En 2019, Tamara Tenenbaum, una periodista argentina, entonces de 29 años, publicaba “El fin del amor”, un libro basado en su crianza judío ortodoxa, de la cual se alejó a los doce años para convivir con el mundo laico. Lejos de encontrar “la libertad plena”, la escritora se topó con una serie de normas sociales que cuestiona en dicha publicación. Tres años después, en conjunto con la guionista Erika Halvorsen y Lali Espósito, re crean esta historia para una ficción protagonizada por la actriz y cantante que se estrena en Prime Video este 4 de noviembre.
Sobre este proceso de adaptación, interpretación y llegada al streaming, Saltar Intro conversó con el trío creativo, al que se suma en la dirección, la actriz, directora y guionista española Leticia Dolera.
—Antes que nada, ¿Cómo estás, Lali? Vimos que hace unos días estuviste súper mal.
Acá un poco con el resabio, pero mucho mejor. Estaba muy mal la semana pasada y ahora estoy promocionando la serie. A veces el cuerpo te obliga a parar. Yo odio el reposo, pero fue necesario.
—Hablemos de “El fin del amor”. Vi los primeros capítulos y me parece que es una serie visualmente atractiva y con un tema particular que se toca en una serie en español.
Para mí va más allá de lo estético y de todo lo visual que tiene la serie que obviamente se trabajó mucho para que esté bueno y para que tenga identidad y sea especial. Pero hay algo del contenido, sobre todo, que creo que es necesario que se muestre. Si uno mira la propuesta de cualquier plataforma actual, creo que te va a costar mucho encontrar una serie que te hable de cumplir treinta, de los conflictos de la vida cotidiana de un joven de esta sociedad argentina o de la que sea desde la mirada de una Tamara Tenenbaum.
—Desde el punto de vista de una mujer que viene de una familia judío ortodoxa, además.
Sentimos que después de leer el ensayo de Tamara había una necesidad imperiosa de transformarlo en una pieza que, al ser una ficción, invite a verla y te den ganas de discutir todos esos temas, ver qué te pasa con eso y sobre todo que sea una serie que le hable a nosotras sobre lo que es ser una mujer en esta era, en una ciudad como Buenos Aires, en cómo abordar las estructuras que ya no quieres para tu vida, que quieres romper y hacia dónde vas con eso y todo cobra un sentido más potente con un personaje que encima viene de romper una estructura religiosa como la de haber sido judío ortodoxa. Todo eso nos parecía importante para una ficción.
—Creo que la vida del personaje también puede ser el de cualquiera y de cualquier lugar. La vida viene cambiando muy rápido y hay una necesidad de salir del molde con el que crecimos, hay muchas taras sociales y no siempre se logra salir de ese molde o no nos atrevemos a salir.
Sí, da mucho vértigo, por supuesto. Por eso es un personaje/persona que existe, que es Tamara. Pero dentro de la creación del personaje eso era lo interesante, un personaje contradictorio pero que a la vez tiene ímpetu, unas ganas y una inteligencia que casi que la obliga a salir, en el mejor sentido de la palabra, de ese molde, a buscar otro rumbo, otra forma y ponerse incómoda. Creo que uno crece cuando está incómodo, cuando tiene qué decir, y ponerse en un rol de hacedor, de “cambiador”, si es que existe el término. Cuando nosotros logramos como mujeres ponernos en esos lugares, creo que logramos algo para una y otra. Y creo que Tamara es en está ficción esa mujer que te muestra que no todo sale bien, que todo puede ser un bajón, pero que está rompiendo, está intentando y eso la vuelve un personaje muy interesante para mí.
—¿Cómo fue el trabajo con Tamara para interpretarla? Conversando con ella, me dijo: “No soy Luis Miguel, no soy un personaje que ella interpreta”, pero tienes a la mano a la autora de esa historia...
¡Jaja! Claro, fue raro hacer de alguien que está vivo y que estaba ahí sentado al lado mío, en el rodaje. Y es como dice ella, no es Luis Miguel porque no es un personaje al que se le perdone al actor cualquier cosa que decida hacer porque lo conocemos, sabemos cómo es. Después estará en el juzgar del espectador si le gusta cómo lo hizo o no, pero todos sabemos quién es. Acá estás haciendo una persona que no todo el mundo sabe cómo es, cómo habla. Si leíste su libro puedes entender cómo piensa pero nadie sabe cómo es. Yo igualmente tenía el respeto por esa persona que existe y que es donde me era un poco complejo. Bueno, ¿qué hago?, ¿la imito? Bueno, ¿dónde la imito, si la gente no sabe cómo se mueve Tamara? No hace falta imitarla pero a la vez respeto que es una persona que existe, que tiene sus formas. Entonces, ¿cuál de esas formas tomo y qué no? Esa fue una construcción colectiva entre Leticia Dolera, la directora, Erika Halvorsen (guionista) y sin duda, Tamara y de un tiempo considerable de ensayos donde yo también probé cosas y el resultado final fue una Tamara que no está imitando a la verdadera, pero que obviamente abraza quien es esa Tamara a la que nos acerca “El fin del amor”.
—¿Y qué tan identificada te sentiste con este personaje que se fue creando en el camino?
Muy identificada, no tanto con la construcción del personaje, no tanto con Tamara per se, sino con los temas que se tocan, con lo que dice este personaje que para mí, como te decía en un principio, no teme ponerse incómoda con tal de encontrar una gema y yo tengo algo de eso. Si me preguntas en qué me parezco, hay algo de cómo acepto la incomodidad o acepto que algo sea jugado con tal de que el resultado sea constructivo. A mí me me importa eso, en mi trabajo en general, en una canción, en una serie, en lo que sea que aborde, me gusta que no sea un lugar normal entre comillas o conocido para mí para que salga algo potente; y este es un personaje que es así, que se la juega, va, busca se incomoda, se arrepiente, es contradictorio, se cree mil, se adora a la vez. Tiene como todas las capas interesantes para mí de una persona.
—¿Cómo surge este interés en la obra de Tamara? ¿Ustedes ya se conocían? Cuénteme un poquito sobre el inicio de este proyecto juntas
Erika Halvorsen: Nos conocimos en un bar, después Tamara publica su libro y yo, obviamente, la venía siguiendo y siempre me interesó su voz, su opinión, su mirada del mundo. Y cuando leí el libro me enteré algo que yo no sabía, que Tamara había vivido una infancia en una comunidad judía ortodoxa. Entonces dije, ¡wow! ¿Cómo esta mujer que yo sigo, de 30 años y que para mí es una de las mentes brillantes de su generación ¿Cómo hizo ese arco? Y eso era lo que me interesaba explorar en una serie y ahí le escribí y obviamente como la serie no solo tiene que ver con con todos los temas que se abordan el libro, sino con su pluma, su infancia, su familia, sus vínculos, lo que le dije fue: ‘Lo que tes estoy pidiendo no son los derechos del libro sino los de tu vida y hagamos de tu vida, de tu universo, de tu voz, una serie juntas.
—¿Cómo entra Lali en este trío?
EH: Bueno, cuando empezamos a pensar en la serie, nosotros sabíamos que queríamos tener el control del material, el control artístico y queríamos ser dueñas y productoras del proyecto, eso implicaba salir a buscar los recursos. Entonces cuando empezamos a tener algunas primeras charlas o algunos primeros ‘feedbacks’, nos dimos cuenta que le bajaban el precio a nuestro proyecto. Decían, ‘es una serie muy de nicho’ ‘de mujeres’ ‘muy snob’ y ahí dijimos, necesitamos una figura. Yo además, ya había trabajado con Lali, la conocía y veníamos hablando también del tipo de proyectos que queríamos escribir y de contar el tipo de historias que queríamos contar. Entonces yo sabía que estábamos alineadas en ese sentido y le mandé un audio larguísimo, le dije: ‘Escúchalo cuando tengas tiempo, quiero contar la historia de Tamara pero quiero que sea nuestro proyecto y que sea nuestro, que tengamos la libertad para hacerla, aunque sea chiquita pero que sea nuestra; y ella me dijo: ‘Chiquita nada, la vamos a hacer a todo culo’, esas fueron sus palabras. Y bueno, de ahí fuimos las tres a buscar apoyo, primero conseguimos el apoyo de MGM, Diego Piasek (VP sénior de Desarrollo y Producción para MGM International Television) fue nuestro primer aliado y nos llevó a ‘pitchear’ la serie a las plataformas, pero sabiendo que íbamos a elegir el lugar donde nos garanticen la libertad que necesitábamos para contar esa historia y ese lugar fue Prime Video.
—¿Cómo fue para Tamara adaptar su historia que se cuenta en primera persona en el libro? ¿Cómo fue el trabajo conjunto?
Tamara Tenenbaum: Como no se trata de una novela ni de algo que tenía como trama armada, sino que es un ensayo que tiene partes más narrativas que son las que están dedicadas a mi vida y otras partes más teóricas, lo que pensamos fue: ‘bueno todo lo que hay en el libro son insumos para armar otra obra, no tanto un trabajo de adaptación sino vamos a usar todo lo que hay acá como insumo para armar esta otra obra’. Entonces vamos a usar el tono, vamos a usar los temas las discusiones vamos a a imprimir eso y vamos a usar los universos que el libro abre, todo lo que tiene que ver con el judaísmo, con la vida de las mujeres jóvenes. Nunca quedamos adaptadas al libro sin embargo, el libro nos servía muchas veces para ir y volver y también como un poco para no perder los temas de vista o ciertas inquietudes que queríamos que estuvieran.
—¿Cómo fue ese proceso de verte interpretada por Lali? ¿Conversaron mucho sobre esto, me imagino?
TT: Conversamos, sobre todo, sobre las preguntas que a ella le surgían sobre el texto. Pero, por supuesto que no había ninguna voluntad de imitación de ningún tipo. Esta no es una serie sobre Luis Miguel, yo no soy nadie y puedes hacer lo que quieras. Más que nada, las conversaciones que teníamos con Lali era sentarnos a pensar en una persona muy distinta a ella. Por ejemplo, pensar en una persona que no nació para estar en escena sino que el lugar donde le gusta estar puede ser la universidad, que obviamente le gusta que la miren pero su performance pasa por otro lado. En ese sentido, trabajamos mucho, ella es una persona muy despierta y siempre estuvimos muy en sintonía con lo que tenía que hacer.
—Al libro le fue muy bien porque encontraron a mucha gente que esperaba como que se toque este tipo de temas. ¿Qué esperar de la serie?
EH: En ese sentido, aparte de que somos las creadoras y que el personaje de Tamara me apasiona y Lali y el resultado y tal. También como un gesto político queremos que las series protagonizadas y escritas por mujeres, dejen de pertenecer a un subgénero dentro de las series que es como: ‘Esta plataforma tiene 20 series de varones y 1 de mujeres’, como que las primeras le hablan a todo el público y las segundas a una pequeña porción. A mí lo que me interesa es que que podamos tener tantas series de mujeres como series de varones y porque lo que importa es la historia. Yo quiero que a esta serie le vaya bien para sentar un precedente y que en Latinoamérica se puedan seguir levantando proyectos hechos por mujeres creadoras, contadoras de historias y que no nos manden al nicho del bajo presupuesto.
—Para finalizar, ¿Hay opciones de hacer una segunda temporada? ¿Se lo han planteado?
TT: Todo puede pasar en la viña del señor.
"El fin del amor" consta de diez episodios de 30 minutos y es la más reciente serie local anunciada por Prime Video, que se une a otras series argentinas como: "Losi, el espía arrepentido, "Porno y Helado" y "Maradona: Sueño Bendito" junto a otros títulos como: "LOL: Last One Laughing Argentina", "Argentina, 1985" y "Barrabrava".