Los años han pasado pero la espina sigue ahí, clavada en los más profundos recuerdos del hincha argentino. A pesar de que transcurrieron 16 años, nadie olvida aquella tarde del 4 de julio de 1998 en la que acabaron, una vez más, con sus ilusiones.
El estadio Vélodrome de Marsella fue el lugar del encuentro por tercera vez en citas mundialistas de un duelo entre Argentina y Holanda. El seleccionado albiceleste, dirigido en aquella oportunidad por Daniel Passarella y que tenía a Alejandro Sabella como su asistente, contaba con figuras como Gabriel Batistuta y Claudio ‘El Piojo’ López. Mientras que la ‘Naranja Mecánica’, además de su buen juego, se destacaba por su dupla ofensiva, conformada por Patrick Kluivert y Dennis Bergkamp.
Precisamente, este último futbolista fue decisivo en aquel duelo. Los holandeses se habían puesto adelante en el marcador con un tanto de Kluivert a los 12’ de la primera mitad. Sin embargo, cinco más tarde ‘El Piojo’ López igualaría el encuentro para algarabía de los fanáticos sudamericanos. Hasta que apareció Bergkamp, con su clase y frialdad.
El ex delantero del Arsenal de Inglaterra, controló el balón tras un pase largo de Frank de Boer, dejó en ridículo a Roberto Ayala y con la parte externa de su botín derecho colocó el balón lejos del portero Carlos Roa. El ‘Capitán Frío’ hizo honor a su apelativo y sentenció la llave en el minuto 89 de juego.
El próximo miércoles, la selección argentina tendrá la chance de cobrarse revancha. Las estadísticas dicen que en las dos últimas ocasiones no pudieron con los holandeses (la derrota en Francia y el empate a cero en Alemania 2006). Pero si el equipo de Sabella pudo pasar a semifinales luego de 24 largos años, una victoria ante los europeos no es imposible.