La quinta temporada de “Yellowstone” llegó a su fin con “Life Is a Promise”, un episodio que, aunque predecible y sin grandes sorpresas, proporciona un cierre a los personajes principales y secundarios de la serie. Sin embargo, al reflexionar sobre este desenlace, es difícil ignorar las fallas que han caracterizado las últimas temporadas de la creación de Taylor Sheridan.
A continuación, en Saltar Intro de El Comercio analizamos los eventos más destacados del episodio y cómo este cierre impacta la narrativa general de la serie.
Los destinos de los personajes secundarios: cerrando ciclos
El episodio inicia resolviendo el futuro de los personajes secundarios, principalmente los cowboys del rancho. Teeter encuentra un trabajo con Travis a pesar de las advertencias sobre su temperamento. Jake y Ethan se trasladan a un rancho en Nuevo México, Lloyd toma una posición en West Yellowstone, y Walker decide unirse a Laramie en el circuito de rodeos. Por su parte, Ryan se reconecta con Abby tras una presentación de Lainey Wilson, sugiriendo que se unirá a ella en la carretera.
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Estos destinos, aunque satisfactorios en su simplicidad, carecen de impacto emocional significativo. Los personajes secundarios reciben un cierre funcional, pero uno que deja poco espacio para la reflexión o la trascendencia.
La confrontación final entre Jamie y Beth
El conflicto entre Jamie y Beth, uno de los pilares centrales de la serie, alcanza su punto culminante en este episodio. Jamie, por primera vez, parece estar en una posición de ventaja frente a Beth. Sin embargo, su intento de imponerse se convierte en un intercambio violento que culmina con su derrota final. Beth lo apuñala en el pie y finalmente en el corazón, asegurando su venganza definitiva.
Aunque esta confrontación pretende ser catártica, resulta algo hueca. Jamie ha sido representado como un personaje perpetuamente derrotado, incapaz de ganar contra Beth incluso cuando parece tener la ventaja. Esto hace que su derrota final sea predecible y poco satisfactoria. Beth, por su parte, no enfrenta ningún tipo de consecuencia significativa por sus acciones, lo que debilita la tensión narrativa del conflicto.
La venta del rancho y la transición hacia un nuevo comienzo
Uno de los momentos más simbólicos del episodio es la venta del rancho Yellowstone. Kayce, enfrentado a la imposibilidad de pagar los impuestos de sucesión, decide vender la propiedad a Thomas Rainwater y la tribu Broken Rock a un precio simbólico. A cambio, la tierra queda protegida como un territorio sagrado tanto para los Dutton como para los indígenas.
Esta decisión marca un giro interesante en la narrativa de la serie, devolviendo la tierra a quienes originalmente la habitaban. Sin embargo, también destaca las contradicciones temáticas de “Yellowstone”. Aunque Sheridan intenta ofrecer un comentario sobre la importancia de la tierra y la explotación, su mensaje queda diluido por una falta de profundidad en el desarrollo de estas ideas.
Los nuevos caminos de Beth y Rip
Beth y Rip, tras enterrar a John Dutton, deciden mudarse a una propiedad remota lejos de las multitudes y el turismo. Aunque esta elección parece ofrecerles un final feliz, también plantea preguntas sobre el futuro de estos personajes. Beth, que ha demostrado disfrutar de la confrontación y el caos, podría no adaptarse bien a una vida tranquila. Su dinamismo y agresividad parecen incompatibles con la paz que busca.
Rip, por otro lado, asume un rol más pasivo, acompañando a Beth en esta nueva etapa. Si bien esto refuerza su lealtad, también subraya la falta de evolución en su personaje.
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Reflexiones sobre la narrativa y el legado de “Yellowstone”
La desmantelación de la casa del rancho y la melancólica narración de Elsa Dutton (Isabel May) desde “1883″ ofrecen un cierre visual y emocional efectivo. Sin embargo, también resaltan la caída en la calidad narrativa de las últimas temporadas. Lo que alguna vez fue un drama convincente sobre la familia, el poder y la tierra, se ha convertido en una serie que parece perder de vista su mensaje central.
Uno de los temas recurrentes de “Yellowstone” ha sido la lucha por la tierra y lo que representa. Sin embargo, a medida que la escritura de Sheridan se ha debilitado, esta temática ha perdido fuerza. Los personajes indígenas, como Rainwater, reciben una resolución superficial que no explora realmente las implicaciones históricas y culturales de su victoria.
¿Cumplió el final con las expectativas?
El final de “Yellowstone” es un cierre cómodo pero intrascendente para una serie que una vez capturó la imaginación de su audiencia. Aunque proporciona resoluciones para sus personajes principales y secundarios, carece de la emoción y la profundidad que un final de serie debería ofrecer.
Para los fanáticos de las primeras temporadas, este desenlace puede resultar decepcionante. Sin embargo, para aquellos que se han mantenido a lo largo de las temporadas más débiles, “Life Is a Promise” cumple con lo básico: cerrar historias y despedir a los Dutton.
En definitiva, “Yellowstone” deja un legado mixto. Aunque alcanzó grandes alturas en sus primeras temporadas, también demostró los peligros de extender una narrativa más allá de su punto de éxito. Este final puede no ser memorable, pero al menos permite a la audiencia decir adiós a los personajes que han seguido durante cinco temporadas.
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