Se abre un nuevo capítulo sobre el futuro Aeropuerto Internacional de Chinchero en Cusco (AICC). El viernes último, el Estado Peruano firmó el contrato con el consorcio integrado por la surcoreana Hyundai E&C y HV Contratistas, que ejecutará las obras preliminares del proyecto por un monto de US$143,8 millones. Estos trabajos consisten en el movimiento de tierras en el área donde se construirá el terminal aéreo y la pista de aterrizaje.
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El Gobierno tiene previsto que esas obras se inicien en el segundo trimestre de este año, es decir, a partir de abril. Sin embargo, El Comercio confirmó que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) las licitó pese a que todavía no se ha elaborado el estudio de impacto patrimonial (EIP) requerido por la Unesco, a fin de determinar una posible afectación en el Patrimonio Mundial ubicado en Cusco –Machu Picchu y el Qhapaq Ñan– debido al proyecto.
El proceso de licitación
En enero pasado, este Diario adelantó que habían participado seis postores en el proceso de licitación para el movimiento de tierras:
Inicialmente la firma de contrato con el postor ganador estaba programada para diciembre del 2020, pero debido a la pandemia y otros factores se postergó hasta el viernes último. El MTC había anticipado que la oficina de gestión del proyecto (PMO) en Chinchero, a cargo de un consorcio de Corea del Sur, adjudicaría estos trabajos preliminares por un monto de US$145 millones sin incluir IGV.
No obstante, la propia Hyundai Engineering & Construction informó en su página web que el monto final de la licitación asciende a 158,2 millones de wones (equivalente a US$143,8 millones); y que su participación en el consorcio que integra junto a HV Contratistas llega al 55% (87,5 millones de wones) “para cerrar su primera oferta en el Perú desde el establecimiento de una sucursal de la empresa en este país”.
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“El nuevo aeropuerto será una nueva puerta de entrada para los visitantes a Machu Picchu, el famoso sitio de antiguas ruinas incas; y reemplazará al actual Aeropuerto Internacional Alejandro Velasco Astete, que tenía problemas de seguridad para los vuelos y problemas de ruido en las cercanías. [El AICC] se ubicará a 15 km al noroeste de Cusco, y Hyundai E&C tiene la tarea de rellenar el suelo y mejorar el terreno blando para el nuevo aeropuerto”, explicó la empresa surcoreana.
Hyundai E&C anunció también que “aprovechará” la licitación del movimiento de tierras para “cerrar” los próximos procesos de adjudicación de las obras principales (construcción del terminal aéreo y la pista de aterrizaje), “cuyas licitaciones se están preparando actualmente”. El MTC indicó a El Comercio que esa fase del proyecto comenzará en junio de este año.
Falta el EIP “concluyente”
En julio del 2018, la Unesco envió una carta al Perú para solicitar el estudio de impacto patrimonial (EIP) del futuro aeropuerto donde se establecieran los posibles daños que ocasionaría en tres bienes listados como Patrimonio Mundial: el Santuario Histórico de Machu Picchu, el Qhapaq Ñan y la ciudad de Cusco. En febrero del 2020, El Comercio accedió a dos estudios realizados sobre la ciudadela incaica y el sistema vial andino, donde se identificó hasta un 65% de afectación al patrimonio por el AICC.
Tras la revelación de este Diario sobre ambos estudios, el Ejecutivo explicó que la PMO que gestiona la construcción del aeropuerto había encargado la elaboración de “un EIP concluyente”, a fin de enviar ese documento definitivo a la Unesco. Este proceso se inició en diciembre del año pasado, y requirió la contratación de la compañía estadounidense Cultural Site Research and Management, encabezada por el especialista internacional Douglas Comer, por un monto de US$780.000.
Sin embargo, hasta el momento no se ha precisado una fecha de entrega de este nuevo EIP; pese a ello, el Estado Peruano ya licitó las obras preliminares en Chinchero.
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Al respecto, el MTC respondió que “la adjudicación de la empresa a cargo del movimiento de tierras del aeropuerto de Chinchero forma parte del cronograma de obras que se viene cumpliendo. El EIP, al ser un instrumento adicional y no obligatorio según la normativa peruana, complementa los estudios previamente realizados”.
“En ese sentido, sus conclusiones se sumarán a la información existente y servirán para complementar las medidas de mitigación ya identificadas y que vienen siendo implementadas. No obstante ello, el Ministerio de Cultura informó que las recomendaciones formuladas por la Unesco al Estado peruano respecto al EIP no son condicionantes para su ejecución”, informó el sector Transportes.
En tanto, el Ministerio de Cultura reiteró a El Comercio que la contratación para elaborar el EIP se realizó “de forma voluntaria” a partir de la recomendación de la Unesco, pero las conclusiones de ese documento “no son vinculantes”. “En la misma línea, los EIP o las recomendaciones de la Unesco en ningún caso se refieren a la paralización o continuidad de las obras. El EIP concluyente indicará las posibles afectaciones que haya detectado, y propondrá las medidas de mitigación que considere apropiadas”.
“Sin perjuicio de lo dicho, el Estado Peruano está comprometido a realizar todos los actos que sean necesarios para proteger el patrimonio cultural del país, por lo que evaluará y aplicará las medidas de mitigación del EIP que sean pertinentes, y otras que considere necesarias para garantizar que nuestro patrimonio no se vea afectado de ninguna forma”, indicó el Mincul.
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Actualmente el caso está judicializado. El Segundo Juzgado Civil de la Corte Superior de Justicia del Cusco admitió a trámite una demanda de amparo presentada en enero por la Asociación Civil “Unión Ciudadana por la Defensa y la Valoración del Patrimonio Cultural y del Ambiente”, con el objetivo de paralizar el proyecto en Chinchero ante la posible afectación en el patrimonio cultural y arqueológico. Las autoridades regionales y locales han rechazado esta decisión judicial.