Jorge Chávez Noriega

La leyenda cuenta que Barranco no se fundó por decisión de los hombres, sino por decisión de Dios. A mediados del siglo XVIII, muy cerca de la zona que hoy conocemos como la Bajada de Baños y el Puente de los Suspiros, un grupo de pescadores que cruzaban el barranco desde Surco advirtieron una luz resplandeciente que guiaba su camino. Cuando se acercaron, vieron que se trataba de una cruz. Desde entonces, el lugar adquirió un carácter divino: se construyó una iglesia de quincha y adobe con aprobación de las autoridades religiosas. A su alrededor, un nuevo pueblo empezaba a nacer.

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