Hacer Arquitectura
Una de las primeras habilidades que se enseña a un estudiante de arquitectura es el de identificar conceptos, poéticas, y aplicarlos a formas y espacios. Es un ejercicio que permite trabajar con ideas que le den sentido a una construcción. Otras ramas de conocimiento otorgarán las herramientas necesarias para que una idea pueda convertirse en un edificio. Pero la idea del edificio permite que el proceso, además de técnico, sea creativo.
Lejos de ser una disciplina artística, la arquitectura es una profesión (con distintas responsabilidades) que en ciertas y raras ocasiones tiene la capacidad de ser arte. Esta es la razón por la cual la arquitectura es arte, y a la vez, no lo es. La parte profesional de la arquitectura es el aspecto utilitario, sirviendo a clientes y programas. La arquitectura busca la utilidad del edificio, pero además, trasciende la noción de utilidad al tener una presencia en la memoria y el imaginario colectivo.
Hacer arquitectura tiene como fin una construcción real o imaginaria, con la capacidad de generar cambios en la forma como percibimos nuestro entorno y realzarlo, así como propiciar mejoras en la sociedad. Es un acto de optimismo que busca que con la construcción de edificios, se aporte a la mejora o consolidación de un lugar, y con esto, a la comunidad y a la vida de sus habitantes o usuarios.
El arquitecto no trabaja en el vacío. La arquitectura no surge de la nada. Debe existir un cliente, una necesidad, un terreno, un contexto con el cual trabajar (físico, temporal, económico, etc.), y una idea. El arquitecto suizo Bernard Tschumi lo resume en: Contexto, Contenido y Concepto, donde las 3 condiciones deben coexistir, con pesos variables, en la generación de arquitectura.
Así como el arquitecto no trabaja en el vacío, tampoco trabaja solo. La complejidad de las edificaciones requiere de la conformación de equipos interdisciplinarios, con especialistas en cada aspecto técnico en la elaboración de los documentos de obra, y también de su ejecución. Así, la arquitectura es realmente un trabajo en equipo, con distintas jerarquías y tareas dentro del mismo. Las oficinas o estudios de arquitectura desarrollan sus propia metodología de trabajo (manual, digital, 3d, etc.) de acuerdo a su propio enfoque, experiencia y/o especialización, y el fin es tanto comercial como lo es de servicio.
Es importante que la ejecución de un proyecto no pierda en el camino la custodia del arquitecto, que es el primer interesado en que la obra sea plasmada de acuerdo a las instrucciones representadas en los documentos de obra, vigilando su calidad, los costos y los intereses y expectativas del cliente.
En el desarrollo y diseño de un proyecto de arquitectura surgen historias, narrativas que explican el sentido de ser del edificio. Las ideas y conceptos rara vez son estáticos y van evolucionando según el avance del proyecto. El edificio construido representa este viaje de ideas, expresadas en su arquitectura, algo que llamamos lenguaje arquitectónico, y que nos regala con gestos inmóviles el contexto de futuras memorias.
Pier Baracco
Estudio: CNTRL Arquitectura