Un buen diseño de iluminación da vida a ambientes tenues, íntimos, modernos o acogedores. Para proyectar el color adecuado de luz en casa es importante identificar las actividades que se realizan y tener en cuenta los materiales y los acabados.
Por ejemplo, en ambientes sociales y de descanso debe predominar la luz amarilla, ya que reproduce mejor los colores de los tapices y las superficies naturales (madera, ladrillo, piedra), además, genera un entorno cálido. En el caso de la iluminación blanca, es ideal para alumbrar zonas de trabajo, como la cocina y el escritorio; y para intensificar el brillo de ciertos elementos, ya sea una mesa pintada con poliuretano o con apliques de mármol.
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Es importante considerar una buena iluminación general, la cual puedes conseguir con focos LED empotrados en el techo. Además, las lámparas colgantes, de mesa, de pie, spots dirigibles, entre otros, sirven para crear juegos de luz indirecta y remarcar ciertos detalles y objetos del ambiente.
Si se trata del comedor, dispón de una luminaria de techo que enfoque el centro de la mesa y otra que esté apoyada sobre la consola, para proporcionar una luz tenue e indirecta. Cuando se trata de la sala, una alternativa es emplear una lámpara de pie que proyecte la luz hacia el techo, para lograr mayor confort visual y menor deslumbramiento, acompañada por braquetes adosados en la pared que iluminen los muros laterales y creen un ambiente más íntimo. Estos últimos deben ubicarse a 1,80 m del piso.