Goles, pobreza, frio y neumonías
La atención de la gran mayoría de peruanos esta en el debut de la selección de fútbol en el mundial de Rusia 2018. Esa gran expectativa se explica, porque para cada dos de tres peruanos menores de 45 años, esta será la primera vez que verán al Perú en un mundial. Lamentablemente esa coyuntura nos distrae de eventos mundanos, tales como el comienzo de la temporada de heladas en los andes peruanos y la inminente muerte por frio de centenares de niños en esas regiones. Eso por que en el Perú, la época de invierno no solo viene con frio, sino con la muerte de centenares de niños en las punas altoandinas del país. Tanto nos hemos acostumbrado a este vergonzoso fenómeno, que su periódica ocurrencia no causa mayor impacto en la opinión pública, nadie se da por enterado, mas importa si Paolo Guerrero jugará o no por la selección.
Lo doloroso de este asunto es que -a no ser por hipotermia accidental- el frio no mata al ser humano, y eso simplemente porque hemos aprendido a protegernos a través del tiempo. La prueba esta en las miles de comunidades distribuidas en las frígidas zonas del norte de Europa, Norteamérica y Asia. En esas zonas, el estado dispone–y financia- que los pobladores de esas regiones tengan vías de comunicación terrestre, fluvial o aéreas operativas, que tengan casas preparadas con fuentes de de energía para generar calor y electricidad que les permita almacenar agua y alimentos. Disponen, además, que esas comunidades tengan participación en las actividades económicas de la región y puedan subsistir con esas ganancias.
La Oficina Regional Europea de la Organización Mundial de la Salud, en un reporte del año 2010 titulado “Cambio climático, eventos climáticos extremos y salud pública”, menciona que las consecuencias del frio sobre la salud humana es de dos tipos: enfermedades y lesiones por el frio. Las enfermedades incluyen las respiratorias (asma y enfermedad obstructiva crónica), cardiovasculares (infartos cardiacos y derrames cerebrales), vasculares periféricas (síndrome de Raynaud), musculares (tenosinovitis, síndrome del túnel del carpo) y de la piel (psoriasis, dermatitis del frio, dermatitis atópica). Por su parte, las lesiones causadas por el frio, incluyen sabañones, hipotermia, pie de trinchera, y accidentes.
Pero si se revisan los datos del Ministerio de Salud (Minsa), ninguna de esas enfermedades o lesiones causadas por el frio explica la muerte anual de cientos de niños peruanos en las zonas altoandinas. ¿De qué mueren entonces los niños peruanos en las punas en cada invierno? Según el Minsa, los niños peruanos mueren por complicaciones pulmonares causadas por infecciones respiratorias comunes desencadenadas por el frio, tales como resfríos, gripes y bronquitis. Es decir, los niños peruanos mueren de neumonía.
Pero si la neumonía no está en la lista de enfermedades causadas por el frio, ¿cómo es entonces que esa infección pulmonar sea la causa número uno de muerte por el frio en los niños peruanos? En un artículo titulado “Investigaciones para reducir la mortalidad por neumonía en países en desarrollo” la Universidad de Oxford de Inglaterra hace una revisión del tema y nos da la respuesta: la razón por la cual la neumonía mata a los niños peruanos no es por el frio, sino por la pobreza y la desnutrición.
La secuencia de hechos ocurre entonces de la siguiente manera: Miles de peruanos olvidados viven por décadas en situación de aislamiento y pobreza permanente en las alturas de los andes, ellos son parte del 44.4% de pobres de zonas rurales identificados por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) en 2017. Esos peruanos son parte también del 25.3% de niños menores de 5 años con desnutrición crónica y del 53.3% de niños con anemia crónica de las zonas rurales en el Perú. Esos niños anémicos y desnutridos son incapaces de formar una adecuada cantidad de células de defensa (linfocitos) y de anticuerpos (proteínas) para luchar contra infecciones virales comunes en el invierno. Al no poder defenderse, la infección por el virus de la gripe o el resfrío causa una severa infección bacteriana pulmonar (neumonía), que es la que finalmente, causa la muerte. De acuerdo a esa secuencia, las muertes por neumonía constituyen entonces un indicador de la pobreza de una región.
Si bien es cierto que la revisión de Oxford recalca que la vacunación contra la gripe y la neumonía es importante para prevenir esas muertes, dice también (coincidiendo con la recomendación de diversas organizaciones internacionales), que la única solución a largo plazo es la corrección de la pobreza y las condiciones de vida de esas olvidadas comunidades. Es decir, una clara política de estado que favorezca el desarrollo socio económico de la región.
Corolario
El invierno viene todos los años, y con el, las heladas en las zonas altoandinas. Ante ese hecho, todos los años también, la sociedad se esfuerza en recolectar ropa y abrigos para los niños afectados. Pero de acuerdo el modo en que la ciencia describe el desarrollo de la neumonía y la muerte de esos niños andinos, el asunto no es el frio, ni la ropa ni el abrigo. El asunto es el desarrollo social y económico de esas comunidades, las cuales necesitan carreteras, trabajos bien remunerados, educación nutricional, servicios médicos innovadores, variedad de alimentos y casas equipadas con calefacción. Es decir, esas comunidades deberían tener políticas de estado con planes de desarrollo a largo plazo bien elaborados para salir de la pobreza.
Mientras tanto, en este invierno, mientras celebramos los goles de la selección de fútbol en Rusia, sigamos lavando nuestra conciencia enviando algunas chompitas, vacunas y un poco de comida a esos olvidados niños de los andes.