Los cálculos previos al debate sobre la moción de vacancia contra el presidente Pedro Castillo por permanente incapacidad moral hacían prever que el Congreso de la República no iba a alcanzar los 87 votos para lograr la destitución del mandatario. A ello se sumó la participación de una oposición parlamentaria que evidenció nuevamente su fraccionamiento, y que ha tenido indecisiones en su labor de control político en lo que va de actual período.