Para la cosmética, la vaselina es el truco de belleza más económico y efectivo. Para la dermatología, es un lubricante tópico, un emoliente que genera calor y protección a la piel, la mantiene hidratada y evita que el agua se vaya.
Desde su creación hasta la actualidad, la vaselina forma parte de los productos indispensables en casa, tanto que en muchas ocasiones se asume que sus propiedades pueden ayudar a aliviar diferentes problemas de la piel. Sin embargo, se debe tener en cuenta que su uso debe ser limitado.
La vaselina no debe aplicarse en zonas sensibles como los ojos o partes íntimas. Además, si se utiliza en grandes cantidades puede provocar reacciones irritantes en la piel, incluso hasta quemaduras. En las personas alérgicas, la piel se pone roja y salen pequeños granitos.
Con información de Mayra Zunini