Un debate con lluvia de promesas, ofrecimientos sin claro sustento y que escapan de las competencias municipales, deslucidas interacciones, evasivas a interrogantes y victimizaciones abrió el último tramo de la campaña para las elecciones por la alcaldía de Lima.
Bajo ese panorama, a los limeños les queda menos de una semana para decantarse por una de las ocho listas de partidos políticos que presentan candidatos al sillón capitalino. El debate municipal y las opacas intervenciones de sus participantes han confirmado la pobre oferta electoral y la muy difícil tarea de los votantes para tomar una decisión.
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Las dos horas de la jornada se dividieron en cuatro bloques que tuvieron distintos momentos de intensidad, pero que estuvieron marcados por el corto tiempo de los participantes para decidirse entre puntualizar sus propuestas, aterrizarlas o recurrir a sus propios libretos.
Preguntas incómodas
El primer bloque, sobre preguntas ciudadanas y de los moderadores Carlos Cornejo y Josefina Townsend, midió el temple de los candidatos y sus ideas fuerza ante distintas problemáticas.
Consultada sobre la seguridad ciudadana, María Elena Soto (Avanza País) hizo una propuesta cuya aprobación depende del Congreso e implementación va más allá de las facultades metropolitanas. Si bien la municipalidad sí tiene iniciativa legislativa, lanzó un concepto que no detalló: “Presentaremos un proyecto de ley para que todos aquellos delitos por robos de celulares, mercados ilegales de armas, sean considerados terrorismo urbano y que reciban sanciones efectivas, hasta pena privativa de la libertad”.
Elizabeth León (Frente de la Esperanza) reiteró una propuesta de su plan: empadronar a ciudadanos extranjeros, principalmente venezolanos. Aseveró que esos migrantes “han incrementado la población penitenciaria en Lima”.
En tanto, Daniel Urresti (Podemos Perú) no respondió una pregunta ciudadana sobre áreas verdes y solo refirió: “En nuestro plan de gobierno, detallamos la solución”. Luego, como hizo en otros bloques, se dedicó a hablar sobre seguridad ciudadana, una tarea que sobrepasa las competencias que tiene la Municipalidad de Lima.
La parte más tensa se dio cuando Townsend le preguntó por el asesinato del periodista Hugo Bustíos en 1988 –caso en el que está procesado− y su candidato a teniente alcalde José Luna Morales, investigado por la fiscalía por presuntamente pertenecer a una red criminal. Urresti evadió ambos temas y luego, en reiteradas ocasiones, reclamó y adujo ataques a su persona.
Sin embargo, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), organizador del debate, recordó que los moderadores fueron escogidos por los propios partidos y “mantienen la discrecionalidad en sus intervenciones”.
En tanto, Yuri Castro (Perú Libre) tuvo una consulta sobre prevención de la corrupción, un tema por el que se ha cuestionado al gobierno de Pedro Castillo, a quien su partido llevó al poder.
Duplas deslucidas
En el segundo bloque se conformaron cuatro duplas con la intención de que los candidatos polemizaran e interactuaran entre sí, pero los participantes no se hicieron muchas preguntas, sino respondieron principalmente a las de los moderadores.
La primera dupla tuvo a Gonzalo Alegría (Juntos por el Perú) y Omar Chehade (APP), quienes fueron consultados inicialmente por el rol de la Autoridad del Transporte Urbano (ATU).
Sin embargo, Alegría empezó por advertir que, a lo largo del debate, iba a responder tras haber sido denunciado por su hijo por presunta violencia física, psicológica y sexual. En su afán por minimizar el hecho, se victimizó y dijo que se trata de una “campaña de difamación” y un “tema cruel” por el que ha pasado.
“La gente quiere escuchar propuestas, no sobre hechos abominables, monstruosos”, replicó Chehade.
En su dupla, Elizabeth León y George Forsyth (Somos Perú) no se interrogaron. Ante una pregunta de la moderadora sobre la ausencia de la mayoría de congresistas de su partido en la no aprobada moción de censura contra Willy Huerta, ministro del Interior, el exalcalde de La Victoria respondió: “Soy una persona muy distinta a los que están en el Congreso”.
Quienes sí interactuaron entre sí sobre iniciativas fueron Soto y Rafael López Aliaga (Renovación Popular). La primera le consultó sobre una propuesta de la agrupación celeste para implementar un parque zonal en La Molina, pese a las deficiencias de transitabilidad. “Eso lo dejo al candidato correspondiente. Faltan más de veinte clubes zonales en Lima, los vamos a hacer”, replicó el segundo. Luego, insistió en acciones para dotar de agua a las zonas altas de Lima, porque “Sedapal no ha hecho nada en los últimos 40 años”.
Epílogo
El tercer bloque consistió en preguntas a las que los candidatos debían responder sí o no, explicando su postura.
Entre las intervenciones, Urresti dijo que estaba en contra de una zona rosa en Lima, porque no hay áreas para ese fin. Forsyth se opuso a que los serenos usen armas de fuego y prometió prepararlos y trabajar con la policía para “entregar pruebas a los jueces y fiscales”.
Irónicamente, al candidato de Perú Libre se le volvió a consultar sobre transparencia. Aseveró que sí nombraría a un militante de su partido en su eventual gestión, en caso de que tuviera el perfil para el cargo.
A su turno, López Aliaga negó que su eventual gestión vaya a desactivar la ATU y aseguró que junto a esa entidad trabajará para ampliar el Metropolitano y “coordinar el tren de Chosica al Callao”.
En el cuarto y último bloque, los candidatos dieron su mensaje final y visión sobre Lima.
Forsyth dijo que reconocía sus errores del pasado y aseveró que está capacitado para el cargo de alcalde. Pero su contendor Chehade replicó: “Jamás puede ser un héroe el que abandona el combate, como sucedió con el candidato que me antecedió en La Victoria”.
En tanto, Urresti continuó con sus quejas hasta el final y López Aliaga aseveró que, si es electo, gobernará los cuatro años.
¿Quién ganó el debate? La respuesta queda en el vacío. Pero este domingo se conocerá a quién los limeños darán la responsabilidad de dirigir la ciudad para el período 2023-2026.
“Sin seguridad no hay nada, no se puede mejorar el nivel de vida de nadie, por eso les pido que me ayuden a cumplir mi promesa: entregarles una Lima segura”.
“El Metropolitano irá desde Carabayllo hasta Plaza San Miguel. Es fácil de hacer, ahí está la avenida Universitaria en el medio; y para Lima este, el tren Chosica-Callao”.
“[El serenazgo] no puede usar armas de fuego. Debe usar armas no letales, pero cuando ya se haya creado la escuela del serenazgo. Serán capacitados por el Mininter”.
“Muñoz perdió facultades con una actitud impávida. Vamos a recuperar las atribuciones [en el sector transportes] que hoy la ATU no está respetando”.
“El muchacho me acusa de tocamientos indebidos y una serie de cosas indecorosas. [...] ¿Por qué se ha producido todo esto? Porque soy el único que ha estudiado el contrato de peaje”.
“Necesitamos los buses articulados que teníamos en Lima con una empresa municipal [...]Estamos pensando en reiniciar gestiones para tener una empresa municipal.
“Creo que sí [nombraría en un cargo de confianza a alguien de Perú Libre] siempre y cuando cumpla las funciones o el perfil profesional que requiere”.
“Una de las propuestas es que las funciones de la ATU se reviertan a la Municipalidad de Lima. Ellos cuentan con un presupuesto igual al de la municipalidad”.