Como mujeres, podemos con todo, excepto contra la gravedad. Décadas pasadas, el envejecimiento era un tema tabú, pero no faltaban las críticas mordaces hacia las arrugas, los kilos de más y las canas. Si bien hoy el discurso mutó a “no se habla de los cuerpos ajenos”, aún persiste la fascinación por lo bello y joven. Una catarsis, en el espejo artístico, el cine, ocurre con películas sobre el envejecimiento femenino como batalla y obsesión. Es el caso de la próxima cinta que reestrena el 21 de noviembre en el Perú, “La muerte le sienta bien”, y el último filme de terror más popular, “La sustancia”. Separadas por décadas, ofrecen perspectivas diferentes sobre el mismo tema.
Sinopsis de dos luchas contra el tiempo
En “La muerte le sienta bien” (1992) o "Death Becomes Her" (en inglés), Meryl Streep y Goldie Hawn encarnan a Madeline Ashton y Helen, rivales irreconciliables que recurren a métodos extremos para mantener su juventud. Un elixir inmortal, ofrecido por una enigmática mujer, las transforma en diosas eternas. Con cuerpos frágiles, desafían las leyes naturales. Es una comedia negra, dirigida por Robert Zemeckis, que combina efectos visuales, innovadores para su época, con la divertida representación de las actrices degenerando a lo largo de la película.
Puedes encontrar la película en streaming por Max.
De igual modo, en “La sustancia” (2024) de la directora Coralie Fargeat, Demi Moore y Sarah Margaret Qualley interpretan a Elisabeth Sparkle, una estrella televisiva que, al cumplir 50 años, enfrenta el rechazo de la industria, traducida en su jefe impertinente (Dennis Quaid). Su solución viene en forma de un suero rejuvenecedor que no solo altera su físico, sino también la percepción que tiene de sí misma. Ella carga con las exigencias del espectáculo, como conductora de televisión, y su propia identidad.
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¿”La muerte le sienta bien” fue referencia de “La sustancia”?
(Cuidado con los spoilers aquí)
Aunque separadas por 30 años, las similitudes entre ambas cintas son ineludibles. Ambas comienzan con la caída simbólica de sus protagonistas: Madeline Ashton (Streep) sobre un escenario de lo que sería Broadway y Elisabeth Sparkle (Moore) bailando en su programa de televisión. Dos mujeres ven su identidad profesional y personal colapsar ante los ojos del público.
En ambas películas, hay una escena donde un médico cirujano aparece como el primer escalón hacia el rejuvenecimiento, solo para dar paso a una solución más radical. Mientras que, en “La muerte le sienta bien” el elixir tiene tintes de brujería, en “La sustancia”, la pócima se presenta como una alternativa farmacológica con kits de ampollas inyectables.
En el caso de los frascos de las sustancias, elementos clave en las dos películas, simbolizan la promesa de la juventud eterna, pero también el precio que conlleva: aislamiento, superficialidad y una constante lucha interna. Sin revelar más detalles, basta decir que la puesta en escena y el maquillaje en ambos finales comparten una estética similar, y eso refuerza sus moralejas.
Brujería o química: fórmula clásica
Desde “Stardust” con Michelle Pfeiffer rejuveneciendo frente al espejo hasta las hermanas Sanderson de “Abracadabra”, el cine ha jugado con el deseo de las mujeres por desafiar el paso del tiempo. Son escenas clave donde, tras tomar el compuesto químico, se ven al espejo con un cuerpo de adolescente y perfil sin arrugas. En algunos casos, las comedias tienen su toque, pero “La muerte le sienta bien” y “La sustancia” tienen ese toque de sátira y terror.
Para Madeline Ashton, por ejemplo, el rejuvenecimiento es una trampa, porque su inmortalidad la vuelve una caricatura. En cambio, la sustancia deshumaniza a Elisabeth y la divide entre ‘la joven’ y ‘la mujer madura’. Entonces, la protagonista empieza a cuestionar su situación. Sin embargo, queda claro que ambas cintas abordan la juventud como una obsesión tóxica, alimentada por los estándares de belleza y las presiones sociales, tal como ocurre fuera de la ficción.
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“La muerte le sienta bien”: vale la pena verla en pantalla gigante
Lejos de glorificar la eterna juventud, “La muerte le sienta bien” es una crítica al culto a la belleza. A Robert Zemeckis (“Volver al futuro”, “Forrest Gump”) siempre le ha gustado jugar con el tiempo. Para algunas mujeres, el paso de los años es un tema de película de terror, pero la comedia negra de 1992 sí que resalta la contradicción de sus protagonistas por ser hermosas para recibir aplausos de la sociedad, porque pierden humanidad.
Un gancho fuerte de la trama es Bruce Willis, en el papel del hombre por el que pelean Madeline y Helen. Sirve como contraste ético, pues su personaje es pusilánime y, además, siempre se está escandalizando por la inmortalidad.
A muchos, les hubiera gustado verla en el cine por primera vez. ¿Fanáticos? Hay varios por ahí. El legado de esta película se refleja incluso en la cultura pop actual, como en el videoclip “Taste” de Sabrina Carpenter, que homenajea su estética. Más allá de la nostalgia, su reestreno invita a reflexionar sobre cómo los estereotipos de belleza, a menudo, perpetúan la vida sana de las mujeres, pero, en general, de cualquier persona.
"La muerte le sienta bien" se reestrenará el 21 de noviembre en salas de Cineplanet, pero puede ser vista en streaming en Max. Por su parte, "La sustancia" está disponible en Mubi.
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