nació en Ayacucho durante los años 80, como una respuesta a la necesidad de bebidas gaseosas, debido al conflicto social que se vivía en la zona Se trata de una que lleva desarrollo desde hace más de tres décadas a diferentes zonas del Perú, República Dominicana, Chile, Haití, Brasil y Guatemala, entre otros países de América Latina y el Caribe. Hoy, su historia se ha convertido en un modelo de empresarial con impacto regional.

La sostenibilidad no es algo que apareció después en nuestra historia, nació con nosotros”, afirma , presidente del directorio y fundador de . Desde sus orígenes, junto a su esposa y cofundadora , emprendieron con una clara intención: transformar la vida de las personas. Empezaron vendiendo gaseosas en su natal Ayacucho, y 37 años después, generan impacto en cada uno de los territorios de donde tienen presencia.

¿Cómo se vive la sostenibilidad en ISM?

El modelo de Industrias San Miguel se basa en una convicción profunda: no hay desarrollo empresarial sin desarrollo social. “Seguimos creyendo que el negocio solo es sostenible si también lo es la vida de quienes nos rodean”, señala el fundador de la empresa. “En ISM no vemos a las comunidades como una carga ni como un ‘riesgo reputacional’, las vemos como nuestra mayor ventaja competitiva”, resalta.

Así lo demuestran desplegando una estrategia transversal que se expresa tanto en la optimización de recursos como en el impacto real en las comunidades. Desde programas de acceso a agua potable en Haití, hasta la próxima formación de nuevos emprendedores en Ayacucho, cada acción responde a una lógica integradora.

No hay mejor inversión que la que trasciende, dejando huella”, sostiene Jorge Añaños, quien destaca que la empresa ha decidido instalar sus operaciones en lugares históricamente relegados por el capital privado. En estos territorios, ISM produce, escucha, emplea y transforma.

20 años en República Dominicana: un caso de éxito

Este 2025, ISM cumple 20 años en República Dominicana, un país que los acogió desde el inicio y donde han logrado construir algo más que una operación comercial: una relación de confianza con la comunidad. En estas dos décadas, han logrado más de 3.400 empleos directos y alrededor de 17.000 indirectos, dinamizando economías de la zona y fortaleciendo la cadena de valor con proveedores locales.

Celebramos el emprendimiento local porque creemos en su poder para transformar regiones”, afirma Jorge Añaños. Esa visión se ha traducido en programas que promueven el uso responsable del agua, capacitaciones para jóvenes y la construcción de escuelas, parques y espacios públicos que hoy benefician a cientos de familias. ​​Más allá de los números, ISM festeja el crecimiento compartido y el impacto que ha echado raíces en la vida de muchas personas.

Además de liderar el mercado de bebidas no alcohólicas con marcas como Kola Real, Frutop y Cool Heaven, la empresa ha diversificado su portafolio para responder a las preferencias del consumidor dominicano. Así nacieron propuestas como las galletas Dolchis y los snacks Krujis, consolidando su presencia más allá del rubro de bebidas. Esta expansión reafirma su propósito de generar valor en cada territorio donde opera.

Con una participación de mercado que supera el 42%, en ese país, ISM continúa invirtiendo en tecnología, innovación y formación de su equipo humano, ejecutando más de 16.000 horas de capacitación solo en el último año. A la par, sus plantas han sido reconocidas con la medalla de plata por su aplicación de metodologías de mejora continua. Para el grupo, lo importante no es solo crecer, sino crecer con propósito. Y República Dominicana es, sin duda, uno de sus mejores ejemplos.

Proyectos con propósito

Por otro lado, como una extensión natural de su compromiso, preparan el lanzamiento de la Asociación Añaños Alcázar, una iniciativa que impulsará proyectos de transformación social en educación, tecnología, innovación y emprendimiento, con un enfoque multisectorial y territorial.

Nuestra misión es clara: trabajar para crear oportunidades sostenibles que permitan mejorar la calidad de vida de miles de peruanos”, afirma Jorge Añaños. El objetivo de esta plataforma es lograr articular esfuerzos con ISM y aliados estratégicos para potenciar el desarrollo integral en las zonas donde se encuentran operando. “Vamos a actuar como facilitadores de proyectos sociales, pero también como catalizadores de nuevas ideas”, detalla.

Otro de los proyectos que también lidera la familia Añaños es la creación del Instituto Empresarial Jorge Añaños y Tania Alcázar. El Instituto no solo brindará formación técnica a jóvenes, sino que los preparará para emprender, liderar e innovar. “El verdadero desarrollo no se mide solo en litros vendidos o cifras de expansión internacional, sino en la capacidad de sembrar futuro donde antes solo había carencia”, destaca el presidente del directorio de ISM. Esta iniciativa ya se encuentra en marcha en su natal Ayacucho, en alianza con la Cámara de Comercio de Ayacucho.

Como vemos, el legado de ISM trasciende cifras, geografías y décadas. Es la historia de una empresa que nació en la adversidad, creció con propósito y actualmente impacta con resultados tangibles. En cada país donde tiene presencia, ISM adapta su modelo a las realidades locales, pero sin perder su esencia: trabajar con alma, con la gente y para la gente. Para Jorge Añaños, la sostenibilidad no es un área del negocio, sino la forma en la que debe hacerse empresa en el mundo actual. “No hay futuro empresarial sin sostenibilidad”, afirma con convicción. Esa visión —que pone a las personas y al territorio en el centro— es la que ha llevado a ISM de Ayacucho al mundo, convirtiéndose en un modelo regional de crecimiento con impacto social.

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