Nacieron como artistas de la calle, de lo cotidiano. Con permiso —y sin él—, se apropiaron de las paredes olvidadas, de los rincones, y su arte fue creciendo con ellos hasta expandirse. Viajan por el mundo mirando y aprendiendo. Los artistas del grafiti y los murales Cake, Jade Rivera y Pyroe encontraron un punto de equilibrio entre su pasión por el dibujo y vivir haciendo arte. Ahora, cada uno tiene tiendas y galerías dedicadas a la venta de sus piezas artísticas, donde incluyen el trabajo de otros colegas. ¿Cómo entraron en el negocio y ganaron en el intento?
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Ciertamente, aprendieron en el camino a constituir una empresa, de impuestos y de manejo de personal. “Desde chibolo fui negociante. A los 23 años, tuve mi primera tienda de arte. Se llamó Idilia. En esa época, no sabía mucho del negocio y aprendí cosas que no te enseñan ni en el colegio ni en la universidad. Es parte de hacer una empresa, las cosas se aprenden a la guerra”, afirma Cake, quien acaba de abrir su segundo local de su tienda de arte Espacio Unno en San Blas, Cusco.
Pero Cake quería aprender más del negocio y partió a Argentina a estudiar cursos de Administración. Ahí se encontró con las paredes como un nuevo soporte de expresión. Su nombre creció como una bola de nieve. Ya en Perú, lo llaman marcas importantes de distintos rubros (piscos, cerveza, donas, belleza) para hacer lo que más le gusta: dibujar y dibujar. Siempre supo que su camino era ser independiente. Ahorró y hace un año encontró una oportunidad:
“Vi un espacio comercial en una casona en la Bajada de los Baños, el alquiler era super caro, pero tenía claro que quería hacer una tienda de arte. Hablé con mis amigos Oso de Agua y The Monks, y les propuse hacer la tienda”. Fue un éxito. Su público en su mayoría son turistas que pasan hacia la playa y deciden llevar una pieza de arte para regalar o guardar en sus casas. En Espacio Unno ofrecen pines, stickers, toallas de playa, pañuelos, gorras, esculturas, polos y más variedades. En la tienda también alquilan repisas para que otros artistas puedan vender sus propias piezas de arte.
De Barranco al mundo
También en la Bajada de Baños, el muralista Jade Rivera encontró en una casona el espacio propicio para que su arte se muestre, se venda y siga en movimiento. “No imaginé que llegaría al punto en que me encuentro ahora. La gente lo recibió muy bien y se volvió casi imposible pintar porque se generaba un diálogo constante con la gente. Con el tiempo, lo convertí en una galería de mi trabajo y alquilé un estudio en otra parte. Así nació ese lado empresarial en mí que no es habitual en los artistas”, nos explica Rivera desde el Cusco en donde se encuentra viendo la posibilidad de abrir un tercer local.
Reinvertir y no perder el contacto directo con el público es la clave de su éxito. Además de la tienda de arte, Rivera tiene un museo propio en la calle Sáenz Peña, donde puede profundizar sobre su historia personal, la trayectoria de su obra y recibir visitas que pagan una entrada. “Sueño con hacerlo global, tener galerías en Madrid, Barcelona, Londres. Jade Rivera en todas partes del mundo”.
Escena grafitera
Situándonos en el Centro de Lima, con vista a la plaza Dos de Mayo, se encuentra un espacio de promoción del arte urbano totalmente comprometido. Lima247 es la galería y local de venta de productos de ‘street art’ de los hermanos Cataño. John, grafitero conocido como Pyroe, junto a su hermano Franko, encontraron en esta casona no solo un espacio para un negocio. Ellos la ven como una apuesta que genera beneficios tanto para ellos como para la escena local porque llama la atención de un público extranjero y permite una retroalimentación constante entre los artistas.
“En la tienda tenemos marcadores, ‘sprays’, caps (difusores o boquillas para ‘spray’) de diferentes tamaños. Además, somos distribuidores oficiales de Montana, la marca de ‘spray’ más conocida en el mundo”, explica Franko. “Me hubiera gustado tener un lugar así cuando era chibolo”, interviene Pyroe. “Antes compraba ‘sprays’ en ferreterías y eran latas muy malas”, recuerda el grafitero.
Tras un viaje a Alemania, Pyroe encontró una tienda de artículos especializados en el arte callejero que era además un espacio para compartir con otros artistas como él, quiso trasladar esa idea a su país. Así, encontró un nicho desatendido al cual satisfacer.
Su primer local fue un ‘stand’ en Polvos Azules, el cual todavía funciona. Lima247 es su segundo local y aquí, además de los productos dirigidos al ‘street art’ y la galería de exposiciones, también congregan piezas de artistas como Poet, Pésimo y Conrad. Exponen cuadros, venden ‘merch’, polos, ‘art toys’ y otros productos. Si hemos romantizado el arte pensando que no se puede vivir de crear, aquí algunos ejemplos audaces de jóvenes artistas que aprendieron en el camino, se arriesgaron y creyeron en ellos mismos. //
Lima247 Art Gallery (Dos de Mayo 70, Centro de Lima) fun ciona también como un espacio para eventos que no tienen que ver con el grafiti —como rap, ‘brake dance’ o ‘free style’—, pero reúne a una comunidad interesante.
-El nuevo local de Espacio Unno en Cusco se encuentra en Carmen Alto 269. Atiende de martes a domingo, de 10 a.m. a 7 p.m. Instagram: @espaciounno.
-En la galería de Jade Rivera tienen pinturas originales de pe queño y mediano formato, impresiones digitales, reproducciones y objetos como pines, tazas, ropa o bolsos. El museo está ubicado en Av. Sáenz Peña 205, Barranco.