“Soy madre y muchas veces dejé de lado mi crecimiento personal por mi familia. Pero nunca perdí las ganas de cumplir uno de mis sueños: tener mi empresa de confección”, comenta con entusiasmo Marilyn Vásquez, gerente general de Kallpa Clothing. La esperanza de una vida mejor siempre ha guiado sus días. Y así fue cuando, junto a cuatro madres estudiantes de costura del CETPRO San Pablo de la Cruz, en Ventanilla, tuvo la oportunidad de concretar el sueño del negocio propio.
El arte de sus manos les abrió el camino del progreso y con el apoyo de Impulsared —una iniciativa de Repsol que busca la transformación social y el desarrollo económico de las comunidades del norte de Lima— lograron convertir su proyecto en una empresa rentable. El programa les brindó lo esencial para echar a andar un negocio: capacitaciones técnicas, asesoría para la formalización y un capital semilla. “Ahora tenemos nuestro propio taller en la avenida Los Licenciados y, a pesar de que ya somos una empresa, Impulsared continúa acompañándonos”, afirma Vásquez.
Un poderoso diferencial de Kallpa Clothing es su visión sostenible: además de ropa para mujeres, prepara monederos y bolsos a partir de uniformes en desuso de los colaboradores de la Refinería La Pampilla y de las estaciones de servicio de Repsol. Esa apuesta por la economía circular la comparten con las empresarias de Confecciones Mari’s, un negocio de costura que también vio la luz de la mano de Impulsared.
Lorena Bazán, representante de Confecciones Mari’s, cuenta que gracias al programa aprendió a estudiar el mercado, conocer al cliente, trabajar en equipo y administrar los costos con efectividad. Este apoyo, incluso, le ha permitido ampliar sus planes a futuro: sueña con realizar un desfile de modas en Ventanilla, generar más empleo para sus vecinos y lograr que Confecciones Mari’s sea una marca reconocida en otras ciudades del Perú. Tiene sus metas claras.
AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD
Otro ejemplo que inspira a emprender es la pollería Sabrozón Norteño. La perseverancia de los adultos mayores que la lideran es una muestra de que nunca es tarde para empezar un negocio y que la solidaridad puede transformar vidas. Sus ganas de trabajar por su comunidad comenzaron con la creación de una olla común en el Cerro Cachito, en Ventanilla.
Hoy, gracias a la ayuda de Impulsared, tienen un restaurante que da trabajo a madres solteras y a personas de la tercera edad. “No teníamos un trabajo fijo y, por lo general, las empresas no dan trabajo a los adultos mayores. Tampoco teníamos experiencia en el rubro, pero nos capacitaron para sacar adelante este tipo de negocio”, dice con orgullo Mariluz Coca, gerente de Sabrozón Norteño.
IMPULSANDO VIDAS
Esta iniciativa de Repsol trabaja desde agosto del 2023 inyectando capital y brindando asesoría a las comunidades de Ancón, Santa Rosa, Ventanilla, Aucallama y Chancay con el propósito de potenciar la creación de empresas sostenibles. Tine van den Wall Bake, gerente sénior de Sostenibilidad y Gestión Social de Repsol, señala que las capacitaciones se realizan en el Centro de Emprendimiento e Innovación Social, donde preparan a los participantes en cuatro ejes de trabajo: pesca/comercio/oficios, bienestar y nutrición, medioambiente/economía circular y turismo sostenible.
Después de financiar los negocios, la orientación no se detiene, pues ayudan a las nuevas empresas durante su primer año de vida para garantizar el éxito. Con estas acciones, el programa promueve un importante foco de desarrollo en Lima Norte.
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