Ante las puertas cerradas de la Embajada de Venezuela, en la avenida Arequipa, un grupo de ciudadanos venezolanos se concentra todos los días. Se los puede ver de civil o con sus habituales prendas rojas, azules y amarillas, los colores de su país, tratando de buscar una explicación, quizá un consuelo, al sueño de libertad que de pronto les explotó en la cara.

Contenido Sugerido

Contenido GEC