Cuando Perú fue campeón sudamericano
El fútbol peruano tiene picos históricos que recordamos cada cierto tiempo. Ahora que ha empezado la Copa América 2011 en Argentina, no podemos dejar de lado aquellas dos veces gloriosas en que pudimos decir que somos los mejores del continente. La primera vez fue en Lima, en 1939, cuando le ganamos a Uruguay en la final; y la segunda vez en 1975, en Caracas, con la definición victoriosa del título ante Colombia.
Largas colas se hacían en la plazuela de La Merced, en el Centro de Lima, con aficionados ilusionados por conseguir unas entradas para el encuentro en el Nacional. Esa era la imagen que los limeños pudimos ver el sábado 11 de febrero de 1939, un día antes del partido con Uruguay: la final del Campeonato Sudamericano.
Resulta conmovedor cómo el cronista de El Comercio resume la victoria peruana. En la leyenda de la foto, se decía: “El equipo nacional conquistó un triunfo merecido, superando a sus contendores en calidad de juego, en armonía de las líneas y en pujanza”.
Una jornada histórica el ‘39
La aureola de esos hombres del ‘30 todavía estaba muy marcada por la hazaña de las Olimpiadas de Berlín de 1936, y la obtención de los Juegos Bolivarianos de 1938. Por eso, el domingo 12 de febrero de ese ‘39 las graderías del antiguo Nacional relucían con el entusiasmo de quienes presentían una victoria.
Desde el 15 de enero de ese año habían jugado cinco equipos (Perú, Chile, el debutante Ecuador, Uruguay y Paraguay), menos los clásicos rivales Argentina y Brasil. Pero la intensidad de los choques de ese verano hizo olvidar la inevitable ausencia de los dos grandes.
Todo estaba listo para que los ‘teams’ peruanos y uruguayos iniciaran el ‘match’ ante cerca de 40 mil espectadores. Desde un comienzo, la agilidad de los peruanos, dice el cronista del Decano, empezaba a hacer sudar frío al portero charrúa Granero.
Hasta que a eso de los 10 min. del primer tiempo, Jorge ‘Campolo’ Alcalde hizo el primero gol nacional. El juego se hizo de ida y vuelta, y los hinchas de entonces celebraban las piruetas y los ataques peruanos, pero sin menospreciar la habilidad celeste.
Los hermanos Alcalde -‘Campolo’ y ‘Prisco’ Alcalde- hacían de las suyas, junto con Carlos Tovar, pero igual se temía el empate. No obstante, la seguridad de Juan Honores en el arco era una garantía. Si hacía nueve años, en 1930, los charrúas habían sido los maestros, ahora los peruanos manejaban los mismos criterios tácticos y la misma disciplina en el campo de juego. Estaban parejos.
Y cuando más se sentía la presencia celeste, otra vez ‘Campolo’ Alcalde, pero esta vez a los 35 minutos ponía el 2-0. El estadio estalló de alegría.
Y así hubiese concluido la primera parte, si no hubiese sido por una mala salida del arquero peruano, que permitió que el uruguayo Porta anotara el descuento. Estaban 2-1. El segundo tiempo fue tenso, las dos escuadras intentaban vulnerar una vez más la valla rival, pero sin éxito.
A los intentos peruanos de ‘Pichín’ Bielich, ‘Titina’ Castillo y Arturo Paredes, se sumaron los fortísimos remates de ‘Lolo’ Fernández, que causaban temor en el guardameta oriental. No era para menos. Lolo quedaría como el mejor jugador de ese 1939, y como el indiscutible goleador del campeonato con 7 tantos.
Apenas el juez chileno Alfredo Vargas sonó su silbato la muchedumbre invadió el campo y levantó en hombros a los jugadores peruanos. En actitud hidalga, los uruguayos dieron la vuelta al estadio para saludar la justa victoria. Se logró ganar el Campeonato Sudamericano de Fútbol, y levantar la llamada Copa América (nombre con el cual luego se conocería la competencia sudamericana).
El Perú tuvo el honor de ser el primer campeón sudamericano del Pacífico, pues hasta esa fecha solo los del Atlántico habían dejado su firma como los mejores de esta parte del mundo. Perú jugó 4 partidos, los ganó todos, anotó 13 goles y solo recibió 4.
La anécdota final: tuvimos entonces como entrenador de la selección mayor al inglés Jack Greenwell, un tipazo que había demostrado sus capacidades de estratega en el fútbol español.
El fabuloso año ‘75
Ya se llamaba Copa América cuando en 1975 el otrora Campeonato Sudamericano de Fútbol definiría al campeón en tierra neutral. No se jugaba en una sola sede. Era algo parecido a como hoy se juegan las eliminatorias, con partidos de ida y vuelta.
Caracas, Venezuela, se aprestaba a ver la final entre Perú y Colombia. Parte del equipo peruano había llegado el domingo 26 de octubre y ese mismo día reconocieron la cancha del Estadio Olímpico Universitario.
El lunes 27 se fueron sumando los crack de entonces: Teófilo ‘Nene’ Cubillas, Percy ‘Trucha’ Rojas y Eleazar Soria; mientras Hugo ‘Cholo’ Sotil lo hizo el martes 28, el mismo día del partido.
Con Chumpitaz y Meléndez en la defensa, el equipo mostraba solidez. Asimismo, con Alfredo Quesada en el mediocampo y delanteros como Juan Carlos Oblitas y Oswaldo ‘Cachito’ Ramírez, a los que se sumaban los “crack” antes mencionados, convertían a Perú en un equipo equilibrado atrás, y adelante con llegada y gol.
Hubo enfermos en la delegación como el caso de Gerónimo ‘Patrulla’ Barbadillo, quien por el cambio de clima (allá andaban en más de 30 grados) sufrió una severa gripe.
La semana pasada, el miércoles 22 de octubre, habíamos vencido en Lima por 2-0. Los colombianos no contaron con su estrella Willington Ortiz, quien sí estaría para la final. Antes, el 16 de octubre, en Bogotá, los locales nos derrotaron por 1-0. Por esa diferencia de goles, el empate le bastaba a Perú para ser campeón.
Eran las 8 de la noche, hora de Lima, del martes 28 de febrero cuando empezó el partido. Treinta mil espectadores en el estadio cuando el juez uruguayo Ramón Barreto pitó, y la redonda pasó a ser la protagonista. Ver a Cubillas del FC Porto (Portugal) y a Sotil del Barcelona (España) jugar juntos, luego de cinco años de no hacerlo (desde el mundial de 1970) fue un placer con sabor a victoria.
Y justamente fue el crack del Barcelona, quien anotó el único gol del partido. A los 24 minutos del primer tiempo, y con la participación del ‘Trucha’ Rojas y del ‘Nene’ Cubillas, la historia se escribió a favor de Perú. Sotil cumplía así una promesa telefónica que ese mismo día le había hecho a su madre doña Nora.
La algarabía peruana fue total. Esa noche, como de costumbre, hubo procesión del Señor de los Milagros por el Centro de Lima, y los fieles se confundían con los hinchas, o los hinchas con los fieles en una noche muy peruana. Entre los que celebraban el retorno de la “Copa América”, figuraron los seleccionados del ’39. El único ausente fue Bielich, quien murió en un accidente a los pocos meses de ese partido con Uruguay.
Esa vez pasaron a la historia: O. Sartor, H. Chumpitaz, J. Meléndez, E. Soria, T. Díaz, A. Quesada, T. Cubillas, S. Ojeda, P. Rojas (O. Ramírez), H. Sotil y J.C. Oblitas. Y Enrique Casaretto, con cuyos goles ganamos a Brasil, permitiéndonos definir con Colombia.
Lo anecdótico: tanto Rojas como Soria tuvieron que dejar el camerino peruano para tomar el primer vuelo directo a Buenos Aires, Argentina, pues solo al día siguiente debían jugar por su club, el Independiente de Avellaneda frente a Racing.
Asimismo, pero al día siguiente, Sotil y Cubillas debían regresar a Europa.
La Copa América de 1975 fue larga, duró 4 meses, del 17 de junio al 28 de octubre. Jugaron los 10 equipos sudamericanos. Y en esa pugna, Perú obtuvo el título. Nada menos.
(Carlos Batalla)
Fotos: Archivo Histórico El Comercio