Bruno Ortiz Bisso

La carrera por el desarrollo de nuevas vacunas que ayuden a frenar el avance del SARS-CoV-2 continúa, y más laboratorios siguen avanzando según lo esperado. Es el caso de la biofarmacéutica alemana CureVac, que acaba de iniciar el registro de voluntarios en el Perú para participar en sus ensayos clínicos a gran escala con miras a una .

“Debemos tener en cuenta que la vacunación es, probablemente, la única arma que tengamos para controlar esta pandemia. Las son las principales herramientas de salud pública para prevenir infecciones y para controlar su desarrollo. Dado el curso actual de esta pandemia en el mundo, las vacunas son nuestra esperanza”, comenta a El Comercio la doctora Theresa Ochoa, directora del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y líder de la investigación en el Perú.

, en general, buscan prevenir la enfermedad y, desde el punto de vista de la salud pública, el objetivo es evitar los casos severos y la mortalidad. Uno de los objetivos de este estudio es determinar la eficacia de la vacuna contra la infección en general de COVID-19 y también evaluará si se puede prevenir la infección asintomática. “Esta es una de las otras estrategias que servirían para controlar la pandemia, pues se podría controlar a personas que aún no desarrollan síntomas, pero que ya están cargando el virus. No todos los ensayos clínicos han tenido este objetivo específico tan importante”, detalla la doctora Ochoa.


—Técnica eficiente—

En este caso, la de CureVac utiliza la plataforma de ARN mensajero (el mismo que utilizan las vacunas de Pfizer/BioNTech y Moderna) que instruye al cuerpo humano para activar su propio mecanismo de defensa. Si bien ingresa a la célula, no lo hace al núcleo y trabaja a nivel del citoplasma. No se toca el ADN.

“Las nuevas proteínas ‘spike’ creadas en las células salen y nuestro sistema inmune las reconoce como externas y se generan anticuerpos. Luego activa unas células de memoria, que son los linfocitos T, que en la siguiente exposición al virus real empieza a generar una gran cantidad de anticuerpos. Es la manera de desarrollo que está demostrando unos niveles de eficacia más altos”, explica la especialista.

De acuerdo con la información del fabricante, una de las principales ventajas de esta es que puede permanecer estable durante al menos tres meses a temperatura de refrigerador, lo que hace más sencillo su uso en comparación con otras vacunas que requieren almacenamientos especiales, a temperaturas que van desde los -20 °C a los -70 °C.

—Los voluntarios—

CureVac está realizando sus ensayos en fases 2b y 3 en paralelo, en casi 30 centros de investigación repartidos entre Alemania, Bélgica, Holanda, México, el Perú y otros países.

“En el Perú se van a realizar en seis sedes: en La Molina, San Juan de Lurigancho, Barranco, Callao, Chancay e Ica. Planeamos enrolar entre 8.000 y 10.000 participantes, del total de los 36.500 voluntarios de todo el mundo. Es casi un tercio del total de voluntarios para esta fase”, indica Ochoa.

El ensayo clínico de esta será doble ciego controlado (ni el participante ni el centro sabrán si están aplicando placebo o vacuna). Se aplicarán dos dosis; la segunda se recibe 28 días después.

El seguimiento será muy cercano, a través de visitas periódicas, llamadas telefónicas, entre otros, para detectar de manera temprana cualquier caso de COVID-19. Este proceso tomará, en una primera fase, 13 meses y medio, pero el ensayo total durará 27 meses.

Los interesados en participar deben tener más de 18 años, buen estado de salud y no haber dado positivo a una prueba de hisopado para COVID-19. Pueden comunicarse con los teléfonos 9010-06085 y 9194-73041, que también reciben mensajes de WhatsApp.

LA CIFRA

  • 5.000 personas ya se han inscrito hasta el momento, desde que se abrió el reclutamiento de voluntarios el pasado 22 de enero.

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