Basada en la novela homónima de Miguel Sáez Carral, “Ni una más” hizo mérito como la serie en español más vista de Netflix a nivel mundial desde hace tres semanas. En Perú, descendió hasta el cuarto lugar por culpa de “Bridgerton 3″, pero mantiene su popularidad en el Top 10. Entre el miedo y el abuso, el drama juvenil español cuenta un caso desgarrador de acoso y violencia sexual a una adolescente. Tatiana Astengo comenta a Saltar Intro de El Comercio su experiencia grabando con la protagonista de la serie, Nicole Wallace, en España.
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Alma (Nicole Wallace) es una adolescente de 17 años. Feminista y rebelde, ella y sus mejores amigas trascitan una etapa bonita de su vida, entre fiestas, drogas, celos, amores y relaciones tóxicas. Un caso de acoso y maltratos normalizados se cosechan en los pasillos, mientras la joven pierde un pedazo de su inocencia ante la mirada de sus amigos sexistas. No sabe cómo parar las injusticias a sus compañeras, así que decide alzar la voz haciendo una marcha que marcará la historia.
“La violencia a la mujer es un tema del que no se habla lo suficiente”, dice tajante Tatiana Astengo, quien dio un giro a su carrera y empezó “de cero” en España haciendo papeles en series como “Express”, “Honor” y “Ni una más”. En la miniserie de Netflix, ella es la profesora Andrea. Tan feminista como sus alumnas, no teme en callar los comentarios machistas en la clase de Filosofía.
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(Este texto contiene spoilers de la serie)
Mira el trailer de “Ni una más” aquí:
Detrás de cámaras
“Luego de mi participación en ‘Ni una más’, recibí muchos comentarios. La gente se animó a denunciar su caso y contar su historia con nombres y apellidos. Porque sienten que no están solas. Y los hombres también se dan cuenta que se podrían pasar de bromas, que ya no son divertidas, sino machistas o misóginas. Estamos desaprendiendo”, agrega Astengo.
"La violencia a la mujer es un tema del que no se habla lo suficiente"
Tatiana Astengo, actriz peruana
Apareció en tres capítulos de la serie junto al elenco de jóvenes españoles, Nicole Wallace, Clara Galle, Gabriel Guevara, Aicha Villaverde, entre otros. “En la móvil, camino al set de filmación, hablaba con ellos. En los almuerzos, también. ‘Guau’, pensaba, estaba sorprendida. Ojalá hubiera pensado como ellos a esa edad. Las chicas (las actrices) no estaban en el rollito del ‘qué dirán’, les daba igual, porque se preocupan por ser únicas y diferenciarse como mujeres. Siempre hay cosas duras con las que lidiar, pero se nota que se apoyaban entre ellas con madurez”, comenta Astengo.
“Hay tanto éxito en estas series para jovencitos, porque la mayoría sabe de la situación que plantea la serie. Han pasado por eso. El acoso, el bullying, la violencia. Y (ellos, los actores) contaban sus anécdotas y cómo lo superaron”, agrega Astengo, a quien la producción requirió certificado de antecedentes policiales, así como al resto del elenco, para descartar casos de violencia u otros.
“Ni una más”: una escena clave
El capítulo de la serie, “8M”, se titula en referencia a la marcha contra la violencia por el Día Internacional de la Mujer. Una escena clave en la trama muestra la conversación entre los alumnos y la profesora Andrea (Tatiana Astengo). Las alumnas estaban indignadas por los comentarios de los varones en clase de Filosofía. “No le veo sentido a la huelga que hacen las mujeres”, dice uno de ellos. “Pedimos igualdad, tonto”, dice una alumna, y otro joven continúa: “Es que, si no piden algo en concreto, no sirve para nada que marchen”. “¿Podemos pedir que algo mejore sin especificar cómo?”, pregunta la profesora (Astengo).
“Cuando uno dice lo que piensa, la gente te reta: ‘sal a marchar’, ‘da una solución’, pero no tenemos que decir cómo. Es suficiente con el acto de mostrar una posición en contra de una situación”, explica Tatiana Astengo, quien se considera “feminista” y rechaza las bromas violentas sobre las mujeres. “Ya no me parece gracioso. Soy una mujer de 57 años y vengo de una generación que me ha criado machista. Estoy en pleno proceso de reconstrucción. De desaprender. Siempre reflexiono”, añade.
La escena de “8M” continúa con una alumna que emite su opinión en contra del “Heteropatriarcado”. “Existe un sistema patriarcal (la palabra viene de ‘patriarca’, de lo masculino), que obstaculiza los derechos políticos, sociales, culturales, económicos de las mujeres”, explica la periodista argentina-alemana con especialidad en enfoques de género y diversidad, Inka Von Linden.
"La violencia tiene la función de lograr que esa subordinación se sostenga en el tiempo, es el problema"
Inka Von Linden, periodista argentina-alemana con especialidad en enfoques de género y diversidad
“La violencia es un fenómeno de carácter social, que no tiene que ver con la biología de la persona, sino con estas relaciones de subordinación de la mujer con respecto al varón, y las demás identidades (LGBT). La violencia tiene la función de lograr que esa subordinación se sostenga en el tiempo, es el problema”, complementa.
En otras palabras, “heteropatriarcal” habla del dominio de los hombres heterosexuales que violentan a las mujeres en un entorno específico, cuyas costumbres se clasifican en lo que el feminismo conoce como “patriarcado”. La serie de Netflix refleja la realidad. El guion y la cinematografía crean un ambiente turbio, el poder masculino y la violencia, que no se percibe a leguas, sino que se esconde y normaliza en algunas oportunidades.
Un caso real basado en el abuso
“‘Ni una más’ es un producto cultural importante, porque podemos observar las narrativas en las que se encarna la violencia de género contra la mujer. Hay un lenguaje masculino que constantemente está clasificando a las mujeres y sus cuerpos”, afirma la docente en temas de cine y televisión de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), Giuliana Cassano.
"‘Ni una más’ es un producto cultural importante"
Giuliana Cassano, docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP)
El capítulo final de la serie pasa por un caso de violencia sexual, donde los protagonistas son un profesor (actor Iván Massagué) y una alumna (actriz Teresa de Mera). Vale decir que el thriller, guionizado por el mismo autor de la novela, tiene todas las estrellas a nivel de actuaciones y puesta en escena, porque se esfuerza en ser el espejo de historias basadas en la realidad.
José Manuel Lorenzo, showrunner de la serie junto a Miguel Sáez Carral, quien también es autor de la novela, montaron una ficción que no está basada en un hecho real. Sin embargo, las escenas esconden guiños a casos reales, como el ‘nickname’ virtual (apodo) de Alma en el final de la serie: “@Iam_colemanmiller”.
El apodo de Alma hace memoria del documental de Netflix “Audrie y Daisy”, que se basa en los casos de Daisy Coleman y Chanel Miller. La película de Bonni Cohen y Jon Shenk describe la puñalada de la sociedad a dos universitarias estadounidenses, víctimas del acoso sexual cibernético. Por desgracia, la primera acabó con su vida, y la segunda publicó un libro llamado “Tengo un nombre”, el título de una tragedia que las nuevas generaciones de mujeres no quieren vivir más.
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