En plena búsqueda de una empresa de catering para el cumpleaños de tu menor hijo, un aviso te llama poderosamente la atención: una torta de 40 porciones, cupcakes, trufas, masmelos, alfajores, brownies, donas y otros bocaditos a tan solo 100 soles. Todo esto, con la temática que prefieras. Sin pensarlo dos veces, contactas al número que aparece en el aviso para poder adquirir la oferta y te responden que debes depositar el monto total para separar tu cupo. Por si fuera poco, te enteras que puedes programar la entrega de los productos en un plazo máximo de un año. Mejor imposible.
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A través de esta y muchas otras ‘promociones de locura’, las cuales expiraban luego de 24 horas de ser lanzadas por redes sociales, la empresa Ladybugs Cupcakes S.A.C. se agenciaba miles de soles todos los días sin tener la necesidad de efectuar la entrega inmediata de los productos, pues la mayoría de sus clientes separaba sus cupos con varios meses de anticipación.
La razón por la cual miles de personas adquirían estas promociones es porque se trataba de precios accesibles y económicos, en comparación con otras empresas del mismo rubro que cobraban más por menor cantidad de productos.
Sin embargo, a diferencia de la competencia, los depósitos que recibía Ladybugs daban a parar directamente a las cuentas bancarias personales de sus dueños: Muriel Rodriguez Ramos y Patrick Beraun Albán. Se calcula que al día la empresa recibía 70 pedidos, lo que significa que tendrían un ingreso promedio de 7 mil soles líquidos a diario.
Sin embargo, lo que parecía una oportunidad perfecta, terminó siendo un total engaño. Diversas personas se contactaron con el equipo de #PasaEnLaCalle donde denunciaron haber sido estafados por dicha empresa y sus dueños.
¿Cómo operaba este negocio?
Si bien durante los primeros años Ladybugs cumplía sin ningún inconveniente con la entrega de las promociones, motivo por el cual aumentó su cartera de clientes, comenzó a recibir de un momento a otro, a mediados del 2020, algunos reportes de quejas debido a productos en mal estado o que no correspondían a lo solicitado.
La empresa asumió la responsabilidad y resarció su error con nuevas entregas y sin efectuar ningún cobro adicional. De esta manera intentó demostrar que se trataba de hechos fortuitos. En este mismo periodo, blogueras reconocidas y con miles de seguidores en redes sociales recomendaban en sus publicaciones a Ladybugs y destacaban la labor de Muriel Rodriguez.
Es así que pese a los inconvenientes la empresa de catering incrementaba su popularidad en el mundo de las fiestas infantiles, al mismo tiempo que lanzaba nuevas ‘promociones de locura’. Hasta aquí nada hacía sospechar lo que vendría después.
Luego de un 2021 con pedidos y entregas. En febrero último, Ladybugs sorprendió a sus fieles clientes con un comunicado que daba cuenta de problemas en la interna de la empresa. Según informó Muriel, habían sido víctimas de un robo sistemático por parte de sus colaboradores. Los acusó de haberle sustraído una suma cercana a lo 70 mil soles. Agregó que no denunció el hecho ante la Policía Nocional porque le aconsejaron no hacerlo. Esto último generó la sospecha de buena parte de los afectados.
Es así que Ladybugs inició la cancelación de los pedidos programados para febrero, ocasionando el fastidio de clientes que habían pactado la entrega del catering en esta fecha. Debido a la cantidad de reclamos, lanzó nuevos comunicados en los que brindaba tres alternativas de solución, siendo uno de ellos, y el más requerido, la devolución del dinero. Casi enseguida, Muriel indicó que realizaría un cronograma de pagos.
Sin embargo, a los pocos días, ya en marzo, hizo un nuevo anuncio: cerraría las puertas de su negocio por dos meses. Esta noticia aumentó más el descontento de los clientes, pues esto implicaba nuevas cancelaciones de pedidos.
Ante la ola de críticas y reclamos, Muriel aseguró que sí devolvería el dinero a sus clientes, pero que iba a demorar un poco porque no contaba con el dinero suficiente en ese momento. Pidió comprensión y paciencia.
Aun con la fe en que Muriel cumpliría su palabra, los clientes esperaron unos días. Tras un breve tiempo, le escribieron para saber más o menos cuando sería la devolución, pero se llevaron otra gran sorpresa. Buena parte de los afectados fueron bloqueados por Muriel y Patrick de sus contactos y las redes sociales de Ladybugs fueron dadas de baja.
Solo un grupo pequeño no fue bloqueado y siguió recibiendo promesas de pago por parte de Muriel mediante mensajes de WhatsApp. A la semana dejó de escribirles. La pareja de esposos, hasta el cierre de esta nota, ha preferido guardar silencio y romper todo contacto con los afectados. El Comercio intentó comunicarse con ellos, incluso dejándoles mensajes por distintos medios, pero no obtuvo respuesta.
Toda esta situación motivó a un buen número de personas que se sentían estafadas por Ladybugs a formar varios grupos de Facebook y WhatsApp para organizarse y evaluar qué acciones tomar en contra de Muriel y su empresa.
Testimonios que evidenciarían la estafa
A Teresa siempre le ha gustado buscar videos e información relacionada a la maternidad, consejos, alimentación, etc. Es por eso que desde hace años seguía con mucho interés los blogs ‘El Baúl de Antonia’ y ‘Por segunda vez’. El ver que estos espacios recomendaban a Ladybugs constantemente, le dio confianza y seguridad para poder adquirir sus servicios.
“En el 2018, llamé a la empresa y pedí dos tortas con bocaditos temáticos para el cumpleaños de mi hija. Todo me llegó perfecto. El sabor, la decoración, todo estaba más que bien. Es así que en adelante seguí adquiriendo promociones para distintas celebraciones”, contó a #PasaEnLaCalle.
Como la agenda de Ladybugs permanecía copada, era necesario comprar los paquetes promocionales mínimo con dos meses de anticipación. El último pedido que recibió Teresa fue en febrero del 2022, para el cumpleaños de su esposo. Luego, había separado otra oferta, pero por algunos inconvenientes se veía en la obligación de mover la fecha programada.
“De repente, cuando la contacto para reagendar mi pedido, me dijo que habían cerrado temporalmente por unos días. Acordamos que el pedido se mueva para el cumpleaños de mi hija y me armara una nueva propuesta. Traté de entenderla. Pero casi en seguida anunció el cierre definitivo de su empresa. Le escribí a su WhatsApp y estaba bloqueado. No recibe mensajes, ni en redes. Desde mayo no sé nada de ella”, indicó.
Hasta la fecha, Muriel y Patrick adeudan un total de 470 soles a Teresa por cuatro promociones que nunca entregaron.
Debido a esta situación, uno de los grupos que congrega más personas afectadas por Ladybugs enviaron una carta notarial a Patrick y presentarán una denuncia en la Dirincri de la PNP en contra de la pareja de esposos por estafa.
“Hicimos llegar la carta notarial a Patrick por medio de su WhatsApp, ya que se ha ido a entregar en dos oportunidades al lugar donde vivían hasta hace unos meses, pero están como no habidos. Milagrosamente Patrick recibió la carta por mensaje y dijo que están consultando con un abogado para responder de manera formal. Pero hasta ahora nada”, dijo.
El caso de Lisbeth es muy similar. Ella contactó a la empresa de catering por redes sociales tras ver las recomendaciones. Adquirió tres promociones equivalentes a 370 soles para poder usarlas en cualquier momento. Total, tenía hasta un año para poder recibir los productos.
“Tenía dudas, pero como tenían buenas recomendaciones y habían cumplido anteriormente con las personas me animé por comprar sus ofertas. Al final no llegué a usar ninguna promoción. Para mi fue una sorpresa ya que en marzo de este año era el cumple de mi hijita y pensaba usar uno de mis cupos”, señaló.
Lisbeth trató de comunicarme con Muriel. Ella le aseguró que habría problema y que le iba a devolver el dinero invertido. Sin embargo, la bloqueó del Instagram luego que Lisbeth le reclamara por la demora en la devolución.
“Sé que nuestro dinero quizá ya no nos lo devuelva, pero igual esto no puede quedarse así. Ella sigue con su vida normal, como si no pasara nada. No da la cara”, expresó.
A estas historias se suman la de Paola, Marcia, Lessly, Shirley, Cynthia y cientos de personas que se sienten perjudicadas por esta pareja de esposos.
Vale precisar que intentamos contactar a Muriel y Patrick a través de sus redes sociales y números de contacto, pero hasta el cierre de esta nota no obtuvimos respuesta.
¿Estamos frente a una modalidad de estafa?
El artículo 196 del Código Penal define a la “estafa” de la siguiente manera: “El que procura para sí o para otro un provecho ilícito en perjuicio de tercero, induciendo o manteniendo en error al agraviado mediante engaño, astucia, ardid, u otra forma fraudulenta será reprimido a pena privativa de la libertad no menor de un año ni mayor de seis años”.
Es decir, este ilícito penal ocurre cuando un sujeto –con el fin de obtener un provecho para sí o para otra persona– induce a error a otro individuo mediante el empleo de algún artificio o engaño a fin de que se desprenda de su patrimonio o de una parte de este.
En diálogo con El Comercio, el abogado penal Walter Palomino explicó que el eje central de la estafa es la idoneidad del engaño para provocar un error en la víctima. “La generación del error en la víctima implica que el agente delictivo cree previamente una falsa realidad. Así pues, el error debe surgir inmediatamente a consecuencia del acto fraudulento (engaño). Si no hay acción fraudulenta es imposible hablar de estafa”, precisó.
En el caso de Ladybugs, el experto sostuvo que podría haberse configurado el delito de estafa si es que se comprueba que Muriel y Patrick ofrecían premeditadamente las mencionadas promociones con diversas condiciones que solo tenían como propósito hacer creíble la seriedad de las mismas, para así inducir a error a las victimas y hacer que depositen diversas sumas de dinero a sus cuentas.
“En este supuesto, todas las acciones de los agentes (Muriel y Patrick) deberían haber estado encaminadas a engañar a sus consumidores para que dispongan de su patrimonio”, dijo.
Por otro lado, Palomino agregó que, sin perjuicio de lo indicado, podría configurarse otro delito alternativo como es el de apropiación ilícita (art. 190 CP). Este se presenta cuando el agente delictivo en forma ilegal o indebida se apodera de un bien que le fue entregado de forma lícita para un fin determinado y durante un tiempo específico.
“Se trata de un delito doloso y se consuma a través de actos de exteriorización concretos en donde se verifique que el agente actúa como propietario del bien”, agregó.
El especialista detalló que este tipo de delito es sancionado con una pena privativa de libertad de entre dos y cuatro años y, a diferencia del delito de estafa, se configura cuando el agente inicia su conducta criminal una vez que tiene el bien en su poder, pero en lugar de darle la finalidad para el cual fue entregado, se apodera del mismo.
Este delito podría haberse configurado si Muriel y Patrick inicialmente no tuvieron la intención de realizar actos de engaño, pero una vez que tuvieron el dinero en su poder tomaron la decisión de apropiarse de él, sin brindar el producto que esperaban sus consumidores, indicó el abogado.
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