Las aerolíneas han adaptado su motores para reducir el CO2, pero aun siguen teniendo un efecto en el calentamiento. (Foto: freepik.es)
Las aerolíneas han adaptado su motores para reducir el CO2, pero aun siguen teniendo un efecto en el calentamiento. (Foto: freepik.es)
Agencia Europa Press

Un nuevo estudio ha descubierto que los aviones comerciales modernos que vuelan a gran altitud crean estelas de condensación que y que duran más que los aviones más antiguos.

El resultado significa que, aunque los aviones modernos emiten menos carbono que los aviones más antiguos, pueden estar contribuyendo más al cambio climático a través de las estelas de condensación.

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Dirigido por científicos del Imperial College de Londres, el estudio destaca los inmensos desafíos que enfrenta la industria de la aviación para reducir su impacto en el clima. El nuevo estudio también descubrió que los aviones privados producen más estelas de condensación de lo que se creía anteriormente, lo que podría generar impactos descomunales en el calentamiento climático.

Las estelas de condensación son delgadas vetas de nubes creadas por los gases de escape de los aviones que contribuyen al calentamiento global al atrapar el calor en la atmósfera.

Si bien el efecto exacto de calentamiento de las estelas de condensación es incierto, los científicos creen que es mayor que el calentamiento causado por las emisiones de carbono del combustible para aviones.

Publicado en Environmental Research Letters, el estudio utilizó el aprendizaje automático para analizar datos satelitales sobre más de 64.000 estelas de condensación de una variedad de aviones que volaban sobre el Océano Atlántico Norte.

Los aviones al trasladarse por el cielo dejan una estela que marca su recorrido.
Los aviones al trasladarse por el cielo dejan una estela que marca su recorrido.
/ IMPERIAL COLLEGE

Según el estudio, los aviones modernos que vuelan a más de 38.000 pies (unos 12 km), como el Airbus A350 y el Boeing 787, generan más estelas de condensación que los aviones comerciales de transporte de pasajeros más antiguos.

Para reducir el consumo de combustible, los aviones modernos están diseñados para volar a altitudes más altas, donde el aire es más fino y hay menos resistencia aerodinámica, en comparación con los aviones comerciales más antiguos, que suelen volar a altitudes ligeramente inferiores (unos 35.000 pies/11 km).

Esto significa que estos aviones que vuelan a mayor altura generan menos emisiones de carbono por pasajero. Sin embargo, también significa que generan estelas de condensación que tardan más en disiparse, lo que crea un efecto de calentamiento durante más tiempo y una compensación complicada para la industria de la aviación.

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Doble calentamiento

El Dr. Edward Gryspeerdt, autor principal del estudio e investigador de la Royal Society University en el Grantham Institute-Climate Change and the Environment, afirmó en un comunicado: “Es de conocimiento público que volar no es bueno para el clima. Sin embargo, la mayoría de la gente no se da cuenta de que las estelas de condensación y las emisiones de carbono del combustible de aviación provocan un doble calentamiento del clima”.

“Este estudio supone un obstáculo para la industria de la aviación. Los aviones más nuevos vuelan cada vez más alto en la atmósfera para aumentar la eficiencia del combustible y reducir las emisiones de carbono. La consecuencia no deseada de esto es que estos aviones que vuelan sobre el Atlántico Norte están creando ahora más estelas de condensación, que duran más tiempo, atrapando más calor en la atmósfera y aumentando el impacto climático de la aviación”.

“Esto no significa que los aviones más eficientes sean algo malo, ni mucho menos, ya que tienen menos emisiones de carbono por pasajero-milla. Sin embargo, nuestro hallazgo refleja los desafíos que enfrenta la industria de la aviación para reducir su impacto climático”.

El estudio confirmó una medida sencilla que se puede adoptar para acortar la vida útil de las estelas de condensación: reducir la cantidad de hollín emitido por los motores de los aviones, que se produce cuando el combustible se quema de forma ineficiente.

Los motores de los aviones modernos están diseñados para ser más limpios y suelen emitir menos partículas de hollín, lo que reduce la vida útil de las estelas de condensación.

Aunque otros estudios que utilizan modelos han predicho este fenómeno, este estudio es el primero en confirmarlo utilizando observaciones del mundo real.


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