Con la talla suficiente para mirar el fútbol desde dentro de la cancha, el ciudadano inglés Dean Lockyer (Oxford, 1979) decidió que era mejor admirar. A los héroes deportivos que veía por la TV, a los delanteros que hacían goles para su equipo, el Oxford United, hoy en la Tercera División de Inglaterra, y, sobre todo, a los próceres sudamericanos que jugaron el primer mundial de fútbol de la historia: argentinos, chilenos, mexicanos, bolivianos, brasileños, uruguayos, paraguayos y peruanos. Sobre todo peruanos. Sobre ese Uruguay 1930, Dean Lockyer ha volcado toda su curiosidad de buzo: bibliotecas imposibles, sitios web, un blog con imágenes inéditas, archivos gráficos que ha cruzado con periodistas que hablan otra lengua, pero el mismo idioma: el sepia.
Mr. Lockyer es el hombre inglés que más sabe sobre la historia de Perú en el mundial del 30, ese rompecabezas. Somos lo contactó. Así lo hizo.
¿Cómo y por qué nació el proyecto de World Cup 1930 Project en Twitter?
Siempre me ha interesado la historia de la Copa del Mundo y leía cualquier libro que pudiera encontrar o miraba videos antiguos. Es una herencia de mi padre. Era evidente que se escribió muy poco sobre los primeros mundiales, especialmente los de la década de 1930. Se convirtió en una obsesión. Mientras investigaba más me di cuenta de que había muchas historias en conflicto. ¿Por qué? Tenía que leer lo que estaba escrito en los periódicos del día. Entonces comencé a escribir un blog para compartir lo que había descubierto y con la esperanza de interactuar con otros. Y aquí estoy.
¿Qué tiene de especial el mundial del 30?
Me fascina su misterio. ¿Por qué fue Uruguay el anfitrión cuando la FIFA nació en Europa y era dominada por europeos? ¿Y cómo le gustaba a un país pequeño tanto el fútbol? ¿Por qué Uruguay se convierte en campeón? Descubrí que la prensa sudamericana, a diferencia de la europea, estaba obsesionada con esta copa y relató los eventos desde mucho antes, pues los equipos extranjeros llegaron a principios de julio. Leí mucho y eso me ayudó a entender mejor el fútbol de ese tiempo y ese lugar. Para mí, esto es lo que lo hizo especial.
¿Desde dónde te siguen más?
Soy más activo en Twitter [World Cup 1930 Project] que en mi blog. Pero sí, tengo muchos seguidores de Perú en Twitter más que de cualquier otro país. Sin embargo, son más personas de Estados Unidos las que han leído mi blog, lo cual no es sorprendente, ya que fue en la primera Copa del Mundo en la que tuvieron su mejor actuación.
¿Cómo se obtiene información, fotos, recortes de periódicos? ¿Qué bibliotecas has visitado?
Ninguna de las naciones británicas participó en la primera Copa del Mundo y, como tal, la prensa ignoró el evento. La biblioteca británica archivó algunos periódicos de Uruguay y Argentina. Debido a los avances tecnológicos, muchas de ellas han digitalizado sus periódicos y revistas y los pusieron en línea. Algunos de ellos son gratuitos y otros son de pago, especialmente en algunos de los países que participan en la Copa del Mundo: Francia, Serbia (Yugoslavia), Chile y Estados Unidos. Las redes sociales también me han ayudado, porque he podido contactar a otros investigadores de la historia del fútbol que han compartido sus propias colecciones de libros, revistas y periódicos, muy difíciles de encontrar. Parte de mi objetivo era ver si yo posiblemente podría encontrar a los familiares de los futbolistas involucrados.
¿A quién encontraste, por ejemplo?
Al nieto de Jim Brown, el delantero del equipo estadounidense que anotó contra Argentina en el Estadio Centenario durante la semifinal. Estaba investigando la carrera de su abuelo en el mundial y también en Manchester United y Tottenham Hotspur. Quería localizar a otros miembros de la familia de ese equipo estadounidense de 1930. Juntos pudimos encontrar familiares usando varios sitios web de genealogía, como ancestry.com, y Twitter o Facebook. Tuvieron la amabilidad de compartir cientos de fotografías personales que sus familiares guardaron de su viaje a Uruguay en 1930. Yo, personalmente, he encontrado familiares de otros jugadores de México, Chile y Perú.
¿Cuáles son los mitos que ha demolido tu investigación?
Te doy un ejemplo sobre una historia con mucho misterio: el papel desempeñado por el Rey Carol de Rumania en la participación de su país. Dependiendo de qué libro o artículo leas, se dice que fue su idea que Rumania ingresara a la Copa del Mundo; que él personalmente seleccionó el equipo; que actuó como entrenador; que viajó con el equipo a Uruguay en el barco e incluso se hizo cargo del entrenamiento a bordo. La realidad no es tan sensacional. Él mismo, sí, ayudó a asegurar los trabajos de los jugadores que habían sido seleccionados porque sus empleadores los habían amenazado con despedirlos si decidían ir a Uruguay.
LA SELECCIÓN Y EL MUNDIAL DEL 30
En Perú hay fascinación por ese mundial, pues tuvimos una generación brillante. ¿Qué es lo más extraño que has encontrado?
Las historias más curiosas giran principalmente en torno a Argentina. Después de su primer partido contra Francia, los aficionados uruguayos atacaron su autobús con proyectiles cuando salían del estadio: Argentina siempre fue rival de Uruguay. Esto provocó una protesta en Buenos Aires, donde los fanáticos tomaron las calles y marcharon a la sede de la AFA para exigir que retiren al equipo. Luego está la pelea masiva entre los jugadores de Argentina y Chile: a la banda municipal local se le ordena tocar música para distraer a los espectadores observadores. Sin mencionar las amenazas de muerte que recibió Luis Mont, mucho antes de la final. Algunas de las amenazas estaban dirigidas a su familia.
¿Y del Perú?
Una de las historias más impactantes tiene que ser esa publicación peruana (creo que se llamaba Toros y deportes, no estoy seguro) que objetó la selección de jugadores negros para representar a Perú en la Copa Mundial. Afortunadamente, el comité de selección no les prestó atención.
¿Qué pensaban los periódicos de la época sobre la selección peruana?
El primer partido de Perú se vio empañado por un juego brusco excesivo de ambos equipos. Sabemos que quien sufrió más fue el rumano Adelbert Steiner, después de una imprudencia de Souza Ferreyra. Los cronistas describen que los peruanos juegan con corazón y vigor, pero que carecían de ese toque final en la portería. Luego igualaron con gol de Souza Ferreyra, pero los rumanos hicieron dos goles más de contragolpe. La prensa argentina consideró que De las Casas y Soria eran una pareja defensiva decente y quedó impresionada con la técnica y el posicionamiento de Galindo en el centro del campo. También destacan la capacidad de Lavalle para crear oportunidades y el pase oportuno y preciso de Villanueva. Las fotografías del partido no aparecieron en los periódicos rumanos hasta que el equipo regresó a casa, en agosto, vía marítima.
En el segundo juego, Perú hizo tres cambios: el arquero Jorge Pardón, Maquilón y Astengo en defensa y centro del campo. Un periodista brasileño elogió el entusiasmo de los peruanos y describió a Pardón como “impecable” en la portería. La revista chilena Sport quedó impresionada por la actuación de Maquilón, De las Casas y Astengo. Muchos reporteros destacaron el juego de José María Lavalle: decían que el uruguayo Álvaro Gestido había jugado “bajo su sombra”.
¿Podría contarme más sobre la historia de la prohibición de convocar a jugadores negros en Perú?
Encontré esta información en un artículo escrito por un académico estadounidense, Steven J. Stein, titulado “The Case of Soccer in Early Twentieth Century Lima” [N. de R.: “El fútbol a principios del siglo XX en Lima”]. La cuestión de la representación negra en Perú se originó en la preparación del equipo para la Copa América de 1929. Según Stein, la federación peruana había decidido suspender el campeonato de la liga para preparar completamente al equipo. Pero esto fue un problema para los jugadores de Alianza porque muchos de los jugadores recibían “propinas” para jugar estos partidos, lo cual fue vital para estos jugadores de los más pobres barrios de la ciudad.
El segundo problema era que los jugadores, cuando se unieron a los entrenamientos, se sentían separados de los llamados “de élite” de Universitario. Temían ser relegados a actuar solo como reservas. Stein sugiere que la gerencia de la selección temía la percepción de un equipo formado principalmente por jugadores negros. Que la comunidad internacional vería al Perú como una nación de bárbaros.
Los jugadores de Alianza se retiraron del equipo para la Copa América y el club fue posteriormente suspendido de la liga. La prohibición pronto se levantó y Perú tomó la decisión de participar en la Copa del Mundo de 1930 con jugadores de Alianza. Pero nuevamente hubo voces que estaban preocupadas por la imagen de Perú en el extranjero si se elegían jugadores negros. Según lo publicado en el libro Ese gol existe: una mirada al Perú a través del fútbol [N. de R.: el libro es de Aldo Panfichi], diarios de la época decían: “¿Cómo vamos a enviar un equipo de negros a un campeonato...? ¡Ellos dirán que somos un país de esta raza!”. Afortunadamente prevaleció el sentido común y jugadores como Alejandro Villanueva y José María Lavalle en los dos partidos de Perú. //