Antonella no esperaba perder a Olluquito tan rápido. Su “primer amor”, como ella misma lo describe, partió con tan solo 5 años tras un cuadro de epilepsia que nadie veía venir.
“No podía creerlo y no lo asimilé hasta ver su cuerpo. Mi papá también se quebró, lo abrazó y lo besó, y creo que eso fue lo que más me movió. Ese perrito hizo magia por mí y por mi familia”, confiesa la influencer peruana. “Los primeros días después de su muerte fueron muy difíciles, pero luego sentí mucha paz en mi corazón porque entendí que le di lo mejor. Ahora siento que está con mi mamá, que falleció hace casi tres años”, añade Antonella.
Ni bien procesó el duelo, decidió compartir la noticia con sus más de 150 mil seguidores en Instagram. Sabía que Olluquito no solo había sido importante para ella sino también para su comunidad en redes sociales.
Al poco tiempo, su bandeja se llenó de cientos de mensajes de personas compartían su duelo junto a fotografías de varios cachorros. Si de algo estaba segura la Wufer es que sí volvería a tener una mascota, pero esta vez quería adoptar un perro en situación de abandono.
“Puede parecer algo loco, pero yo ya había tenido esa conversación con Olluquito. Una vez le dije: yo sé que algún día vas a tener que partir y te prometo que no voy a cerrar mi corazón porque hay muchísimos perros en este mundo que necesitan amor y cuidado”, recuerda.
La fotografía decisiva
Así como Instagram se convirtió en la red social en la que Antonella pudo desplegar su talento como actriz y creadora de contenido, también fue la red social en la que encontró a su nueva ‘hijita’, Chanfainita.
“La vi en una historia de Instagram de Voz Animal. Ella estaba echada porque justo la acababan de esterilizar. Salía con la patita doblada pidiendo cariño y tapándose la cara. ¡Me pareció una reina total!”, cuenta.
Inmediatamente, Antonella se puso en contacto con Anais Anaya, fundadora de la asociación Voz Animal, para coordinar el encuentro con Chanfainita. Al día siguiente, fue a visitarla a la veterinaria donde la perrita estaba recuperándose de su esterilización. La encontró temblando. “Lo primero que hice fue darle mil besos y decirle que la amaba. Fue hermoso conocerla”, expresa.
Desde ese primer encuentro, ya han pasado tres meses. Hoy Chanfainita es un integrante más en la familia de Antonella y en su comunidad de Instagram. “Le he creado toda una historia a su vida. Tiene un novio afgano y un poster de él al costado de su camita”, dice la Wufer sin ocultar la risa que la caracteriza.
Si algo ha aprendido la influencer en todo este tiempo es a tener mucha paciencia con Chanfainita. Y es que al haber vivido casi dos años deambulando por las calles de Lima, la perrita aún le teme a muchas cosas.
“No sabemos qué le han hecho en la calle o si le han pegado, pero se asusta con varios ruidos y con algunos humanos. Estamos trabajando en su confianza, pero es un proceso. Lo bueno es que ya se sube al sillón, va sola a la cocina y también a la terraza. ¡Ya sabe que esta es su casa! El otro día se subió a mi cama solita y me puse feliz".
A través de Instagram, los seguidores de Antonella no solo pueden acercarse a sus videos y al día a día de Chanfainita, sino también a mensajes sobre la importancia de la adopción de mascotas.
“Siento que falta bastante educación sobre el tema. Por eso me parece increíble colaborar con WUF porque creo que es muy importante hablar sobre tenencia responsable. La gente no sabe cuál es el real compromiso de tener un perro. No es solo ponerle un plato de comida, es un compromiso real ya que ellos viven toda su vida con nosotros. Pienso que la clave está en entenderlo como una aventura de ‘un día a la vez’. Así lo entiendo yo”.
Para más información sobre el trabajo de WUF puedes ingresar a www.wuf.pe o contactarlos a través de sus redes sociales, Facebook e Instagram.