“Acepto que me equivoqué”: Yiddá Eslava y emprendedora solucionaron polémica por canje

Yiddá Eslava y Karla Álvarez, dueña del emprendimiento de postres Chokomarce, han resuelto la controversia generada por un canje publicitario incumplido, luego de una extensa conversación telefónica, según dijo la actriz en redes sociales.

En sus declaraciones, Eslava explicó que ambas pudieron aclarar los malentendidos y expresar lo que habían vivido durante el conflicto. “Nosotras hemos quedado conformes y tranquilas”, señaló, destacando que tanto ella como Álvarez habían recibido comentarios desagradables. Eslava describió la experiencia como una “lección de vida” para ambas.

La polémica comenzó cuando Álvarez denunció, a través de un video en redes sociales, que envió productos de su emprendimiento a Yiddá con la esperanza de que los promocionara en sus redes, algo que no ocurrió. Esto generó la indignación de la joven madre, quien esperaba una publicación para promover su negocio.

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Yiddá, por su parte, reconoció su error y aceptó haber aceptado demasiado trabajo, al comprometerse con varias mamás emprendedoras. A pesar de que los videos fueron grabados, no se publicaron a tiempo.

“Acepto que me equivoqué al aceptar tantas mamás emprendedoras. También acepto que no se publicó a tiempo, y fue un error”, admitió, recalcando que su intención fue ayudar, afirmando: “Fue con la mejor intención y sí se ayudó a 35 mamás emprendedoras”.

Álvarez también expresó su satisfacción por la resolución del conflicto, subrayando que la comunicación con Eslava fue positiva. “Lo más importante es que ambas necesitamos trabajar por nuestros hijos”, indicó.

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En relación a los ataques recibidos, Karla mencionó que su hijo, quien tiene un trastorno del espectro autista (TEA), fue objeto de comentarios insultantes, algo que rechazó rotundamente. “Eso es algo que no voy a tolerar, y obviamente, lo voy a eliminar”, declaró.

Ambas coinciden en condenar las burlas hacia sus familias, especialmente por comentarios hacia sus hijos. Yiddá reiteró que los insultos no tienen justificación alguna: “Se están metiendo con su pequeño, y eso no tiene justificación”.