La selección peruana de vóley femenino del Perú estuvo hoy en el podio de los vencedores, para recibir la medalla de plata de estos juegos olímpicos, culminando así una de las jornadas más importantes de la historia del deporte peruano.
Momentos antes, nuestras muchachas estuvieron a un paso de la presea de oro, la que finalmente fue a manos de las soviéticas. Las posibilidades de coronarse se hicieron presentes en varios momentos del disputado encuentro.
En este partido, que será recordado por mucho tiempo, por su emotividad, tecnicismo y movilidad en el marcador, el equipo peruano de vóleibol femenino perdió hoy 2-3 la final olímpica ante la Unión Soviética, pero luego nuestras doce llorosas y emocionadas compatriotas subieron al podio de honor para recibir las medallas de plata, que ungen a nuestro equipo como el vicecampeón olímpico.
A estadio lleno y empujadas por el aliento del público, coreano en su mayoría, peruano en minoría y multinacional el resto, nuestras “matadoras” ofrecieron un gran partido, que duró una hora y 58 minutos. Ganaron el primer set 15-10 y el segundo 15-12, para perder los siguientes 13-15, 7-15 y 15-17.
Al final, las peruanas se confesaron contentas por su actuación en Seúl 88, pero al mismo tiempo tristes, por no haber obtenido la medalla de oro.
Man Boc Park, el artífice de este gran momento de nuestro vóley, declaró: “Me hubiera encantado ganar el oro, porque Corea es donde nací, pero estoy feliz por la medalla de plata”.
Encontramos a las chicas al borde la cancha, sentadas en la banca de suplentes, mirando absortas el vacío, con lágrimas en sus rostros y no se explicaban cómo habían perdido el “punto set”.
Alista recibimiento
Precisamente en Lima empezaron los preparativos para el multitudinario recibimiento, que el domingo por la mañana la ciudadanía dará, con las autoridades a la cabeza, a la delegación vicecampeona olímpica, durante su recorrido por las avenidas Faucett, Colonial, Colmena, Wilson, 28 de Julio y Paseo de la República hasta el Estadio Nacional.
El Gobierno, a través del Instituto Peruano del Deporte, las premiará con los laureles deportivos en el grado supremo de Gran Cruz.
Igualmente, diversas firmas comerciales han anunciado que les otorgarán premios.
Enfoque:
en la edición del 3 de octubre de 1988, El Comercio publicó: “En olor a multitud retornaron ayer las extraordinarias voleibolista que ganaron para el Perú la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Seúl, convocando a gente de toda condición y edad que las vivaron en las calles por donde pasaron desde el aeropuerto al estadio Nacional.
Las bravas ‘matadoras’, vistiendo buzos rojos y luciendo en el cuello la plateada presea, salieron directamente del avión, que aterrizó a las siete de la mañana, a un camión-remolque acondicionado especialmente, para llevarlas en un trayecto de casi 15 kilómetros, a la vista de una compacta masa que en muchos tramos rompió el cordón de seguridad y dio rienda suelta a su emoción.
Autoridades deportivas, parlamentarios, representantes del gobierno, como la ministra de Educación Mercedes Cabanillas, se mezclaron entre el público para participar del feliz retorno de la única delegación deportiva peruana que en Seúl consiguió subir al podio medallero.
Niños de ambos sexos portaban cartulinas y cartelones improvisados donde saludaban a “las chicas de oro, que valen un Perú”, mientras espontáneos chasquis y ciclistas se presentaron a dar su cuota de saludo a las vicecampeonas olímpicas en todo el trayecto.
La caravana demoró tres horas desde el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez hasta el estadio Nacional y en su recorrido se les lanzó a las bravas jugadoras papel picado, flores y hurras desde las veredas, casas de vecindad y edificios. En muchos tramos del recorrido se apreció que la emoción del recibimiento humedeció los ojos de nuestras jugadoras.
En el estadio
Otra enfervorizada multitud repletó con más de 45 mil personas las tribunas del estadio Nacional, desde muy temprano, pese a la fría mañana del domingo.
En el centro de la cancha se había levantado un estrado donde estaba prevista una breve ceremonia de bienvenida y premiación, que fue cancelada a último momento, por razones de seguridad, según se informó.
El vehículo que conducía a las voleibolistas llegó a las 10:20 a nuestro primer coliseo deportivo, ingresando hasta la pista atlética, dando tres vueltas olímpicas para luego retirarse.
Las jugadoras pasaron a la sede de la FPV, desde donde, con sus familiares, se fueron luego a sus hogares. La llegada, la caravana y el paseo en el Coso de José Díaz se realizaron sin incidentes mayores, bajo un amplio despliegue de seguridad que tendió la policía”.