Tal como lo prometimos, hoy trataremos el tema del agua, que si bien no es tan omnipresente como el aire, es igualmente indispensable. Una gran parte de la vida animal y vegetal se encuentra en el agua salada de los mares, que cubren el 71% de la superficie del planeta. El resto de especies –incluyendo a los humanos– requiere agua dulce, que representa alrededor del 2,5% de toda el agua en la Tierra.
La hidrósfera (del griego ‘hydro’, ‘agua’; y ‘sfaira’, ‘esfera’) es la masa de agua que se encuentra sobre la superficie, es decir, en la corteza y en la atmósfera. Se calcula que nuestra hidrósfera contiene 1.386 millones de km3 de agua (H2O), incluyendo todas sus formas líquidas y congeladas (hielo y nieve) en la superficie, los océanos, los lagos, los ríos y las reservas subterráneas. Por otro lado, el agua en la atmósfera equivale solo al 0,04% del total.
—EL AGUA DULCE —
Se calcula que el agua dulce del planeta representa entre 2,5% y 2,75% del total de agua. De ese estimado, el 69% está congelado en glaciares, hielo y nieve, principalmente en la Antártida y Groenlandia. Cerca del 30% se encuentra en aguas subterráneas (napa freática), y de acuerdo a informes de la Unesco, menos del 1% del agua dulce es fácilmente accesible en lagos, ríos y reservorios.
Hay que tener en cuenta que no se trata de algo estático. El agua del río puede haber comenzado como agua salada en el mar, pasado a ser nube y caído luego como lluvia a un lago, para finalmente llegar a su destino actual, el cual desembocará donde empezó todo, en el mar. Nuestro ejemplo es simplemente un resumen de un proceso que comprende muchos pasos intermedios, idas y vueltas. Una gota de agua puede volver al mar en horas o en siglos. Este es el ciclo hidrológico o el ciclo del agua.
“Una preocupación directamente ligada al calentamiento global es la subida del nivel de los mares”.
La definición generalmente aceptada de ‘agua dulce’ es que no tiene más de 1.000 partes de sal por millón (ppm). No es lo mismo que agua potable. El agua dulce puede contener muchas sustancias que la hacen no adecuada para el consumo, incluyendo contaminantes producto de diversas actividades humanas.
Entre los diversos contenidos del agua están los minerales, asociados a los relaves de las minas y a la erosión natural. El agua que contiene minerales es llamada agua dura. Ese es el caso del agua de Lima que, debido a su proveniencia de la zona minera andina, contiene este tipo de sustancias. Asimismo, hace poca espuma con el jabón y no puede usarse en calderos.
El agua dura forma la piedra que queda en las teteras y ollas, y que obstruye los tubos de los calderos, reduciendo su diámetro hasta hacerlos reventar. Por eso necesitamos ablandadores de agua, para poder usarla en máquinas.
—LOS CONTAMINANTES—
Como lo dijimos al principio de esta serie de artículos, nuestro propósito no es explicar el cambio climático y el deterioro ambiental, sino describir la terminología relacionada.
Una de las consecuencias negativas de la actividad humana es la contaminación del agua. El agua dulce, indispensable para la vida, está disponible en cantidades limitadas y sujeta a un ciclo susceptible a variaciones causadas por el cambio climático.
También tienen gran impacto las alteraciones producidas en los ríos. Las represas, las esclusas y la navegación fluvial han hecho inhabitables los ríos para muchas especies; peor aún, los desechos de minas e industrias son los que van a dar a los ríos y lagos.
Un ejemplo del impacto es la cifra que da el último informe del Fondo Mundial para la Naturaleza: entre 1970 y el 2014, la población de vertebrados de agua dulce ha disminuido en 83% (89% en Sudamérica).
Entre los contaminantes más dañinos, tanto para la vida acuática en los ríos como en el mar, figuran los plásticos y –en ciertas zonas– los productos biológicos, que van desde los antibióticos hasta las hormonas usadas por la industria agrícola.
Mientras los plásticos atoran y ahogan a los animales, los contaminantes biológicos alteran su metabolismo. Una vez desaparecida una especie se rompe un ciclo ecológico y generalmente afecta a toda la cadena alimenticia, causando un daño irreversible.
Los ríos contaminados van a dar al mar y, dependiendo de las corrientes y volúmenes de las toxinas que traen, pueden afectar zonas costeras a considerable distancia.
En alta mar, además de los desechos plásticos –que son prácticamente indestructibles–, la navegación de embarcaciones con hélices y quillas, así como la pesca ilegal, provocan la muerte de un gran número de peces, cetáceos y otras especies.
El petróleo merece un capítulo aparte por el peligro de los pozos marinos, el impacto de la exploración petrolera y los desastres que producen los derrames asociados a su transportación. Algunos de estos últimos acaban con poblaciones enteras de la zona inundada y, con la ayuda de las corrientes, pueden cubrir miles de kilómetros cuadrados.
“Se calcula que el agua dulce del planeta representa entre 2,5% y 2,75% del total de agua”.
—EL AGUA SUBTERRÁNEA—
Una pequeña pero importante parte del agua dulce se encuentra en la napa freática. Generalmente esta contiene agua salada, encima de la cual se ubica una capa de agua dulce que puede ser bombeada a la superficie.
Estos reservorios subterráneos permiten la agricultura en zonas desérticas y proveen de agua potable a poblaciones. Desgraciadamente, el agua subterránea está sujeta a filtraciones y a la contaminación por desechos de la industria química.
—LOS NIVELES—
Una preocupación directamente ligada al calentamiento global es la subida del nivel de los mares. A medida que se derriten los glaciares, principalmente de la Antártida y Groenlandia, estos van a dar al mar.
Por el momento el aumento se mide en centímetros y milímetros. Sin embargo, los diversos cálculos proyectando el calentamiento actual sin mitigación estiman que para fines de siglo el aumento del nivel de los mares puede superar un metro, lo cual sería catastrófico para muchas regiones.
Felizmente no es un hecho inevitable: actualmente se incrementan los esfuerzos para frenar el calentamiento global y en páginas futuras veremos algunos de los avances científicos que los hacen posible.
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