El precio del iPhone en los próximos meses podría aumentar en unos 300 dólares en los Estados Unidos, calcula el Washington Post, si el gobierno de Donald Trump, que asumirá como presidente de Estados Unidos en enero próximo, impone su política de aranceles a las importaciones que vienen de China.
Durante su campaña presidencial, Donald Trump adelantó que era su firme intención imponer aranceles de importación a productos que vengan de fuera de Estados Unidos, y principalmente de China, una etapa más del pleito comercial entre los dos países, que ya lleva varios años; de hecho, en su primera presidencia Donald Trump definió en 2019 una lista negra de compañías tecnológicas chinas con las que las empresas estadounidenses no podían comercial (con Huawei a la cabeza); en ese entonces Trump ya hablaba de aranceles, pero no llegó a imponerlos, en parte por pedido de Tim Cook, que logró persuadir a los funcionarios de gobierno de entonces que los aranceles encarecerían el precio final de los productos; otros productos, como bicicletas o lavarropas, sí deben pagar un arancel de importación.
MIRA: Para igualar la fortuna de Jeff Bezos, tendrías que ganar 2 millones de dólares por hora durante 45 años
Hasta un 30 por ciento adicional
Ahora hay expectativa de efectivamente lo haga, aclara. Como candidato, Trump mencionó su intención de imponer un arancel del 60 % o más a todo lo que venga de China; de hacerse efectivo, Apple podría absorber una parte de ese costo (a cuenta de sus holgados márgenes de ganancia), pero una parte terminará trasladada al precio; los expertos que consultó el Washington Post calculan que significaría el pago de un 30% adicional en el precio del equipo, por lo que un iPhone que hoy tiene un precio en Estados Unidos de 1000 dólares pasaría a costar 1300 dólares.
Europa y el resto de Asia
Sus competidores, con Samsung a la cabeza, podrían evitar el arancel al importar equipos que vengan de otros países; Apple también tiene esa opción, al menos en potencia: hace un par de años que tienen plantas en India para fabricar iPhones, que no estarían afectadas por este potencial pago extra para entrar bienes al país. Para Apple, además, está el peligro de que China tome algún tipo de represalia que haga más caros los equipos de Apple en territorio chino, un mercado fundamental para la compañía. En 2023 el gobierno chino prohibió el uso de iPhones a los funcionarios públicos.
La idea de los aranceles de importación no es exclusiva de Trump: el gobierno del actual presidente, Joe Biden, impuso en septiembre último un arancel del 100% sobre los autos eléctricos (una decisión similar a la que tomó hace dos semanas la Unión Europea, que impone derechos de importación de más del 35% sobre los autos eléctricos chinos). El gobierno estadounidense también impone un arancel del 50 % sobre semiconductores, como los usados en paneles solares. El lunes pasado el gobierno chino presentó una queja ante la Organización Mundial de Comercio por los aranceles europeos.
De imponerse esta guerra tarifaria, podría dar un mayor impulso a varios países asiáticos que se perfilan como alternativa a China, con sueldos más bajos para los trabajadores y -ahora- relaciones comerciales menos conflictivas.
“La Nación” de Argentina, GDA