Nuestro corazón cafetero lo pidió y nosotros cumplimos su deseo. Partimos a la selva central rumbo a la región Pasco. Allí, en la provincia de Oxapampa, se ubica el distrito de Villa Rica. En dos días recorrimos cafetales, cosechamos el grano, catamos café y descubrimos deliciosos postres y bebidas a base de esta semilla. ¿Se te antojó el viaje? Entonces, este itinerario es para ti.
Tierras benditas
Lo primero que visitamos fue la finca Santa Rosa, que se halla a 16 minutos en auto de la Plaza de Armas. Se trata de una casa hacienda construida por colonos austroalemanes en 1945. Iniciamos la aventura con un rico desayuno: café recién pasado, huevos revueltos y sandía. Llenos de energía, nos dirigimos a sus cafetales, donde nos enseñaron a cosechar el grano que llevamos a las áreas de lavado y secado para obtener café pergamino, en oro o grano miel. Después asistimos a un taller de cata en el que activamos el paladar e identificamos sabores salados, dulces, amargos y hasta el rancio del grano excesivamente quemado durante el proceso de tostado.
De la finca Santa Rosa pasamos a la de La Torre. Además de caminar por sus plantaciones, en este terreno (se encuentra a nueve minutos de distancia) apreciamos la danza del café, a través de la cual orgullosos jóvenes escenifican la cosecha. Así, recrean las fases del cultivo, la recolección de los granos y su secado en un manto que forma parte de su indumentaria. Una vez terminado el baile, los hombres guardan la producción en grandes sacos de tela y simulan su viaje desde la finca hacia los puestos de comercio en los que venden el café. Mientras tanto, las mujeres agradecen a la naturaleza por la buena tierra al ritmo de los tambores. Acabado el show, acudimos a la tostaduría Moali, a casi dos cuadras de la plaza principal. Conocimos el procedimiento del tostado y sus categorías (ligero, medio, medio-oscuro y oscuro) y probamos los cafés frutado, dulce y ácido.
Sabrosos derivados
Frente a la plaza, en el centro de Villa Rica, está Café y Laboratorio Origen Marín, un restaurante familiar con más de 85 años de experiencia cafetera. En el establecimiento de los Marín bebimos infusión de cáscara y de flores de café, que acompañamos con un rico budín de cerezo de café y cacao. Más tarde brindamos con un espresso martini y un mojito cold brew. El primero lleva vodka, helado, licor de café, jarabe de goma y, evidentemente, café espresso. El segundo, en cambio, contiene ron, menta, gaseosa negra, café espresso, azúcar y limón.
Al lado de este espacio, se levanta un lugar de culto: la tienda de artesanías Aneczú. Todo lo que puede ser elaborado con café lo verás ahí. ¿Algunos ejemplos? Shampoo, jabón, licores, collares, objetos decorativos, chocotejas, galletas, entre otros productos. Por si eso fuera poco, también brindan clases de cata y de repostería. Imposible no sentirse en el paraíso.
Sorpresas al aire libre
En vista de que el escenario se presta, paseamos en bote por la laguna El Oconal, hábitat de peces como el bagre y la tilapia. Cerca a la caseta de control existen dos columpios ideales para los aventureros. Uno es la típica silla de madera sostenida por dos cuerdas. El otro, sin embargo, se trata de una piedra. Debes pararte en ella y agarrarte de la soga que va atada a un árbol. En ambos te balancearás sobre El Oconal. Por último, el mirador, ubicado a 10 minutos a pie. Cuenta con hamacas de tela para recostarse y disfrutar del paisaje. Nos despedimos del distrito con un lonche al paso en uno de los quioscos de comida y artesanías de la zona. Un café helado (S/7) y un queque de café y nuez (S/5) pusieron punto final a esta gran travesía.
Guía del viajero
¿Cómo llegar?
Vía terrestre. Movil Bus te lleva desde S/52. La ruta es de nueve horas.
¿Dónde alojarte?
Finca Santa Rosa: 9997-88930, info@fincasantarosaperu.com.
Finca La Torre: 9748-91025, finca.latorre1930@gmail.com.
¿Dónde comer?
Café y Laboratorio Origen Marín: avenida Leopoldo Krause 365.
Restaurante Bottger: avenida Las Galaxias 123.