Acá te listo escándalos, pillerías y omisiones judiciales que se nos están pasando por las narices. Que no están en el referéndum de Martín ni en la cresta de la ola moralizadora, ni en portadas, ni en prioridades de los ‘fujitrolls’.
Primero, un tema que sí causa asombro pero no el suficiente: ¿cómo diablos el fiscal Marcial Páucar estuvo de acuerdo con el pedido de PPK para salir del país por un asunto médico? Por Dios, si el fiscal José Domingo Pérez, ahora empoderado en el Caso Lava Jato, no corría a rebatir a Páucar y el juez se alineaba con la indulgencia del fiscal, PPK se nos iba. Eso hubiera sido harakiri para Vizcarra, que lo iban a acusar de cómplice de su predecesor, y también para el ex fiscal Sánchez, que lo iban a machetear porque durante su gestión no se habría preocupado en perseguir a PPK tanto como a los naranjas. No sé si PPK pensaba volver; ¡pero no es políticamente viable que se vaya, pues!
Otro nombre: Luna, Luna, Luna. No me cansaré de repetirlo. José (‘Pepe’) Luna Gálvez es fundador de la Universidad Telesup, semillero del Consejo Nacional de la Magistratura, y líder de Podemos, el partido con inusual influencia en la ONPE. ¿Cómo no iba a tenerla si su hoy detenido colaborador José Cavassa, también funcionario de Telesup, injería en la ONPE? Años atrás había sido brazo derecho de José Portillo Campbell en la perversión montesinista de la ONPE. Por aquel entonces se desmontó una maquinaria de producción de firmas falsas en la que estuvo implicado Luis Navarrete Santillán, actual personero legal de Podemos. El defenestrado presidente del CNM, Orlando Velásquez, dijo en su caída que se nos estaba pasando por las narices el mal enquistado en la ONPE. O sea, ¡apuntemos nuestra mirada a Luna!
El ‘Nene’ Cubillas pasa piola. Apoyar a un amigo procesado, hablando con el juez César Hinostroza para que vea su expediente, no es delito. Pero si el amigo es el ex alcalde de San Juan de Lurigancho Carlos Burgos, y está prófugo, sí se podría configurar una situación delictiva. Si Cubillas tuviera contacto con Burgos y en lugar de avisar a la justicia, se presta a ayudarlo, vamos, ¿no es suficiente para que lo llame el fiscal del caso?
Ay, los abogados. Los hay buenos y malos, los hay buenos defendiendo legalmente a malvados y los hay que dejan que sus defendidos paguen coimas y trafiquen influencias con operadores como Antonio Camayo. Los hay, incluso, que en una sola sesión orientan al procesado y cobran una cifra exorbitante porque la comparten con el juez. Una sutil modalidad de coima. El Colegio de Abogados es una nulidad en autorregulación ética –¿me oye, señora María Elena Portocarrero?–, así que somos los ciudadanos los que tenemos que gritar para ponerlos en su sitio.