Alrededor de 3.500 mujeres –la cifra considera la última década– tienen una reserva personal de óvulos descansando en nitrógeno liquido a -190 °C en el Perú. El número de “huevos” obtenido es variable y depende de cada una; de ahí que los tratamientos no siempre sean exactamente iguales para todas. En la inmensa mayoría de casos, el objetivo principal es, evidentemente, la maternidad: los óvulos se conservan para usarse más adelante con alguna técnica de reproducción asistida.
Con el reloj biológico en contra para el aparato reproductor femenino –la madre naturaleza es inflexible–, la inversión también garantiza ganar un poco de tiempo, tranquilidad y la posibilidad de cumplir con otros planes antes de la llegada del posible bebé o bebés. ¿Qué ha pasado con la pandemia y por qué es importante seguir informándonos sobre este asunto? Abajo las respuestas.
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¿Dónde están mis óvulos?
La respuesta corta es simple: en un laboratorio. La larga es que se preservan a través de la vitrificación, una técnica relativamente nueva que aumenta sus probabilidades de supervivencia. Para conservarlos se utilizan agentes crioprotectores y nitrógeno líquido, sustancias que “congelan” los óvulos extraídos de los ovarios y los mantienen a una temperatura que oscila entre los -160 °C y -196 °C.
Cada año se debe realizar un pago de mantenimiento que bordea los US$ 150, dependiendo de la clínica y su laboratorio. Estos óvulos se utilizarán luego para tratamientos de reproducción asistida, como el in vitro, cuya tasa de éxito –si todos los factores están en orden– puede llegar al 80%.
¿Cómo llegan ahí?
“El proceso dura 12 días desde que viene la regla. Comenzamos con las hormonas al segundo día y son un promedio de diez días en total (con inyecciones y/o pastillas) para fomentar el aumento de óvulos. Al día 13 se extraen”, indica el doctor Luis Noriega Portella, del centro Concebir (@concebir_peru). El procedimiento se hace con anestesia general y dura muy poco: aproximadamente de 10 a 30 minutos, dependiendo del número de óvulos disponibles para la extracción.
La mayoría de centros y clínicas hace un seguimiento durante este tiempo, cada dos o tres días, para ir viendo los avances. En función a eso, los medicamentos y las dosis pueden ir variando. Es la paciente quien se inyecta en casa las hormonas, lo cual suele ser indoloro. En total, el costo aproximado es de 20 mil soles por todo el tratamiento. Esto incluye medicinas, honorarios médicos, sala de operación y otros detalles. La cifra depende de cada centro.
¿Qué hace que crezcan?
En términos generales, lo que se busca es estimular los ovarios lo máximo posible para que produzcan un buen número de óvulos antes de la extracción. Las hormonas más frecuentes son las gonadotrofinas. Hay que tener en cuenta que los costos son variables en función a esto: no es un pago único, sino por partes, según los requerimientos de cada paciente.
Ocurre que no todas las mujeres pueden producir la misma cantidad de óvulos, ya sea por factores genéticos, médicos o por el más importante: la edad. Por eso, antes de empezar el proceso se realiza un análisis de la reserva ovárica: lo idóneo es tener entre 10 y 20 folículos en cada ciclo menstrual, aunque el número puede variar cada mes. Si la cantidad es menor, habrá mayor dificultad para obtener resultados óptimos en la vitrificación.
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¿Puedo hacerlo en cualquier momento?
Científicamente, la edad perfecta es la adolescencia o juventud temprana, poco después de empezar la menstruación. Pero ¿realmente qué mujer gastaría un monto tan elevado en ese momento de su vida? De ahí que la edad promedio en el Perú sea de 35 años. Lo mínimo recomendable es realizarlo entre los 30 y los 35; incluso mejor entre los 25 y los 30.
“El problema es que muchas mujeres vienen un poco tarde, ya pasados los 35. Cuando tienes por encima de 38 años no es buena idea hacerlo. Si no tienes otra alternativa, es posible pero no necesariamente va a funcionar muy bien. A veces se necesitan dos y hasta tres intentos”, explica el doctor Luis Ernesto Escudero, especialista en ginecología de la clínica de fertilidad Inmater (@clinicainmater).
¿Qué pasa cuando se descongelan?
“Si descongelas los óvulos que conservaste hasta los 37, la tasa de supervivencia es de 95%. Por encima de esa edad va bajando. De ahí que sea tan importante realizar el procedimiento lo más joven que sea posible”, sostiene el doctor Luis Noriega. “Se ha visto que, en mujeres menores de 35 años, 15 óvulos dan una probabilidad de embarazo acumulativa cercana a un 90%”, continúa el experto. Ojo: no todos los óvulos extraídos entran al laboratorio para su vitrificación.
De este grupo, solo quedan los más maduros. Eso sí, una vez guardados no tienen fecha de caducidad y no importa cuánto tiempo lleven en nitrógeno para tener la misma probabilidad de éxito. La edad para la implantación de un futuro embrión (diferente de la edad en la que se congelan los óvulos) puede llegar hasta los 50 años, afirma Noriega. Todo dependerá de la salud de la paciente.
¿Cuál es el panorama hoy?
“En el Perú empezamos en el 2007, 2008, con buenos resultados. Pero recién en los últimos cinco años se ha visto un auge en la demanda, sobre todo durante la pandemia”, añade Escudero. En nuestro país, a diferencia de lo que ocurre en otras latitudes, este proceso no es cubierto por seguros de salud. “Aquí funciona mucho el boca a boca, gente que se conoce y comparte su experiencia”, continúa el médico.
La gran mayoría de clientes –mujeres solteras o parejas– que busca preservar sus óvulos lo hace para garantizar una futura maternidad. Un porcentaje más pequeño comprende a mujeres con cáncer con el mismo objetivo, pero diferente contexto. De hecho, la congelación y eventual vitrificación no fue creada con fines reproductivos: nació para pacientes que iban a ser sometidas a quimio o radioterapia, y debían ser inducidas a una menopausia adelantada.