El refrescante acto de hidratarse después de una sesión de ejercicio podría tener consecuencias más graves de lo que se cree. Especialistas en salud y deporte han emitido una advertencia sobre los peligros asociados con la ingesta de agua helada inmediatamente después de realizar actividades físicas intensas. En esta nota te contaremos qué es lo que han señalado en torno a este tema.
POR QUÉ TOMAR AGUA HELADA DESPUÉS DE HACER EJERCICIOS PODRÍA CAUSARTE LA MUERTE
En días recientes, ha conmocionado el fallecimiento del futbolista peruano Ludwin Flores, de 27 años, a causa de un paro cardiorrespiratorio. Las circunstancias de su trágica partida han generado interrogantes. Los profesionales médicos han afirmado que el deportista perdió la vida después de consumir agua fría inmediatamente después de haber practicado ejercicio.
Según las explicaciones de Tomás Borda, este acto de beber algo extremadamente frío puede desencadenar un impacto en el corazón al contraerse los vasos sanguíneos, especialmente en individuos con predisposición arterial, lo que puede provocar un infarto. Desde Vitónica, un blog dedicado a la salud deportiva, se añade que ingerir agua fría cuando el cuerpo está caliente puede generar una hidrocución, comúnmente conocida como “corte digestivo”.
Este tipo de shock puede provocar reacciones cardíacas anómalas, resultando en alteraciones del ritmo cardíaco y una disminución de los latidos, lo que potencialmente puede llevar a un paro cardíaco.
QUÉ OTRAS RECOMENDACIONES SE DEBEN TENER EN CUENTA TRAS HACER EJERCICIOS
Después de una sesión de ejercicio, es esencial prestar atención a ciertas recomendaciones para asegurar una recuperación efectiva y prevenir posibles complicaciones. En primer lugar, es crucial mantenerse bien hidratado bebiendo agua a temperatura ambiente para reponer los líquidos perdidos durante el entrenamiento. Además, es recomendable realizar estiramientos suaves y ejercicios de enfriamiento para ayudar a reducir la tensión muscular y prevenir la rigidez. Además, se debe evitar tomar duchas o baños de agua fría de manera inmediata, ya que puede generar un choque térmico y tener un impacto negativo en el sistema cardiovascular.
Además, es importante proporcionar al cuerpo los nutrientes adecuados para una recuperación óptima. Consumir una comida equilibrada que combine proteínas magras, carbohidratos y grasas saludables ayudará a recargar la energía y reparar los músculos. Descansar y dormir lo suficiente también es fundamental para permitir que el cuerpo se recupere y regenere. Evitar el consumo excesivo de alcohol y sustancias estimulantes también es aconsejable, ya que pueden interferir con la recuperación y el proceso de sueño. En última instancia, escuchar al cuerpo y estar atento a cualquier señal de dolor o malestar es esencial, y en caso de cualquier preocupación, se debe buscar orientación médica o de un profesional de la salud.
¿ES BUENO BAÑARSE ANTES O DESPUÉS DE HACER EJERCICIOS?
Algunos expertos sugieren que bañarse después de hacer ejercicio puede ser beneficioso, ya que ayuda a enfriar el cuerpo y eliminar el sudor, lo que puede prevenir la obstrucción de los poros y reducir el riesgo de irritación de la piel. Además, una ducha después del entrenamiento puede ser relajante y ayudar a relajar los músculos tensos. Sin embargo, se recomienda evitar duchas frías inmediatamente después de un ejercicio intenso, ya que esto puede causar un choque térmico y tensiones en el sistema cardiovascular.
Por otro lado, algunas personas prefieren bañarse antes de hacer ejercicio para sentirse frescas y limpias antes de comenzar la actividad física. Esto puede ser especialmente útil si se prevé realizar ejercicios en un lugar público, como un gimnasio. Un baño antes de hacer ejercicio también puede ayudar a aflojar los músculos y preparar el cuerpo para la actividad física.
POR QUÉ NO SE DEBE HACER EJERCICIOS CON EL ESTÓMAGO VACÍO
No realizar ejercicio con el estómago vacío es una recomendación respaldada por consideraciones de salud y bienestar. Cuando el cuerpo carece de nutrientes y energía provenientes de una comida previa al ejercicio, puede experimentar una disminución de los niveles de glucosa en sangre, lo que podría llevar a una sensación de debilidad, fatiga y mareos durante la actividad física. Además, el ejercicio vigoroso con el estómago vacío podría comprometer la capacidad del cuerpo para mantener un rendimiento óptimo, ya que los músculos necesitan combustible para funcionar adecuadamente.
Una comida equilibrada antes del ejercicio proporciona los carbohidratos necesarios para el suministro de energía, así como proteínas para mantener la función muscular y grasas saludables para un funcionamiento general óptimo. Así, ingerir una pequeña comida o refrigerio unas horas antes del entrenamiento puede contribuir a niveles de energía estables y un mejor rendimiento, mientras que también ayuda a evitar malestares y molestias asociados con el ejercicio en ayunas. Sin embargo, es importante permitir suficiente tiempo para la digestión antes de iniciar la actividad física para evitar molestias gastrointestinales.
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