Es un error todavía común referirse al hip hop como si fuera un sinónimo de rap. El primero, más que un género musical, es un movimiento cultural, nacido en Nueva York en los años 70 y está compuesto por cuatro vertientes estéticas definidas: el ‘MC’ (o rap), el ‘breaking’ (los bailarines), el ‘DJing’ y el ‘beatmaking’ (los que crean o mezclan la música), y el ‘graffiti’ (los artistas del mural callejero).
Esta semana la noticia que pasó un poco desapercibida para muchos fueron los 50 años del nacimiento del hip hop, que los estudiosos fecha en un 16 de agosto de 1973, durante la fiesta casera del neoyorquino DJ Kool Herec. Desde entonces, el hip hop hizo un largo recorrido hasta llegar a nuestras costas.
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Quizá la primera exposición que tuvimos los peruanos a esta movida fue a través del baile, a mediados de los años ochenta, cuando se estrenó en Lima la película “Breaking”, en la que se veía a jóvenes urbanos haciendo coreografías dislocadas sobre la vereda. Tal fue el éxito del baile ‘breakdance’ que los programas de televisión locales, como el “Triki Trak”, organizaban concursos al respecto. El rap y el grafiti llegarían después y, desde entonces, esas semillas iniciales del hip hop no han hecho más que germinar hasta extenderse por las ciudades del país.
"El rap se encuentra presente en todas partes en la actualidad. Se utiliza para interpretar desde ‘beats’ de hip hop clásico (‘boom bap’) hasta subgéneros latinos populares como el trap y el reguetón"
A pesar de sus inicios ‘underground’, en la actualidad, nadie duda de que el hip hop es el principal motor de la industria musical. Basta con revisar las listas de éxitos de Billboard para darse cuenta de que las estrellas de hoy son, en su mayoría, raperos, es decir, personas que cantan de manera fraseada y en verso.
El rap se encuentra presente en todas partes en la actualidad. Se utiliza para interpretar desde ‘beats’ de hip hop clásico (‘boom bap’) hasta subgéneros latinos populares como el trap y el reguetón. También está el caso de las batallas de gallos, en donde prevalece el ‘freestyle’ (rimas improvisadas en el momento), estilo especialmente popular en los patios de colegios e incluso en las plazas del interior del país.
Hasta hace unos años, la formación en hip hop se desarrollaba principalmente “en la cancha”, de manera natural y casi autodidacta, observando a otras personas en acción. Fue así como los jóvenes que se reunían en los años noventa en la rotonda del parque Kennedy aprendieron: improvisando rimas, realizando saltos en el suelo y compartiendo sus casetes.
“En ese entonces, se aprendía sin guía alguna ni escuela; no había información disponible ni Internet”, recuerda Rafomagia, un rapero peruano que fue testigo de aquella época junto a su grupo Clan Urbano, originario del barrio de Salamanca. En su mejor momento, llegaron a viajar a Chile y tuvieron videos que se transmitieron en MTV. Hoy en día, Rafo no solo se dedica al rap, sino también sobresale en un aspecto que antes no había considerado: ser profesor.
En una casa en Surquillo, desde hace cuatro años, opera el Hip Hop College Perú (@hiphopcollegelimaperu). Como su nombre indica, esta institución se define como la primera escuela que ofrece un programa estructurado en esta materia, en niveles o módulos para principiantes, intermedios y avanzados. Rafomagia, por ejemplo, imparte enseñanzas sobre los fundamentos del rap, lo cual abarca aspectos como la estructura de las rimas, las consonancias y asonancias, el conteo de tiempos, las licencias poéticas y el léxico.
“La idea es simplificar los pasos que uno tendría que recorrer si quisiera aprender desde cero. Son conceptos que en mi época llevaba años dominar, mientras que ahora solo se requieren unos pocos meses”. Armado con estas herramientas, el estudiante puede mejorar su capacidad de escritura rap y también volverse un improvisador más hábil si es que tiene la intención de adentrarse en el mundo del ‘freestyle’ o de las batallas.
La escuela comparte instalaciones y filosofía con el DJ College, la primera institución educativa en el Perú dedicada a la enseñanza de música electrónica, que fue fundada en 2005 por Gustavo García. En el Hip Hop College, los estudiantes tienen la oportunidad de recibir clases de ‘beatmaking’ a cargo del reconocido productor Andrés Espinoza (conocido como PrimoBeatz), que tiene experiencia en pedagogía de música al haber desarrollado talleres de rap en colegios.
“Este es un género en el que la voz juega un papel fundamental, lo que hace que la parte rítmica pueda, a veces, parecer un poco monótona. Por esta razón, se requiere una gran dosis de creatividad y el aprendizaje es fundamental”. La enseñanza se complementa con cursos de DJ en modalidades ‘turntablism’ y ‘scratching’ (los que rayan discos), para los que quieran aprender a operar discos como todo un DJ de vieja escuela.
Otra alternativa para aprender a rapear la ofrece El Búho Teatro Hip Hop (@buhoteatrohiphop), una compañía interdisciplinaria de artes escénicas que actualmente dicta talleres de rap + improvisación. “Hemos creado esto para que la gente aprenda a ‘freestylear’ desde la filosofía del juego, del trabajo en equipo, la diversión; y no estar pensando en el error”, dice su director Giovanni Oviedo. Para la muestra final, el alumno debe presentar una composición propia. El grupo empieza clases este 16 de agosto.”