El futbolista Saúl Ñíguez vive unos días sublimes. El joven español fue elegido en el once ideal de la Eurocopa Sub-21 y se convirtió en el goleador del certamen. Además acaba de renovar con el Atlético de Madrid hasta el 2026.
Muy atrás quedaron los terribles días en los que sufría bullying en las divisiones inferiores del Real Madrid. Un Saúl Ñíguez de once años era víctima de robos de zapatillas, comida y hasta prohibiciones que hasta hoy recuerda.
“Me robaban botas, comida, me pusieron un castigo de no poder pisar Valdebebas durante dos semanas por cosas que yo no había hecho... Le pasaron una carta al entrenador diciendo que era yo quien la había escrito... Yo dije que no había sido porque realmente no había sido yo”, confiesa con la sonrisa segura de un hombre que ha superado su pasado.
Saúl Ñíguez, que tiene más fisonomía de modelo europeo (1.80 cm y 70 kilos) que de jugador de fútbol, recuerda aquella época como una etapa que fue “deportivamente buena, pero mal por cosas extradeportivas”. El futbolista de 22 años tuvo que llevar un curso acelerado de “maduración” y sobrellevar los malos momentos.
Tras un año de abusos decidió dejar las divisiones inferiores del Real Madrid. El Saúl Ñíguez de la adolescencia estaba en casa y pensando en dónde iba a jugar cuando un entrenador lo llamó y le dijo que vaya al Atlético de Madrid. Que ahí todo era diferente.
Saúl Ñíguez se mudó y llegó al Atlético de Madrid. Se esforzó, trabajó y debutó con 17 años en el primer equipo. Un duelo ante el Besiktas por los dieciseisavos de final de la Europa League sería su primer paso.
Hoy con 22 años ha llamado la atención de Europa. Pero Saúl tiene decidido donde terminará su carrera. “Sería un sueño jugar toda mi carrera en el Atlético”. Algunas formas de agradecimiento pueden ser pasa siempre.