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Andrés Calamaro (Buenos Aires, 1961), ícono indiscutible del rock en español, dejó su huella en Los Abuelos de la Nada, destacó con Los Rodríguez y consolidó una prolífica carrera como solista. Hoy aquel “loco que se dio cuenta que el tiempo es poco” transita una etapa de madurez y gratitud. “He vivido mucho, he aprendido a valorar cada momento, cada canción y cada encuentro con el público. Ya no me obsesiono con las cosas que no puedo controlar. Estoy más enfocado en disfrutar del presente”, afirma este ‘Salmón’ renovado, que cambió las corrientes agitadas por aguas serenas. “Es una etapa de equilibrio, en la que intento mantenerme fiel a mí mismo mientras exploro nuevas formas de expresión”, remarca.
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Con más de cuatro décadas de trayectoria y 16 álbumes de estudio, el rockstar de lentes oscuros, ahora en un renovado estado civil tras casarse con la exmodelo argentina Natalí Franco, regresa al Perú este 25 de abril. Lo hace con Agenda 1999 , una gira que rememora “Honestidad Brutal”, el álbum más costoso en la historia de la discográfica DRO.
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“Perú siempre ha sido un lugar especial en mis giras. Cada vez que he pisado suelo peruano he sentido el calor y la pasión de un público que canta mis canciones como si fueran propias. Recuerdo particularmente una presentación en Lima en la que la energía del público me hizo olvidar cualquier cansancio. No es solo un destino en mi agenda de conciertos, es un lugar que siempre llevo conmigo”, señala. De eso y más conversamos con él.

-Has sido audaz en tus producciones. “Alta suciedad” (1997) fue un desafío estético, “Honestidad Brutal” (1999) se convirtió en un campo de batalla durante nueve meses, y “El salmón” (2000) es una obra insólita. ¿Cuál de las tres despertó sentimientos más profundos en ti?
Cada álbum ha sido un capítulo crucial en mi vida, pero “Honestidad Brutal” destaca como una experiencia intensa y profundamente emocional. Fue un período en el que no solo grabé canciones, sino que me enfrenté a mí mismo. Los nueve meses que tomó este disco fueron un ejercicio de vulnerabilidad y honestidad total. En “Alta Suciedad” encontré una voz más sólida, mientras que “El Salmón” fue un experimento desbordante. Sin embargo, en “Honestidad Brutal” logré volcar todas mis emociones en 37 canciones.
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-¿Qué importancia tiene en tu carrera y cómo definirías este álbum de 37 canciones, que grabaste a los 37 años?
“Honestidad Brutal” no es solo un disco; es un manifiesto de todo lo que estaba viviendo en ese momento. Es como un diario sonoro donde cada canción tiene un peso emocional. Este álbum fue un riesgo artístico, pero también una necesidad personal. Definirlo es complejo, porque abarca desde la melancolía más profunda hasta momentos de euforia creativa. Para mi carrera, este disco fue un parteaguas. Representa no solo un desafío, sino un compromiso con mi propia verdad como artista.
-Según la discográfica DRO, este es el disco que más ha costado en toda su historia. ¿Es verdad que costó 250 000 dólares?
Sí, es cierto, y no me sorprende. “Honestidad Brutal” fue una producción ambiciosa: grabamos en varios estudios alrededor del mundo y colaboramos con músicos increíbles. Cada sesión tenía su propio ritmo, y eso, inevitablemente, incrementó los costos. Pero más allá del dinero, la inversión real fue emocional y creativa. Es un álbum que valió cada centavo, porque lo que quedó es eterno.
-Al haber sido parte de Proyecto Erekto, la banda que dio origen a Soda Stereo, ¿crees que su legado musical refleja la impronta de Andrés Calamaro?
Soda Stereo es un fenómeno único. Si hay algo de mi influencia en los primeros pasos de Proyecto Erekto, lo considero un privilegio, pero la magia de Soda Stereo está en lo que Gustavo, Zeta y Charly lograron construir juntos. Ellos definieron su propio camino, y su música trascendió no solo en Argentina, sino en toda América Latina.
-“Flaca” se convirtió en uno de tus mayores éxitos hace 23 años, y desde entonces han surgido varias versiones sobre su inspiración. ¿Cuál es la verdadera historia?
“Flaca” nació de una vivencia personal con una persona que en ese momento significaba mucho para mí. Es una canción que mezcla nostalgia y dulzura, pero como ocurre con las canciones, su significado evoluciona. Hoy, ‘Flaca’ ya no me pertenece del todo; es una canción que la gente ha hecho suya, y cada quien le da su propia interpretación.
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-”Mil horas” ha trascendido fronteras y generaciones, siendo versionada tantas veces que pareciera haber dejado de pertenecerte. ¿Alguna vez imaginaste que esta canción alcanzaría ese nivel de universalidad?
Nunca imaginé que ‘Mil horas’ se convertiría en un himno. Al principio era solo una canción más en el repertorio de Los Abuelos de la Nada, pero ver cómo la gente la ha adoptado y cantado durante tantos años es un regalo que nunca dejaré de agradecer. Esa es la verdadera magia de la música.
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-Algunos críticos sostienen que tu manera de componer ha sentado las bases para una fórmula que muchas bandas han adoptado. ¿Te ves como un referente o creador de un estilo que inspira a otros?
Es un cumplido enorme, pero nunca he buscado crear una fórmula. La música para mí siempre ha sido un ejercicio de honestidad y experimentación. Si algo de lo que hago inspira a otros músicos, eso me llena de orgullo. Creo que lo que conecta es la pasión y la autenticidad, no un método preestablecido.

-Después de compartir escenario con tantos de tus ídolos, ¿quiénes son los que aún te gustaría conocer o con quiénes te hubiera gustado compartir?
He tenido el privilegio de tocar con muchos de mis héroes musicales, pero me hubiera encantado conocer a Leonard Cohen o compartir un escenario con Bob Dylan. Ambos han sido faros creativos en mi carrera.
-Después de años conviviendo con los excesos, ¿hubo un momento clave que te llevó a dejarlos atrás?
Hubo un momento en el que me di cuenta de que los excesos estaban afectando no solo mi música, sino mi vida en general. Fue un proceso largo, pero decidir enfocarme en mi arte y en mi salud fue una de las mejores decisiones que he tomado.
-¿Cuál ha sido el momento más doloroso de tu vida y cuál el más feliz?
El momento más doloroso ha sido perder a personas importantes en mi vida, algo que deja cicatrices profundas. El más feliz, sin duda, es estar sobre un escenario y sentir esa conexión única con el público. La música siempre ha sido mi refugio.
-Diego Maradona hizo de “Mi enfermedad” su himno personal. ¿Hay algún instante que compartiste con él que te haya marcado?
Diego era un ser único, irrepetible. Recuerdo noches enteras hablando de fútbol, música y la vida. Su pasión era contagiosa. Uno de los momentos más especiales fue cuando me dijo que “Mi enfermedad” era su canción favorita. Ese tipo de gestos se quedan contigo para siempre.
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-Al mirar hacia atrás, ¿hay algo de tu vida que te gustaría cambiar?
No soy una persona que viva con arrepentimientos, pero mirando hacia atrás, quizá cuidaría más mi salud y mi bienestar personal en ciertos momentos. La vida en la música es intensa, y en el camino cometes errores, pero todo lo vivido, lo bueno y lo malo, me ha llevado hasta aquí. Cada decisión, cada disco, cada experiencia, incluso las más duras, han formado parte de mi aprendizaje y de mi crecimiento como artista y como persona.
-¿Tienes planes en el corto o mediano plazo para lanzar un nuevo disco con canciones inéditas?
Siempre estoy escribiendo y explorando ideas nuevas. Para mí, la música nunca deja de fluir, es como un río constante. No puedo adelantar mucho porque cada proyecto tiene su tiempo, pero estoy trabajando en material que me entusiasma mucho. Creo que la música siempre debe sorprender, y eso es algo que trato de mantener vivo en cada nuevo disco. Espero que pronto pueda compartir algo fresco con el público que ha estado ahí en cada etapa de mi carrera.
-¿En algún momentos has considerado retirarte de los escenarios para disfrutar de una vida más tranquila, como mencionaste en Rolling Stone?
Esa idea me ronda de vez en cuando, pero la realidad es que siempre termino volviendo a la música. Los escenarios tienen algo magnético, una conexión única que no encuentro en ningún otro lugar. Me encanta leer, reflexionar, compartir con amigos y disfrutar de la vida tranquila, pero también amo crear, tocar y sentir la energía del público. Creo que la música es un llamado que no puedo ignorar, y mientras sienta esa pasión, seguiré en esto.
Sí se puede vivir del amor
Después de enfrentar días oscuros, marcados por la soledad al cumplir 60 años, la pérdida de su madre y una parálisis facial que lo llevó a replantear sus prioridades, la vida de Andrés Calamaro dio un giro el 22 de agosto de 2022. En su 61 cumpleaños, conoció a la modelo argentina Natalí Franco. “Fue como un reseteo”, confesó con nostalgia y esperanza en una entrevista con el periodista Jorge Lanata.
Casi dos años y medio después, el músico, ahora de 63 años, y Natalí, de 36, se casaron en el registro civil de Buenos Aires el viernes 24 de enero, rodeados de familiares y amigos, según informaron medios como “La Nación” de Argentina.
Andrés Calamaro se presentará en Lima el próximo 25 de abril en Arena 1 de la Costa Verde.