En Cuba, este domingo 25 de septiembre, votarán a través de un referéndum sobre el Código de las Familias en una diversidad de opiniones sobre el texto legal pero que a su vez reflejan el respaldo o no a la revolución o el hartazgo por la terrible crisis económica que pasa la isla. Asimismo, los ciudadanos tendrán que decidir entre “sí” o “no” a muchas cuestiones en el texto legal, que incluye el matrimonio igualitario y la gestación subrogada.
De tal modo que el abanico de posiciones va desde quienes apoyan por el “sí” porque están de acuerdo con el documento y respaldan al Gobierno, y todos los que votarán “no” o se abstendrán porque están en contra del código, del sistema político o de ambos.
LA LUCHA ENTRE EL “SÍ” Y EL “NO”
La directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), Mariela Castro, respalda el “sí” porque el código es una “ampliación de derechos” y una contribución a “democratizar aún más las relaciones”.
En una entrevista con Efe, se dice “orgullosa” del texto, que incluye también la adopción por parte de parejas del mismo sexo, la protección de menores y ancianos y la prohibición del matrimonio infantil, y “convencida” de que se va a aprobar, aunque sea por la mínima diferencia.
Además, Castro considera, sobre quienes votarán en contra, que se dejan llevar por “dogmas” y “prejuicios” o que son víctimas de la “manipulación” y el “desconocimiento” “inducidos desde fuera por todos los enemigos que le hacen la guerra mediática permanente a Cuba”
“Quienes van por el ‘no’ se están haciendo daño a sí mismos y a sus familias y a las futuras generaciones familiares. Están haciendo daño a las personas que quieren, porque este es un código muy avanzado, muy revolucionario”, dijo. También reconoce que “hay personas que votan por el sí apoyando a la revolución”, pese a no compartir totalmente el texto.
LAS DIFERENTES POSICIONES CON RESPECTO AL REFERÉNDUM
La periodista independiente María Matienzo indica que la mejor alternativa es la abstención, a pesar de formar parte del colectivo LGBTIQ: “Los derechos civiles no son unos más importantes que otros. Yo no tengo derechos como ciudadana sólo por el hecho de que se me permita casarme”, dice a Efe. Matienzo cree que el Gobierno no puede pasar página con este código sin ofrecer una “disculpa pública” por el pasado homófobo de la revolución, que “encarceló y persiguió a las personas de la comunidad LGBTI”.
Por otro lado, la opositora y política Marta Beatriz Roque afirma a Efe que su opción es “no votar”, aunque ella no puede ejercer sus derechos políticos como parte de su última condena. “Para mi es sencillamente más de lo mismo, votar o no votar. Yo no estoy ni por el sí ni por el no, ni por nada, porque conozco la dictadura, se cómo trabaja”, indica.
Roque está “convencida” de que “ya se sabe lo que va a ser el resultado de este plebiscito”: “Los números están puestos con las manos, los discursos están hechos y todo el mundo está informado de lo que tiene que decir”.