Han pasado ya más de dos años desde que, a causa de la pandemia de COVID-19, los escolares peruanos tuvieron que cambiar por completo su rutina y continuar su formación educativa a través de las clases virtuales. Fue algo completamente nuevo para ellos, pues dejaron las aulas para estudiar desde casa, lo que trajo como resultado diferentes reacciones, en especial en los adolescentes.
Algunos se sintieron a gusto rodeados de su familia y compartiendo con ellos todos los días, mientras que otros presentaron cambios conductuales drásticos: comenzaron a desarrollar ansiedad, manifestaban tristeza, dificultad para tomar decisiones, ganas de huir o pelear con alguien, además de la sensación de vacío o de amenaza. Todo ello impactó directamente en el aspecto psicológico.
Retorno a presencialidad
Gracias al control de casos COVID-19 y al aumento de personas vacunadas, el 14 de marzo de 2022 fue posible que más de 4 millones de estudiantes iniciaran el ciclo escolar de forma presencial o semipresencial en 18 regiones del país, incluida Lima, capital peruana. Con el debido cumplimiento de los protocolos de bioseguridad, distintas instituciones educativas retornaron a las aulas, lugar que sería un espacio de interacción y desenvolvimiento estudiantil; no obstante, durante los últimos meses, se han desarrollado dificultades.
“La integración de los alumnos ha sido muy complicada, desde que hemos tenido clases se ha notado mucho este desfase de casi dos años de virtualidad. Cuando han ingresado, al inicio, han estado muy cohibidos y tímidos”, expresó Alexander Perez Riva, docente de la sede Innova Schools - Comas, El Retablo.
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Es que el retorno a una modalidad 100% presencial no es tan simple como parece, ya que significó un gran desafío mental en todos los adolescentes, lo cual se evidenció en su conducta, en la manera de hacer las actividades, en su forma de socializar, entre otras cualidades.
Cambios conductuales y respuesta educativa
Según el testimonio de docentes de Innova Schools - El Retablo, los adolescentes, antes de la pandemia, solían ser más sociables, participativos, con mayor desenvolvimiento en habilidades motrices y cognitivas. Asimismo, de acuerdo a una encuesta realizada a los alumnos de secundaria de esta institución, los primeros días de clases se evidenciaron más los cambios desarrollados durante el confinamiento y las clases virtuales, sobre todo, en las emociones experimentadas por los estudiantes. La mayoría sintió entusiasmo y alegría, mientras que otro grupo sufrió ansiedad, miedo y/o incomodidad.
Por otro lado, el retorno también implicó varios protocolos para evitar los contagios, el principal de estos fue el uso de mascarilla que, para el 22,6% de los adolescentes, fue el reto más grande a asumir, junto con desarrollar las actividades asignadas, lo que los llevó a transitar situaciones de estrés, aún más cuando debían presentar sus actividades escolares.
Sin embargo, el retorno a la presencialidad no solo significó algo negativo, ya que el 85% de los adolescentes prefieren la modalidad presencial, cifra que demuestra la satisfacción del retorno a las clases. De igual manera, el 68% de encuestados menciona que socializa mucho más; el 53%, que sus
días se han vuelto más animados; y el 46%, que se sienten mucho mejor que antes. Estos resultados positivos también son gracias a la respuesta educativa brindada frente al contexto de la pandemia, el trabajo que docentes y personal directivo vienen realizando para lograr una mejoría en la situación y conseguir que los adolescentes se adapten por completo a la presencialidad.
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Katty Tejada, directora de Innova Schools - El Retablo, afirma que “en medio de los desafíos, se han aplicado estrategias valiosas. Por ejemplo, las actividades lúdicas y de expresión socioemocional realizadas en el inicio del año escolar, como parte de las acciones de acogida e integración con los estudiantes. Asimismo, se ha priorizado temas relacionados a las emociones, regulación emocional como también los acuerdos de convivencia escolar, llevadas a cabo en los espacios de tutoría, las cuales son efectivas en la práctica diaria”.
Un desafío continuo
Es evidente que el regreso a clases presenciales significó un gran reto para muchos, lo que se vio reflejado en las actitudes y comportamientos de los estudiantes al socializar con los demás; sin embargo, el personal educativo hizo y hace lo posible por conseguir el bienestar de sus alumnos. Por lo que es importante que el trabajo realizado en la escuela desde tutoría y psicología sea reforzado en casa por las familias, para que en conjunto se logren grandes resultados.