones de la Diviac. Conocer quién será su relevo nos dará una idea respecto de si el Ejecutivo seguirá apostando por el sistema de Inteligencia como uno de sus principales aliados para, de alguna manera, contener el avance de las investigaciones por corrupción que enfrenta.
Si hoy Fernández Latorre está detenido es porque el equipo especial de la fiscalía ha corroborado que estuvo detrás de un desvío de fondos presumiblemente de la DINI para pagarle a Bruno Pacheco (a través de su hermana Gloria) para mantenerlo en silencio y evitar que contara sobre los ilícitos de los que fue testigo en el tiempo que trabajó como mano derecha de Castillo en la Secretaría General de Palacio. Sin embargo, esto solo representaría una mínima parte de la real participación que tuvo el exjefe de la DINI en uno de los casos que más comprometen a Castillo por el nivel de evidencia recogida: el de encubrir a los miembros de su círculo de confianza que eran investigados por la fiscalía.
Para los que hemos seguido de cerca las movidas tanto en el sistema de Inteligencia como en el sector Interior, sabemos que Fernández Latorre no era un personaje cualquiera. Formaba parte de ese grupo íntimo e influyente de chotanos que acompañan a Castillo desde que comenzó su gobierno, como Nilo Irigoin, Jorge Tarrillo y Sandra Flores Cardoso. Además, es quien guarda el secreto sobre cómo se han venido utilizando los abundantes y reservados recursos de Inteligencia en estos poco más de 16 meses de gestión. De manera que el arresto del exjefe de la DINI significa para el mandatario un punto de quiebre en su intento de concentrar poder e impunidad. No solo pierde a un aliado estratégico, sino su permanencia en Palacio correría serio riesgo si es que este último decide colaborar con las investigaciones del Ministerio Público.
Entre las opciones que se barajan como nuevo director de la DINI, está Gustavo Bobbio Rosas, actual jefe del gabinete de asesores de esa entidad. También, Abel Tarazona, coronel PNP (r) y exlíder de transferencia del sector Interior de este gobierno. Cualquiera de estas dos opciones significaría más de lo mismo. De manera que se debe estar atento a este nombramiento. Pero más aún a lo que pueda decir el exjefe de la DINI.