Cuando pensamos en vacaciones, muchos de nosotros elegimos unos días relajantes frente al mar. La playa es uno de los destinos preferidos de los viajeros pues les permite alejarse de su rutina diaria y estar en contacto con la naturaleza. Pero, ¿sabías que hay razones científicas que explican ese gusto por estar frente al mar?
El biólogo marino Wallace Nichols escribió el libro Blue Mind donde explica por qué estar cerca del agua le puede hacer bien a nuestra salud. Estas son cinco de las teorías presentadas por Nichols en su libro según resumió el Huffington Post:
Tenemos un fuerte vínculo con el agua
Sabemos que beber agua es indispensable para vivir pues mantiene funcionando correctamente nuestros órganos, regula la temperatura y retarda el envejecimiento de la piel al mantenerla hidratada. Además, más de la mitad de nuestro cuerpo está compuesta de agua. Y, por si fuera poco, antes de nacer estábamos en un ambiente acuoso. Es por eso que, al estar cerca del agua, nuestro cerebro nos indica que “estamos en el lugar correcto” según Nichols.
Solo verla nos relaja
Un estudio citado en el libro afirma que el cerebro es capaz de reducir el nivel de estrés cuando miramos fotografías de paisajes naturales. De todas las imágenes posibles, aquellas donde aparece la costa son aún más relajantes pues activan partes del cerebro capaces de generar una sensación de bienestar.
Estar en ella es mejor aún
Nichols hace referencia a la aplicación Mappiness que trabaja mandan una notificación al usuario enviado encualquier momento del día que pide decir el lugar dónde se encuentra y su estado de ánimo en ese momento. De los más de 22 mil participantes, casi un millón dijeron que se sentían alegres cuando estaban al aire libre y el 5% se sentían más felices al estar cerca del agua.
El agua le da un respiro a la mente
Vivimos tan ocupadas todos los días que nuestros cerebros terminan agotándose y el agua es una manera de despejarlo para que funcione mejor. En un estudio citado en el libro realizado con estudiantes demostró que aquellos que tenían una vista hacia una fuente de agua desde sus dormitorios mejoran su atención y tuvieron un mejor desempeño en los exámenes.
Vivimos en un mundo azul
El agua es azul y el cielo también. Es algo con lo que vivimos todos los días pero no nos detenemos a ver. El azul es un color que estimula las emociones positivas pues “sus longitudes de onda tiene una relación con la liberación de neurotransmisores que están asociados con sentimientos de euforia y bienestar” según el estudio del neurocirujano Amir Vokshoor citado por Nichols en su libro.