/ NoticiasInformación basada en hechos y verificada de primera mano por el reportero, o reportada y verificada por fuentes expertas.
| Informativo
El increíble escape de ‘La Gringa’, ‘Caman Baby’ y diez presos más de El Sexto: la crónica de sus recapturas antes del golpe militar de 1968
Luego del discurso de 28 de julio de 1968 del presidente Fernando Belaunde, en el que anunció que la empresa petrolera fiscal explotaría Brea y Pariñas, un grupo de peligrosos internos fugó del penal El Sexto con solo algunas chavetas en la mano. Todo lo hicieron en segundos.
A pocos meses del golpe militar del general Juan Velasco Alvarado contra el gobierno constitucional del arquitecto Fernando Belaunde Terry, doce feroces delincuentes escaparon del penal El Sexto, ubicado entre las avenidas Alfonso Ugarte y Bolivia, en el centro de Lima. Eran las tres de la tarde del domingo 28 de julio de 1968, cuando el infierno se desató en las calles limeñas. Un plan cerco se activó para la recaptura de estos doce hombres fuera de la ley.
EL SEXTO: LA FUGA MÁS ALOCADA Y VIOLENTA DE LOS AÑOS 60
Los doce sujetos aprovecharon la hora de la visita dominical, y sin necesidad de hacer túneles ni huecos y tampoco de esperar la llegada de la noche (o la madrugada), arremetieron a toda velocidad con chavetas en mano y avanzaron hacia la salida.
En esos segundos de loca y afilada carrera, tasajearon a diestra y siniestra, a hombres, mujeres y niños, dejando “gravemente heridos a cinco miembros de la Guardia Republicana y a un vigilante de servicio”. (EC, 29/07/1968).
Incluso, llegaron a herir con un chavetazo en el vientre al cabo de la Guardia Republicana (GR), Ricardo Loardo Rojas, a quien arrebataron su metralleta. Los otros GR heridos fueron: Víctor Flores Barrientos, Walter Montes Tamayo, Graciano Artemio Tapayhuaca y Juan Inga López. El vigilante civil de servicio que fue herido era Pablo Carrera Huamán.
Los visitantes habituales estaban apenas empezando a ingresar al penal, cuando esa avalancha delincuencial de doce individuos enardecidos les hizo entrar en pánico. “La gritería fue infernal”, declararon. Los prófugos alcanzaron la puerta del “jirón Bolivia” (hoy avenida Bolivia); allí laceraron las manos de la señora Luisa Rojas Hipólito, quien iba a ingresar al penal como todos los domingos. (EC, 29/07/1968).
Los fugitivos llegaron al jirón Chota, y se colocaron en medio de la pista. Detuvieron algunos autos y así asaltaron al taxistaJulio Olguín Mendoza, quien llevaba en servicio a tres mujeres y tres niños. El taxi se dirigía a uno de los circos que se habían instalado en el centro de Lima. Tras amenazar a Olguín con las chavetas, bajar a los pasajeros y subirse se inmediato, uno de los delincuentes disparó al aire con la metralleta que le quitaron al GR en el penal. (EC, 29/07/1968).
El plan de fuga de los malhechores -entre los que había peligrosos asesinos de policías y empresarios- era huir por la avenida España; pasar por la fachada de la Prefectura de Lima, voltear por la avenida Alfonso Ugarte y bordear la plaza Bolognesi. En este último punto, justamente, los prófugos lograron perder de vista a un policía de servicio que, trepado en un auto particular, los estaba persiguiendo. Era el único agente que lo hacía hasta ese momento.
Luego enrumbaron a la avenida Brasil. A la altura de la cuadra 4 de avenida Bolívar, en Jesús María, dejaron el taxi y se apoderaron “del auto Studebaker beige con placa Nº 535385, de propiedad de José Alfaro Ponce de León, para continuar con rumbo desconocido”. Los sujetos, que habían fugado minutos antes de El Sexto, parecían parte de un “comando” en acción. (EC, 29/07/1968).
¿QUIÉNES ERAN LOS PRÓFUGOS QUE JAQUEARON A LA POLICÍA? LOS AGENTES HERIDOS
El variopinto grupo de hampones que logró sorprender a los guardias republicanos en El Sexto, ese domingo 28 de julio de 1968, dejó mal parada a la Guardia Republicana. Los policías se sintieron desairados con la osadía de estos delincuentes.
El Comercio detalló los nombres de los fugitivos carcelarios y a la cabeza de la lista, por su audacia y peligrosidad, aparecía Guillermo Portugal Delgado (a) ‘La Gringa’, de quien se haría años después hasta una película (“Alias, ‘La Gringa’” de 1991). Junto al famoso escapistacomo lo fue ‘La Gringa’, destacaba Rolando Zamudio García (a) “Ojón”.
Tanto Portugal como Zamudio habían escaparon, en abril de 1967, junto con otros diez delincuentes de un lanchón que los estaba conduciendo al penal de ‘El Frontón’. En esa fuga, asesinaron a un guardia republicano e hirieron a otro. (EC, 29/07/1968).
Asimismo, escaparon de El Sexto ese julio del ‘68, los malhechores Hugo Bravo Elías, Víctor Torres Murray, Eusebio Araníbar Calderón y Jorge Sifuentes Molina, este último conocido en el hampa como “Caman Baby”. Justamente, estos cuatro delincuentes mencionados habían asaltado, en 1966, un grifo en Chancay y habían matado al grifero encargado.
La lista de prófugos de El Sexto se completó con los matones: Mario Oshiro Kanashiro, Alejandro Taipe Núñez, Carlos Valle Sánchez, Felipe Borja Hidalgo, Alberto Sosa Sulca y Víctor Cortez Artola.
Tres horas después de la fuga, a las 6 de la tarde, llegaron al penal o, como se le decía entonces, “Centro de Inculpados del Sexto”, un juez de turno y el “Director General de Prisiones” (hoy sería el jefe del INPE), el doctor Fernando Vega Santa Gadea. Fue este quien dio detalles del caso. (EC, 29/07/1968).
Vega confirmó que las “armas usadas” (las chavetas) “eran de fabricación casera”, hechas con cucharas que afilaron concienzudamente. Se hablaba de que, entre los fugados, estaba Francisco Manrique (a) ‘Chupete’, el asesino del Capitán PIP Alcides Vigo Hurtado, en agosto de 1966; pero esto fue descartado por Vega.
Luego, se sabría que ‘Chupete’ había planificado la fuga, pero en el último minuto se quedó dentro del penal (los demás prófugos lo tomaron como una traición).
La tensión durante esa jornada dominical del 28 de julio de 1968 se agudizó en la noche. Uno de los guardias republicanos heridos, el Cabo GR Ricardo Loardo Rojas, a quien le clavaron una puñalada en el vientre para arrebatarle la metralleta, estaba realmente grave; lo mismo ocurría con el agente GR Víctor Flores Barrientos.
A su vez, terminaron heridos, aunque no de gravedad, los agentes GR Walter Torres Tamayo, Graciano Artemio Tapayhuaca y Juan Inga López, quienes quedaron internados en el Hospital de Policía. El vigilante Pablo Carrera Huamán fue tasajeado en los brazos y quedó internado en el Hospital del Empleado (hoy Hospital Edgardo Rebagliati).
La mayor redada policial para recapturar a los fugados del penal El Sexto empezó el mismo día del cinematográfico escape. Se desplegarían por toda Lima unos 4 mil agentes policiales, infiltrándose en todos los lugares posibles donde pudieran esconderse. El primer resultado efectivo ocurrió al día siguiente, en la madrugada del lunes 29 de julio de 1968, el día del desfile militar en la avenida Brasil, la misma avenida por donde habían fugado el día anterior los delincuentes.
Ese lunes 29, recapturaron a tres de los 12 delincuentes fugados del “Centro de Inculpados de El Sexto”. Los agentes de la Policía de Investigaciones del Perú (PIP) sorprendieron a los prófugos “en la cuadra 6 de la avenida Panamericana”, a la altura del restaurante “El Cortijo”, Barranco. Dos de ellos fueron recapturados en ese mismo lugar, y un tercero lo fue en Higuereta, en Surco.
Estos tres prófugos se habían dedicado a asaltar taxis o autos particulares para ocultarse en diversos sitios. En uno de esos autos robados, la PIP detuvo al ladrónMario Oshiro Kanashiro, y a los homicidas Víctor Torres Murray y Guillermo Portugal Delgado (‘La Gringa’). Otros cinco hampones que estaban con ellos lograron escapar. ‘La Gringa’, al ser detenido, dejó una amenaza al delincuente Francisco Manrique, alias ‘Chupete’ por haberlos ‘traicionado’ al no escapar con ellos y quedarse en el penal, a pesar de haber planeado el escape.
Hasta ese día 29 de julio de 1968, quedaban aún nueve fugitivos, y uno de ellos tenía la metralleta M-l con 10 balas, que le arrebataron a un GR al momento de la fuga. Varios de ellos estuvieron, además, casi a punto de ser detenidos también en la zona de Higuereta (Surco), esa misma madrugada. Por azar, lograron escapar. Pero no pasaría mucho tiempo para que cayeran en manos de la PIP, salvo el caso de uno de los fugados, cuya búsqueda duró varios meses.
El 1 de agosto, fue recapturado Víctor Cortés Arzola en una covacha de la hacienda La Calera. Tenía tres heridas de bala en el cuerpo, que recibió en el curso de un tiroteo que sostuvo con personal de la PIP en Surco. Al día siguiente, cayó en manos de la PIP, el delincuente Carlos Valle Sánchez, con quien andaba Cortés. Para el 15 de agosto de 1968, dieciocho días después de la fuga del penal ubicado en el “jirón Bolivia” y la avenida Alfonso Ugarte, habían sido recapturados siete prófugos más; es decir, en total, había diez recapturados de El Sexto.
Lamentablemente, el 21 de agosto, la opinión pública peruana supo que dos de los reclusos recapturados habían muertos a las pocas horas de llegar a El Frontón, donde fueron reubicados. Las autopsias establecieron que los dos reclusos, Víctor Bravo Elías y Rolando Zamudio García, habían sido torturados por elementos de la Guardia Republicana. Sus cadáveres mostraban huellas de haber sometidos a descargas eléctricas y golpes. Los policías responsables (siete GR) fueron debidamente procesados por estos abusos.
Pero había dos escurridizos sujetos libres, dos prófugos que habían logrado evadir a los sabuesos de la PIP. Se trataba de Jorge Sifuentes Molina (‘Caman Baby’) y Alejandro Taype Núñez.
Sifuentes fue quien se quedó con la metralleta del GR herido en la fuga del 28 de julio de 1968. Estos delincuentes ya habían asaltado un banco en ese lapso y estaban siendo protegidos por gente lumpen de bandas a las que pertenecieron en los últimos años.
Taype cayó detenido ese mismo mes de agosto de 1968, pero el aún más esquivo Sifuentes, famoso por su alias de ‘Caman Baby’, fue recapturado recién el 23 de octubre de ese año, casi tres meses después de la gran fuga. Jorge Sifuentes Molina era tan joven como peligroso, con homicidios, asaltos y robos en haber. La PIP se esforzó en hallarlo, y descubrió que había sido escondido en un sótano de la avenida Brasil, en Jesús María, en el local de un cómplice que le debía favores y que se hallaba a solo 30 metros de la Comisaría de ese distrito. (EC, 24/10/1968)
‘Caman Baby’ prácticamente no salía de ese lugar; no se exponía a que lo viera gente extraña, y se proveía de alimentos a través de ese amigo. Pero también se movía, cambiaba de lugar. De esta forma, los agentes de la PIP de Lince, que colaboraban con su búsqueda -siguiendo algunas pistas, dieron con él en su último escondite.
Sifuentes Molina fue descubierto armado con dos cuchillos, pero no los utilizó porque fue sorprendido por los detectives que lo controlaron de manera decidida y rápida. El Jefe PIP de Lince, Rafael Medina Espinoza, dio detalles de su recaptura. Hasta el 19 de octubre de 1968, cuatro días antes, había estado oculto “en el sótano de la Escuela Normal Superior ‘Jorge Polar’”, ubicada en una de las esquinas de la plaza Bolognesi, a tres cuadras de la Prefectura de Lima.
‘Caman Baby’ era protegido y ayudado por el portero de dicha Escuela, Guillermo Bullón, quien también fue detenido. Como el habilidoso delincuente era creyente del Señor de los Milagros, abandonó ese último escondite, justamente el 19 de octubre para ir a la procesión, pero antes se dirigió al domicilio de Alejandro Taype Núñez, en la cuadra 10 de la avenida Arnaldo Márquez, Jesús María, donde fue, finalmente, apresado con rudeza.
Se supo que Jorge Sifuentes Molina, o simplemente ‘Caman Baby’, pensaba fugarse fuera del país e ir a Colombia, pero no lo pudo hacer. El día que fue recapturado como el último y el más escurridizo de los prófugos de El Sexto, declaró a la prensa que había sido “vendido”, es decir, traicionado.
El delincuente dijo entonces: “Nadie sabía que el sábado 19 de octubre iba a dejar mi escondite de la avenida Brasil, para trasladarme a la avenida Arnaldo Márquez. Quizás fue algún vecino, que me reconoció y avisó a la Policía”, sospechaba el prófugo de la justicia. (EC, 24/10/1968)
Así se cerró un capítulo sangriento, letal y violento de la criminalidad en el Perú, a fines de la década de 1960.
VIDEO RECOMENDADO
Nuestro Archivo Histórico presenta su tienda virtual