Fastidiada porque en la sección Bienestar del Record American, diario donde trabaja hace algún tiempo, no hace más que reseñar tostadoras, la periodista Loretta McLaughlin (Keira Knightley) tiene un arranque de atrevimiento y le pide a su editor, Jack Maclaine (Chris Cooper), que le deje indagar sobre una estadística macabra: tres asesinatos de mujeres en las últimas dos semanas.
Es hora de un poco de contexto. Estamos en la primera mitad de la década del sesenta en los Estados Unidos. Loretta trabaja en un diario emblemático de Boston cuya esencia no es solo competir por primicias, sino también hacerlo con equipos eminentemente masculinos. En esa línea, la redacción que nos sirve de escenario tiene más camisas que faldas largas abriéndose paso entre escritorios, humo de cigarrillo y máquinas de escribir.
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Hasta aquí hemos descrito el inicio de “El estrangulador de Boston”, la nueva película que acaba de estrenar la plataforma Star Plus. Se trata de un thriller dirigido por Matt Ruskin que tiene como base la búsqueda de Albert DeSalvo, un asesino serial presuntamente responsable de los crímenes de al menos 13 mujeres entre junio de 1962 y enero de 1964.
Si Jack inicialmente se muestra reacio a permitirle a Loretta que se meta en un tema como los homicidios de mujeres (“Son tres desconocidas”, “Tengo a seis hombres trabajando en eso”), las cosas cambian rápidamente cuando esta le dice lo que parece ser una frase mágica: “Lo haré en mis ratos libres”. Es en este momento que la vida de nuestra protagonista comienza a dar un giro de 180 grados.
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Además de mostrarla como una inconforme redactora de la sección Bienestar, la cinta de Matt Ruskin perfila a Loretta como esposa y madre de familia. Conforme su nueva labor de investigadora va ganando peso, su cónyuge, James McLaughlin (Morgan Spector), parece sumamente comprensivo hacia ella. La espera hasta tarde, atiende a sus hijos y los lleva a la escuela cada vez que ella se retrasa por ir buscando pruebas y testigos.
Es la labor eminentemente periodística aquella que ocupa la segunda parte de “El estrangulador de Boston”. Loretta, entonces, comienza a desplegar una serie de técnicas que le permiten entregar un primer informe a su jefe superior. La alegría por firmar una nota de la portada, sin embargo, se desvanece rápidamente cuando autoridades locales comienzan a desvirtuar la información, señalando que la reportera la consiguió “coqueteándole a policías”.
Aunque amparándose en los elementos de un thriller la cinta de Ruskin podría tener un camino seguro, hay un lado más social y político que aparece cada cierto tiempo. Loretta debe enfrentarse no solo a fuentes reticentes a darle información, sino además a compañeros que, entre broma y broma, parecen despreciar sus ganas de ser considerada ‘una más en el equipo’.
Tras la citada presión de las autoridades, Jack –a cargo de un pobremente explotado Chris Cooper—opta por asignarle a Loretta una compañera. Se trata de Jean Cole (Carrie Con), una periodista con mayor experiencia que ha sabido abrirse exitosamente un espacio entre el sexismo y las demás complicaciones que alberga ese pequeño universo llamado Record American.
Desde lo visual y escenográfico, “El estrangulador de Boston” presenta una propuesta bien cuidada. Ruskin parece haber acertado en su intento por retratar una Boston de los sesenta, y para ello se vale de tomas aéreas, edificios vetustos, luces sumamente tenues y automóviles de colección. Lo mismo ocurre con el vestuario de época, la presencia de elementos como portentosas cámaras fotográficas, grabadoras de voz (inmensas y con cinta), y las ya mencionadas máquinas de escribir.
Otro elemento muy bien logrado en esta propuesta audiovisual tiene que ver con todo aquello que atañe al trabajo periodístico. Buscar fuentes, interrogarlas, contrastar, desplazarse al lugar de los hechos, escribir, corregir y, finalmente, publicar. La secuencia presentada nos luce siempre convincente. También hay, aunque en menor medida, algo de suerte y sexto sentido periodístico.
Pero si en lo laboral nuestra protagonista da pasos firmes, en lo personal las cosas no van tan así. Tal vez aquí encontramos una de las principales falencias del relato. Loretta –cada vez menos presente en casa—empieza a perder el respaldo de su marido. El día en que este le informa que lo ascendieron en su trabajo, ella apenas le presta atención. “¡Mi hermana tenía razón, eres una…!”, grita James golpeando la mesa por impotencia.
Ese dilema surgido entre avanzar como periodista y soltar el acelerador dentro de casa resulta una veta interesante que, sin embargo, no es explotado lo suficientemente por Ruskin. Las apariciones del esposo son intermitentes y reflejan un intento muy ligero por profundizar en el lado humano que tienen los periodistas.
Contrario a esto podemos decir que está el intento por mostrar todos los riesgos a los que Loretta estuvo expuesta durante su labor de búsqueda del culpable de las violaciones y posteriores asesinatos en Boston. Verla recibiendo en casa llamadas que finalmente nadie contesta, o atenta al espejo retrovisor de su automóvil para descartar que nadie la siga, son situaciones que suman.
Por encima de estos crímenes hay algo flotando en el ambiente a lo largo de las casi dos horas que dura esta cinta: el deseo de alertar sobre el peligro que corren las mujeres en una ciudad insegura. “DeSalvo no es el primer asesino de mujeres, ni será el último”, le dicen a Loretta en una charla que, lamentablemente, no ha perdido mucha vigencia histórica.
Como hemos intentado dejar en claro en esta nota, “El estrangulador de Boston” tiene una idea clara: presentarnos a dos reporteras que se abren paso en una industria sexista de mitad del siglo pasado y no lo hacen con un reto menor, sino dando con la identidad del responsable de una ola de violaciones y crímenes que remecieron Boston. Aunque la historia resulta interesante, es en su ejecución --a ratos tan poco ambiciosa y plana-- donde la evaluación final se ve notoriamente afectada.
EL ESTRANGULADOR DE BOSTON/ STAR PLUS
Director: Matt Ruskin
Elenco: Keira Knightley, Carrie Coon, Chris Cooper
Sinopsis: Loretta McLaughlin la primera reportera que relacionó los asesinatos del estrangulador de Boston y dio a conocer su historia. Ella y Jean Cole desafiaron el sexismo de los 70 para informar sobre el asesino en serie más famoso de la ciudad.
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