Según la encuesta realizada por el equipo de corresponsales de El Comercio a estudiantes de educación básica de diferentes colegios de Carabayllo, las estadísticas indicaron que el tipo de violencia más frecuente es la violencia psicológica. (Foto referencial).
Según la encuesta realizada por el equipo de corresponsales de El Comercio a estudiantes de educación básica de diferentes colegios de Carabayllo, las estadísticas indicaron que el tipo de violencia más frecuente es la violencia psicológica. (Foto referencial).
Corresponsales Escolares

Al transitar por la vía de la av. Túpac Amaru, a la altura del kilómetro 18, uno se encuentra con el imponente edificio de la Municipalidad de Carabayllo. El comercio y la dinámica social alrededor contrasta con el silencio y la tranquilidad de su periferia. A pesar de ese aparente clima de quietud, los niños y los adolescentes de los hogares de Carabayllo tienen algo qué decir como una voz que, casi al unísono, tienta llegar hasta los oídos de las autoridades competentes: el clamor de un pedido para que la violencia disminuya en sus hogares.

Aunque, en la actualidad, se cuenta con estrategias para la prevención de la violencia, en lo que va del año se han reportado casos de violencia tanto física (43 %), como psicológica (35 %) y sexual (21 %) hacia los niños y los adolescentes del distrito, según señala el Ministerio de Educación. Pese a las diferentes capacitaciones, charlas y talleres realizados por organismos, tales como la Demuna, la Comudenna y el MIMP, entre otros, para la difusión de la prevención de este tipo de sucesos, la violencia es un problema que requiere de una mayor focalización y estrategias efectivas. Asimismo, el año pasado, a nivel distrital, ya se contaba con una valoración creciente de estos indicadores según las tasas de denuncias registradas en las tres principales comisarías del sector. Estas cifras ubican a Carabayllo, a nivel de Lima Metropolitana, en los puestos 16 y 18 en violencia familiar y escolar, respectivamente.

-Una huella difícil de borrar-

Para empezar, debe considerarse a la violencia como el abuso de poder que atenta contra la integridad de las personas. “Cuando nosotros hablamos de violencia, nos estamos refiriendo a todo acto en el cual se ejerce el poder hacia otra persona. Entonces, cuando esto ocurre, la persona que es violentada se siente vulnerable, se siente sometida, y esto es algo que puede afectar desde todos los factores psicológicos hasta también los elementos externos”, señaló la psicóloga y docente universitaria Yanira Oria. De esta manera, un acto violento puede repercutir en la personalidad y en las relaciones interpersonales de la víctima.

Según la encuesta realizada por el equipo de corresponsales de El Comercio a estudiantes de educación básica de diferentes colegios de Carabayllo, las estadísticas indicaron que el tipo de violencia más frecuente es la violencia psicológica; y el entorno en donde más se ha llevado a cabo apunta a los colegios (45 %) y hogares (39 %). De acuerdo con el plan de acción distrital de Carabayllo, en estos últimos años se ha incrementado más el número de casos de violencia tanto psicológica como física, lo que coincide con las estadísticas obtenidas. De esta manera, el problema de la violencia en nuestro distrito parece encarnarse, principalmente, en la violencia psicológica producida en el colegio y el hogar, la cual es un factor de riesgo para la salud física y emocional de nuestros niños y adolescentes.

Corresponsales El Comercio del Colegio John F. Kennedy participaron con éxito en el programa y entregaron este informe central como cierre.
Corresponsales El Comercio del Colegio John F. Kennedy participaron con éxito en el programa y entregaron este informe central como cierre.
/ -Bel-

Ante este panorama, el ente encargado, principalmente, de la prevención de la violencia es la Demuna, el cual se rige a través del Ministerio de la Mujer. “En este caso, nosotros representamos y vemos por los derechos de los niños, niñas y adolescentes en el distrito. Existen organismos que son de apoyo, que pueden generar ONG o fundaciones, tales como, la Fundación CECIP, la misma OIT, sobre el trabajo de la población infantil, UNICEF, Aldeas Infantiles o Qali Warma. Estos son organismos que nos apoyan y con los cuales hacemos trabajo sincronizado para poder velar por los derechos de los niños, niñas y adolescentes.”, señaló Isaac Garrote, representante de la Demuna.

Entre sus estrategias de prevención aplicadas en el distrito de Carabayllo, la Demuna se enfoca en sectores específicos, incluyendo el nivel educativo. En primaria, realizan charlas sobre los derechos de los niños y el cuidado del cuerpo. En secundaria, abordan la prevención de incidentes. Además, en el ámbito preventivo, gestionan la escuela de padres junto con los profesores, enfocándose en las responsabilidades de estos últimos. Sin embargo, estas medidas no están siendo lo suficientemente efectivas para contrarrestar el problema.

Una de las respuestas por la cual no mejoramos en esta materia es que el 81 % de escolares desconoce alguna institución que pueda brindarles apoyo. Esta falta de conocimiento, como se refleja en las estadísticas, es preocupante. Es decir, si los estudiantes enfrentan situaciones de violencia, no saben a quién acudir. Además, esta situación también evidencia una falta de empoderamiento; si ya a ellos les resulta difícil confiar en sus padres o en su entorno cercano, es aún más improbable que confíen en personas desconocidas a pesar de que sean autoridades. También, a pesar de que son los hogares los espacios donde ocurre ello, no se puede partir desde estos para empezar a disminuir la violencia, sino desde los colegios, “ya que muchos de los niños no paran en su casa y están en el colegio, entonces no abarcamos mucho los domicilios sino los colegios, porque es de ahí donde sale la información de ellos para con los padres, de ellos para con sus vecinos, de ellos para con los amigos”, según Isaac Garrote.

Por tales motivos, la violencia en los hogares tanto física como psicológica se presenta como un factor de riesgo para nuestra infancia. Erradicarla no es una tarea tan sencilla, puesto que prevalece el desconocimiento de las instituciones que brindan soporte; además hay poca efectividad en la vinculación de estas instituciones y los menores de edad; y, finalmente, una dificultad por tratar de contrarrestarla desde los colegios y no desde los hogares, pues estos últimos son de un acceso más difícil y de poca concurrencia en la actualidad. Según Yanira Oria, psicóloga entrevistada, es crucial implementar campañas de prevención y convivencia en las escuelas, así como asegurar la presencia de psicólogos educativos en todas ellas. En ese sentido, es necesario abordar esta problemática de manera integral y urgente.

Corresponsales Escolares del Colegio John F. Kennedy de Carabayllo.



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