Redacción EC

“Yo no disparé. Eso no puede ser posible”, fueron las primeras palabras de al escuchar el dictamen que lo declara como culpable de homicidio. En una audiencia virtual, el exfutbolista escuchó lo que parece su futuro. El próximo 15 de agosto se dará la sentencia definitiva.

MIRA: Juan Reynoso llamó “buenos prospectos” a jugadores de Melgar y no descartó cambio de localía para Eliminatorias

Luis Núñez insiste en su inocencia y le tienen que apagar el micro para que no interrumpa la audiencia. “Ponte los pantalones, cobarde con...”, le increpa a quien considera el verdadero culpable,.

En el 2018 fue asesinado Juan Abraham Pinto, por lo que la Fiscalía pide 12 años de cárcel para Luis Núñez y otros 2 por lesionas graves. “Si yo no disparé, cómo me van a poner 15 años”, reclama el mencionado.

“Tenían una discusión dentro de la casa por tema de faldas. Nosotros estábamos afuera cuando escuchamos la discusión. Ingresamos a la casa y ahí subió de tono. En ese momento, la discusión se transformó en una balacera”, contó desde la cárcel Núñez el pasado 7 de marzo del año pasado al diario chileno La Tercera. “Yo sentí un disparo y ahí corrí. Imposible quedarse mirando quién estaba disparando. Yo atiné a salir de la casa para que no me llegaran los disparos”, agregó en esa misma entrevista.

Su situación de agravó en el 2020 al fugar del país En febrero de ese año fue detenido en Bolivia (Cochabamba) luego de 14 meses de estar prófugo.

MIRA | Juan Reynoso vuelve a la selección peruana: Cómo dejó la Bicolor hace 22 años y cómo la encuentra ahora

Hoy, recluído, a la espera de la decisión final, Luis Núñez vive días amargos, muy distintos a cuando vestía las camisetas de la U Católica, Palestino y el mismo Universitario de Perú. “Está desesperado, destruido, deshecho”, cuenta su abogado Juan Hernández al mismo medio.

***

Historia publicada en setiembre 2021

A Luis Núñez todos lo recuerdan como una persona tranquila durante su infancia. Hincha de la ‘U’ Católica y también apoyaba al Juventud Norambuena porque creció prácticamente cerca de su sede en La Legua. Su sueño era ser un futbolista profesional, quería seguir los pasos de Iván Zamorano.

“Era flaquito, pero muy talentoso; cachañero, esa era su principal cualidad. Con el tiempo lo convertimos en un volante creativo”, lo recordó Óscar Meneses quien fue jefe de las divisiones inferiores de la Universidad Católica en 1990 . “En las formativas siempre mostró condiciones. Lo subimos incluso de división, para que jugara en la mía. Siempre estuvo en el grupo de jugadores de proyección”, añadió Fernando Díaz quien también era parte del comando técnico.

Llegó a Perú en 2007 y tuvo un corto paso por Universitario de Deportes. Ya en ese momento se conocía de sus problemas con la justicia de su país. En 2003 fue acusado de prestarle el departamento a Los Ciprianos, una banda de narcotraficantes dedicada a la comercialización de droga. La acusación detalló que su casa era un posible almacén.

“Estuvo poco tiempo pero llegó a tener una conexión especial con el hincha. Era bueno técnicamente pero también metía. Recuerdo un gol que marcó en la última fecha del Clausura 2007 que se acercó a la tribuna Norte e hizo el gesto de pedir perdón por no haber logrado el título”, cuenta Kenyi Peña, periodista quien conoce como pocos la historia de la ‘U’.

Tras su breve paso en Ate, el ‘Gordo Núñez’ —como lo llamaba Mayer Candelo— volvió a su país para jugar por la ‘U’ Católica, Palestino y Ñublense. De este último club se fue por problemas con el técnico Jorge Aravena. En el 2010 se le abrió la puerta nuevamente del fútbol extranjero. La ‘U’ Católica de Ecuador lo contrató, pero no duró mucho. Al año siguiente retornó a Chile para jugar por O’Higgins, Huachipato y Deportes Concepción, hasta retirarse en 2012, luego de haber sido detenido por la Policía de Investigaciones al estar involucrado en una banda dedicada al robo de cajeros automáticos.

“Siento que cuando perdió a su mamá, él se fue abajo. Se hundió mucho. Pienso que ese fue un antes y un después en su vida”. Claudio Toro, periodista que fue dirigido por Núñez cuando estaba en la inferiores de Norambuena y creció en el mismo barrio que el jugador chileno donde se normalizaba la venta de marihuana y la delincuencia en su esplendor, contó el hecho que quizá torció la vida del exdelantero.

En 2014 fue denunciado de financiar un negocio de narcotráfico con vínculos en La Legua y Bolivia, pero el punto de quiebre a su historia se dio en 2018 con ocho disparos en la calle Francisco Zárate de La Legua tras lo cual fue acusado de homicidio consumado, dos homicidios frustrados y un delito de lesiones leves. Se dio a la fuga.

Lo acontecido aquel día fue un balazo en la pierna para Mario Albornoz que se dirigía a una tienda a comprar junto a Juan Pinto quien recibió un tiro a la cabeza por la espalda (“herida craneoencefálica por bala, sin salida de proyectil”, según precisa el informe policial). Ambos eran parte del barrio rival y se presume que los disparos los propinó su acompañante apodado el ‘Guatón’ Andrés Vergara. Una mujer que gritó en el acto, también recibió un tiro en la mano. Desde ese momento, Núñez fue perseguido en cada rincón.

Hoy su historia está muy lejos de lo que fue su paso por los campos de fútbol. En los próximos días se definirá su futuro y esta pinta muy complicado.

***