En páginas amarillas encontraremos defensores...
No es que sea lo más fácil apuntarle a Carlos Solís y a Vidal Sosa como los únicos causantes de la derrota ante la Universidad de Chile, pero entiendan todos que esto ya había sido advertido desde distintos frentes con la objetividad de un periodista o con la pasión de un guerrero barrista que estuvo en la tribuna, defraudados por este par de…La amargura terminó de hervir la caldera de Matute porque el equipo chileno no había tenido más oportunidades de gol que la que se presentó por la estupidez de los dos centrales que ya no encuentran ningún índice de aprobación ni debajo de las piedras. El paraguayo y el ‘Cholo’ no están aptos para defender la blanquiazul en instancias superiores de un torneo de alta competencia.
La regularidad de ambos puede servir para el torneo local donde el vértigo no acalora los calzoncillos y un buen despeje es sinónimo de salir en el equipo de la fecha de distintos medios de comunicación. Pero cuando se requiere especial concentración y un temple inquebrantable, ambos han demostrado estar hechos de un material descartable.
¿Qué más hizo mal Alianza ante los chilenos? Disfrazarse de una oncena escuálida de ideas y cuyos jugadores con la responsabilidad de manejar los hilos (Tragodara, Quinteros, González…) prefirieron sacudirse rápido la responsabilidad de tener la pelota y procurar juego, y lanzaron centros inadecuados cuando Fernández o demás acompañantes no estaban listos para recibir.
En el primer tiempo toda la culpa fue de Alianza puesto que el rival no evidenció superioridad o un alto grado de complicación. Se ciñeron al orden de Gerardo Pelusso y no tuvieron ninguna vergüenza de despejar con poca técnica, pero con seriedad y convencimiento de lo importante que era ganarle el máximo de minutos al Alianza.
La de Chile habría salido feliz de Matute con un punto, pero se fue con tres en el bolsillo y yo podría jurar que en pleno trámite de las acciones ni en el mejor cálculo de Pelusso habría imaginado que le iba a llegar ese triunfo del cielo, regalo del par de … (completen ustedes, por favor) que ofrece Alianza en su zaga y que pasaron piola por las gratas actuaciones pasadas de los grones que taparon esa terrible falencia defensiva del equipo.
¿Podemos ganar en Santiago?
Si cabe el optimismo es porque el equipo de Pelusso no fue nada del otro mundo en Matute. No ocasionaron situaciones de riesgo en el arco de Forsyth y la teoría indica que dejarán espacios libres en su defensa jugando como locales, donde tienen que asegurar su clasificación.
Lo triste de esta especulación es que cualquier técnico con el mínimo tiempo de estudio al rival sabe que el único ataque de Alianza jugando de visita es Aguirre y anularlo se vuelve otra vez sencillo para cualquiera. Su velocidad, su regate, ya lo conocen todos y nadie le dará un centímetro. Gustavo Costas parece haber agotado todas sus ideas de ataque y Alianza ya no formula nuevas estrategias, como lo reclama el público blanquiazul.
Alianza tendrá que hacer una actuación soberbia fuera de casa para pasar a los cuartos de final. Hay cosas que son claras: los chilenos no son invencibles y anoche el cero a cero parecía lo más evidente, pero nuestra defensa es insólita; entonces la sensación implica que aflore la hombría de los blanquiazules y que sueñen con que están a tiempo de devolverle la sonrisa a ese pueblo que ayer conmovió en el escenario donde más se respira fútbol en el país.
Hoy hablamos de Sosa y Solís como los villanos, pero más allá de eso, estaría bien que se planteen soluciones. Creo que este par ya no puede seguir jugando por no contar con crédito ni dentro ni fuera del equipo. Cargarán por mucho tiempo con el estigma de este error infantil y no están en capacidad de ofrecer garantías por propia inseguridad, sentimiento natural después de semejante error.
Mi nueva defensa para el próximo jueves sería: Amilton Prado, Leandro Fleitas, Walter Vílchez y Édgar Villamarín. ¿Y tú qué propones?